Sáb 09.08.2014

SOCIEDAD  › LO CAPTURARON JUNTO A SU HIJO Y SU SOBRINO Y LO LIBERARON TRAS EL PAGO DE UN RESCATE

Un juez secuestrado dos horas

Alfredo Bonanno, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 de Morón, fue interceptado cuando iba en su vehículo con los dos jóvenes. Lo mantuvieron cautivo durante dos horas y lo golpearon hasta que pagó el rescate.

Un juez de Morón, su hijo y su sobrino fueron secuestrados por una banda que los interceptó cuando iban en una camioneta por la localidad bonaerense de Castelar. A golpes, el juez fue obligado a reunir una suma de dinero como rescate, tras lo cual los tres fueron liberados después de casi dos horas y media, a una cuadra y media de su casa. Según fuentes judiciales y policiales, los asaltantes, bajo amenazas de matar al juez, hicieron que su hijo caminara hasta su casa y reuniera dinero. Los dos jóvenes tenían previsto viajar ayer al exterior, pero a raíz de lo ocurrido perdieron el vuelo.

Mientras duró el secuestro extorsivo, los delincuentes llamaban por teléfono a la esposa del magistrado para presionarla. El hecho comenzó a las 5, cuando el juez Alfredo Diego Bonanno (54), del Tribunal Oral Criminal Nº 3 de Morón, y su hijo salieron de su casa a buscar al familiar a bordo de una camioneta Volkswagen Tiguan blanca, ya que los jóvenes se iban a ir de viaje y tomarían un avión en el aeropuerto de Ezeiza.

Cuando los tres regresaban hacia la casa de los Bonanno, cerca de las 6, en la esquina de Ranchos y Alem, de Castelar, se les cruzó en el camino un Citröen C3 oscuro, con cuatro ocupantes a bordo, lo que obligó al juez a detener la marcha.

Las fuentes detallaron que dos de los asaltantes abordaron la Tiguan del juez, mientras que los otros dos se mantuvieron en el vehículo de apoyo. Los delincuentes le exigieron al magistrado que llamara a su casa con el fin de pedir un rescate y, como no pudieron comunicarse, decidieron ir hacia la vivienda, situada a unas 20 cuadras.

En el trayecto, con las tres víctimas a bordo, la banda intentó interceptar otro vehículo, aunque no lo logró. Al llegar a las inmediaciones de la calle San Pedro, a metros de la estación de trenes de Castelar, donde vive Bonanno con su familia, los captores advirtieron que había varias garitas de seguridad. Ante el temor de ser descubiertos, los delincuentes, luego de dar varias vueltas en el vehículo, decidieron que el hijo de Bonanno fuera caminando solo a la vivienda y buscara dinero, mientras ellos lo esperaban a unos 150 metros del lugar.

Durante todo ese tiempo, los captores se comunicaban con la mujer del magistrado para presionarla telefónicamente, mientras que a Bonanno le dieron varios golpes. Finalmente, el hijo del juez regresó al vehículo con 2000 pesos y 1000 dólares y, cerca de las 7.20, los dos delincuentes se pasaron al C3 y liberaron a las víctimas a bordo de la Tiguan. Además del dinero que el hijo del juez consiguió entregarles, los secuestradores robaron 2000 pesos que Bonanno y su sobrino tenían en las billeteras.

Tras ser liberado, el magistrado debió ser asistido por lesiones que presentaba en uno de sus ojos como consecuencia de los golpes recibidos. La causa, que se investiga como un secuestro extorsivo, quedó a cargo del fiscal Federal Nº 2 de Morón, Leonel Gómez Barbella, y el juez Federal de Morón Nº 1, de Juan Pablo Salas, que con varias brigadas de policía analizaban las cámaras de seguridad de la zona para intentar identificar a los delincuentes.

Como integrante del TOC 3 de Morón, Bonanno es uno de los jueces que deberá resolver este año un pedido de probation que hizo Julio César Grassi en una causa en la que este sacerdote condenado por abuso de menores está imputado por el presunto desvío de fondos de la Fundación Felices los Niños para el pago del alquiler de una casaquinta en el conurbano bonaerense. Además, Bonanno fue uno de los jueces que en 2006 condenó a 37 años y medio de prisión a José Antonio Vergara, alias “Satanás”, un violador serial que abusó de cuatro mujeres, una niña y hasta de dos compañeros de celda.

En 2011, y como integrante del mismo tribunal, condenó a prisión perpetua a Claudio Sartal como instigador del crimen de su ex esposa Andrea Pajón, la docente asesinada en 2008 en la localidad bonaerense de Castelar. En 2012, su tribunal estuvo a cargo del juicio por el crimen de Nicolás Arroyo, un estudiante universitario que fue asesinado en un asalto cuando paró a comprar una bebida en un kiosco de Castelar Sur, y condenó a prisión perpetua al imputado Esteban Román (31).

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