Desde Santiago

El trabajo fue arduo. Las labores para apagar los rebrotes de fuego del incendio originado la tarde del sábado en los cerros de la ciudad-puerto de Valparaíso no paran. Y así seguirán hasta que se extinga toda posibilidad de que las llamas vuelvan a encenderse, aseguran las decenas de compañías de bomberos que llegaron al lugar, los brigadistas de la Corporación Nacional Forestal, las fuerzas armadas y los miles de anónimos voluntarios que siguen prestando ayuda. Ayer amaneció nublado, lo que ayudó a las acciones de socorro, pero en este lugar –que los pueblos originarios denominaron Alimapu (tierra arrasada por el fuego)– no hay que bajar el alerta.

Miles de personas están sacando escombros, mientras los voluntarios ordenan la ayuda que llegó desde diversos lugares del país. Numerosos camiones suben lentamente a los cerros con artículos de primera necesidad en una labor que se mezcla con escenas dramáticas que persisten sobre todo con los pobladores que lo perdieron todo.

Al mediodía de ayer, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) precisó que el siniestro consumió hasta el momento una superficie de 1145 hectáreas. Por su parte, Gabriel Serrano, del Centro de Alerta Temprana, señaló que debido a la extensión del incendio aún no se logró controlar ningún sector del perímetro.

No obstante, indicó que en la jornada el siniestro estuvo “tranquilo”, sin nuevos rebrotes y no amenazó a nuevas viviendas. Esto gracias a que las condiciones meteorológicas fueron favorables, con bajas temperaturas y escaso viento.

“Si mañana (por hoy) está despejado, con altas temperaturas y viento sobre 25 nudos, es posible que algunos focos se activen. Cuando está despejado tenemos viento sur y eso es fatal para la activación de los incendios”, explicó el funcionario. Según la información de la Dirección Meteorológica de Chile, hoy subirán levemente las temperaturas y se espera una máxima de 22C con nubosidad parcial y viento suroeste de intensidad regular.

Así las cosas, la intendencia de Valparaíso mantuvo el alerta roja para las comunas de Valparaíso y Viña del Mar, y el alerta temprana preventiva en el resto de la región debido a las condiciones propicias para la ocurrencia y propagación de incendios forestales.

Hasta anoche, el balance oficial mantenía en 15 las víctimas fatales, cinco lesionadas –dos de ellos funcionarios de la armada de Chile–, 500 personas atendidas de manera ambulatoria, más de 11 mil damnificados, 943 evacuados distribuidos en ocho refugios y 2500 viviendas destruidas.

Desde el plano político, la presidenta Michelle Bachelet anunció que entre hoy y mañana se designarán tres delegados especiales para cada una de las regiones que sufrieron los dos terremotos en el Norte y los incendios ocurridos en Valparaíso durante el fin de semana. La idea es que encabecen el proceso de reconstrucción de las zonas afectadas.

En una entrevista radial, Bachelet aseguró que “no queremos que nadie deje de lado la situación de los vecinos”. En ese escenario, la presidenta pretende crear un nuevo plan maestro para reorganizar la comuna de Valparaíso para evitar los problemas que provocaron los siniestros y que obstaculizaron la ayuda a los damnificados. Las casas, al carecer de una normativa clara de edificación, se construyeron sin los mínimos resguardos, el agua escasea, las calles son angostas y las quebradas –llenas de basura– son verdaderas chimeneas por donde el fuego corrió imparable. Así las cosas, las viviendas edificadas en las laderas y que se convirtieron en una postal internacional que fue incluso un determinante para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003, fue una de las causas de la tragedia. Por lo mismo, esta iniciativa consideraría un nuevo diseño urbano y la dotación de nuevos servicios para las zonas poblacionales que no fueron regularizados.

“Nosotros creemos que esta es una tremenda tragedia, pero una oportunidad de hacer las cosas bien. Efectivamente, uno ve en Valparaíso que hay mucha pobreza, pero también clase media. Son las dos ciudades, Viña y Valparaíso, con mayor cantidad de campamentos (villas miseria), con agua potable, luz y alcantarillado. Ha habido un crecimiento sin planificación”, explicó.

En relación con las metas sobre la ejecución de esta iniciativa, Bachelet aseveró que “no tenemos plazos. Estamos pensando en general. Hay situaciones distintas, personas propietarias, arrendatarias, campamentos, probablemente va a tomar todo el gobierno”, subrayó.

En tanto, en los albergues, aparte de la ayuda elemental para los damnificados, se está entregando apoyo psicológico y religioso.

Finalmente, la ministra de Vivienda, Paulina Saball, dijo que la prioridad para reconstruir las viviendas arrasadas por el incendio serán los mismos terrenos consumidos por las llamas. Tras efectuar un recorrido por los cerros La Cruz y Las Cañas, donde dialogó con algunos afectados por el siniestro, la secretaria de Estado dijo que “vamos a poner todo lo mejor de nosotros para conciliar la situación de las familias que legítimamente aspiran a seguir viviendo donde históricamente lo han hecho, con la seguridad, calidad y desarrollo histórico de las zonas”.

Añadió que “en algunos casos podremos reconstruir sobre el mismo terreno y en otros, tendremos que hacer adecuaciones y generar infraestructura que hoy no existe”, dijo. Saball destacó que esta catástrofe deja de manifiesto las precariedades en materia de desarrollo urbano y de la calidad de algunas ciudades. “Tendremos que hacernos cargo de la topografía del terreno, de la precariedad en las vías de acceso y de las formas de construcción, que hoy están lejanas a las normas de protección de las viviendas”, indicó.