La comisaría XIII de Posadas y la Unidad Regional 1 de la que depende aquélla fueron intervenidas por la jefatura policial, luego de que el albañil Raúl Guirula fuera masacrado a golpes en un patrullero. Dos uniformados más, que se encontraban de guardia en la seccional, fueron detenidos ayer por orden del juez Marcelo Cardozo, a cargo del caso. Son ocho los detenidos y cuatro los jefes pasados a disponibilidad.

Fueron seis los policías detenidos el primer día, luego de que interviniera la Justicia. Ayer, se sumaron otros dos, un suboficial y un agente que estaban de guardia en la comisaría XIII. La suma de detenidos da ocho. A los ocho se agregan, sin detención al menos informada, cuatro jefes pasados a disponibilidad como responsables de las áreas que participaron en el crimen: el jefe de la Unidad Regional 1, ayer intervenida; el del Comando Radioeléctrico de la misma unidad y el jefe y subjefe de la comisaría. No fueron “echados” como señalan algunos cables de agencia sino pasados a disponibilidad, es decir, freezados hasta que aclare.

Mientras los voceros policiales insisten en que “es una situación que empaña el accionar de la policía”, no se empeñan en desempañar la muerte de Ricardo Sosa, contraventor detenido en la 13. Como Guirula los sorprendió cuando no bajaba del patrullero, Sosa los sorprendió colgado en un calabozo. La policía está para dar seguridad: el celular del albañil no se había perdido. Apareció en el saco de la policía detenida. La billetera del albañil masacrado por no pagar una botella de whisky, por ahora no aparece.

[email protected]