Sáb 14.06.2014

SOCIEDAD  › ACUERDAN UN PROTOCOLO POR LOS CRIMENES SEXUALES EN CONFLICTOS BELICOS

El otro abuso de las guerras

Más de 150 países se comprometieron a documentar la violencia sexual en los conflictos, legislar y atender las necesidades de las víctimas y ofrecer mayor ayuda a sobrevivientes. Fue el cierre de una cumbre mundial sobre el problema que se hizo en Londres.

› Por Marta Núñez

Desde Londres

Con la presencia de la carismática embajadora especial de las Naciones Unidas Angelina Jolie y de los cancilleres del Reino Unido, William Hague, y de los Estados Unidos, John Kerry, y ante representantes de más de 120 países, ONG y víctimas de crímenes de violencia sexual, se cerró ayer en Londres la “Cumbre Mundial para poner fin a la Violencia Sexual en Zonas de Conflicto”. En el discurso de cierre, Kerry fue enfático al afirmar que “cuando la gente pregunta si nosotros podemos realmente terminar con la violencia sexual durante las guerras, las respuesta es un sí, sí que podemos lograrlo”.

El resultado más palpable de la cumbre es el protocolo firmado por más de 150 países para la investigación y documentación de los crímenes sexuales durante las guerras. El protocolo compromete a sus signatarios a documentar la violencia sexual durante los conflictos, legislar y atender las necesidades de las víctimas, ofrecer mayor ayuda a los sobrevivientes y a los activistas por los derechos humanos, y lograr un cambio de percepción de un problema que tiene que ser solucionado globalmente.

Con cifras escalofriantes como las 35 mil mujeres tratadas en la República Democrática del Congo por severas enfermedades ginecológicas debidas al abuso sexual o las más de 50.000 bosnias torturadas y violadas, la cumbre ofreció numerosos ejemplos de la magnitud del problema. En el caso de Bosnia, sólo 30 casos llegaron a la Justicia, algo que la cumbre se propuso cambiar. Pero también hubo desgarradores testimonios como el de una mujer congolesa que contó el caso de una niña de 14 años violada, tomada por su violador como esposa y embarazada. “Cuando comenzó con los dolores de parto, el marido se negó a llevarla a una clínica. Atemorizada por los dolores, comenzó a caminar por el campo para ver si podía llegar a una carretera y pedir ayuda. Un soldado pasó en un vehículo, y mientras ella agonizaba de dolor, el soldado la violó y la dejó en la ruta. Afortunadamente fue rescatada, llevada a un hospital y su hijo nació sano. Sólo la solidaridad de una organización humanitaria la mantiene ahora en un refugio para mujeres. Sigue aterrorizada y no quiere presentar cargos ni declarar. El daño físico y moral sufrido por esta niña será muy difícil de reparar”, comentó esta voluntaria del Congo.

Consciente de los peligros de la retórica, la actriz Angelina Jolie, verdadera alma mater de la cumbre, señaló que el camino iniciado en Londres ayudará a “poner fin a la impunidad”, porque hay una “necesidad urgente” de actuar. En 2012, la actriz debutó como directora con una aclamada película sobre las violaciones en Bosnia, En tierra de sangre y miel.

Con una experiencia de primera mano sobre el efecto de la violencia sexual en las víctimas, Jolie cree que el verdadero impacto de la cumbre dependerá de lo que pase a partir de ahora. “La prueba que afrontamos es si podemos cambiar la situación sobre el terreno. Hay miles de personas que viven en la sombra de la violencia sexual en este mismo momento. Hay conflictos donde la violencia es incentivada abiertamente. Mientras estamos reunidos, mientras hablamos, vidas de jóvenes se ven arruinadas por la violencia sexual en Siria, el sur de Sudán y la República Central Africana”, afirmó.

El Protocolo es el producto del trabajo de más de 200 expertos, sobrevivientes y organizaciones humanitarias y está concebido como una guía o manual para asegurarse que los responsables de violencia sexual en zonas de conflicto puedan ser llevados a la Justicia. En el Protocolo se busca sentar las bases para que las víctimas que se animan a hablar sean tratadas con consideración y respeto, que la evidencia recogida por la policía y los médicos sea completa y rigurosamente documentada, teniendo en cuenta que va a ser estudiada por un juzgado.

Durante la duración de la cumbre no faltaron críticas de diferentes ángulos. Sobrevivientes en la República Democrática del Congo declararon que una cumbre no es suficiente, y que se debe trabajar para acabar con las guerras que son causadas frecuentemente por motivos económicos, entre los que se cuentan los intereses de los grandes exportadores de armas, comenzando por Estados Unidos y el Reino Unido, cuyos cancilleres encabezaron el cierre de la cumbre. También desde el Reino Unido se indicó que el gobierno no ha cumplido con su obligación de dar protección a las mismas víctimas que la cumbre aspira defender, según fuentes del Consejo de Refugiados. “Es realmente crucial que el Ministerio del Interior se dedique a la causa de los sobrevivientes de violencia sexual refugiados en el Reino Unido con la misma pasión que el canciller lo está haciendo en el extranjero”.

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