Por Elio Brat
Desde Neuquén

La aparición del cuerpo sin vida de María Alejandra Zarza, sin el bebé que tenía de un embarazo de siete meses y medio, sigue generando más preguntas que respuestas entre todos los que siguen este caso de cerca. Página/12 consultó a uno de los más destacados médicos forenses del país, el doctor Osvaldo Curci, quien descartó de plano la posibilidad de que el feto pudo haberse expulsado luego de que la madre hubiera fallecido y también que se esté ante la posibilidad de un crimen pasional “por la falta de evidencias de violencia, típica en esa clase de asesinatos, que se conocen hasta ahora”. Ante la hipótesis de que la criatura haya nacido y esté viva, Curci opinó que se tuvieron y tienen que dar determinadas condiciones médicas para ello, todas no muy fáciles ni sencillas. La teoría de los investigadores apunta a un parto inducido –voluntaria o involuntariamente por parte de la madre– y que allí se produjo la muerte.
Mientras tanto, el feto sigue sin aparecer y los resultados de la autopsia practicada sobre la víctima aún no arrojan por qué y cómo murió María Alejandra Zarza. Pruebas y muestras de tejidos del cuerpo de la joven neuquina siguen en Buenos Aires para su análisis.
Osvaldo Curci es un reconocido médico forense que trabaja desde hace tiempo en la Morgue Judicial de la Ciudad de Buenos Aires. Ante las preguntas de este diario para intentar destejer la trama y el misterio que envuelve el caso de la joven neuquina que apareció muerta sin su bebé muy cerca de nacer, Curci recordó que “he visto decenas de casos de mujeres embarazadas que fueron atropelladas en accidentes de tránsito o que se vieron envueltas en un tiroteo y fallecieron, donde al mismo tiempo se produce la muerte de la criatura que lleva por falta de irrigación de sangre y de oxigenación”.
La mayor hipótesis apunta a que la joven embarazada fue obligada o no a producir el parto y murió durante o luego de producido el hecho.
La respuesta sobre lo que pudo haber pasado, quizás la tenga su novio y presunto padre de la criatura, Nicolás Rinaldi, quien la llevó en su automóvil la última noche que se la vio con vida. Mientras el joven acepta que discutieron, dice que luego María Alejandra descendió del vehículo y él se alejó del lugar. Ayer fue secuestrada la camioneta de su familia.
Para corroborar sus dichos, Rinaldi muestra una entrada de cine, que nunca llegó a utilizar, y su vuelta al complejo Village para buscar a la madre de su hijo de cuatro años, quien sí entró a ver la función. Todo ello es comprobable por las filmaciones del complejo la noche de la desaparición de María Alejandra. Lo que no pudo explicar hasta ahora Rinaldi es qué hizo en el lapso que se fue del complejo para buscar a su novia (casi una hora), ni tampoco la hora que pasó desde que dejó a la mujer y volvió al cine.
Tampoco puede explicar, tal como averiguó Página/12 a través de fuentes de la propia investigación, por qué se cambió de ropa en medio de los dos sucesos: Rinaldi llegó con un jogging al cine, lo cambió por un jean cuando se encontró con Alejandra y volvió a vestir un jogging al regresar al hall del cine. Incógnitas que muestran que algo puede estar escondiendo.