SOCIEDAD › PRIMERA ENCUESTA NACIONAL SOBRE LOS ADULTOS MAYORES
Un estudio indagó sobre la vida cotidiana de las personas mayores en el país. La encuesta del Indec relevó las percepciones sobre el amor y el sexo, el uso de tecnologías, la salud, la actividad física, el maltrato. Casi el 80 por ciento se siente satisfecho con su vida.
› Por Soledad Vallejos
Los adultos mayores argentinos dicen que están más que satisfechos con su vida, que tienen actividades fuera de la casa (desde gimnasia hasta voluntariado) al menos una vez por semana, que creen que es posible enamorarse pasados los 60 y aún más: el 80 por ciento dice que las personas mayores tienen una vida sexual activa. Esos son sólo algunos de los sorprendentes resultados de la encuesta nacional sobre calidad de vida de adultos mayores, realizada por el Indec en colaboración con el Ministerio de Desarrollo Social, y que relevó respuestas de 4656 personas mayores de 60 años de todo el país, durante 2012. Los datos más fríos señalan que los adultos mayores argentinos son cada vez más, suelen vivir en ciudades y son en su mayoría mujeres, que viven más que los varones. Pero esos datos duros, más bien tradicionales, no miden lo que fue el corazón de este estudio: la vida cotidiana, los detalles que la acompañan y pueblan, lo que esas mismas personas encuestadas perciben, o no, acerca de ciertos temas, más allá de lo que puedan apreciar terceros.
“Hay un estereotipo negativo sobre las personas adultas mayores, y quizá por eso hasta ahora, aunque hubo encuestas sobre adultos, chicos, adolescentes, nunca hubo una encuesta específica sobre ellos. De hecho, hay encuestas que dejan de medir temas a los 60 años, que tienen esa edad como límite. Pero estadísticamente eso no tiene sentido, porque actualmente en Argentina los adultos mayores son casi 6 millones, y va a haber muchos más. No podemos seguir pensando que no es importante, que un adulto mayor no es sujeto de derecho o no aporta a la comunidad. Esa idea que quedó en el imaginario social del abuelito que sólo servía para cuidar a los nietos cambió. Esta encuesta muestra que ahora llegar a la vejez es hacerlo activos y con autonomía”, evaluó la Directora Nacional de Políticas para Adultos Mayores, Mónica Roqué. “La encuesta nos permite destruir prejuicios, porque la vejez ya no es sinónimo de decrepitud”, agregó.
El estudio consistió en preguntas a ser respondidas a partir de la autopercepción, es decir, lo que los propios encuestados opinaran o creyeran del tema, no necesariamente del dato duro y comprobable. Se trató, ante todo, de sondear qué creen, qué ven, los propios encuestados de sí mismos, su vida y su grupo de pares. Para eso, la encuesta desgajó el concepto de “calidad de vida” en siete grandes tópicos: la salud, la sexualidad y el enamoramiento, la relación con el entorno, el manejo de la tecnología, el uso del tiempo libre, las redes de ayuda y la satisfacción vital. No es trampa empezar por el último punto: el 78,6 por ciento de los mayores de 60 años se siente “extremadamente” o “muy” satisfecho con su vida. A ellos, se suma un 13,2 “satisfecho”, un 5,1 ligeramente insatisfecho y sólo un 3,1 insatisfecho o extremadamente insatisfecho. La socióloga Dolores Ondarsuhu, coordinadora de encuestas especiales del Indec, señaló que estos resultados, que fueron medidos usando “una escala validada”, fueron algunos de los más sorpresivos. “Es un nivel muy alto de satisfacción, tiene que ver con logros en función de expectativas que se tuvieron en el pasado. Es la evaluación de la propia vida en el presente. Y fue sorprendente en un punto”, agregó.
Quizás ayude en esa satisfacción el sentirse con buena salud. El 59,4 por ciento cree que su salud va de excelente a buena, números que son ligeramente superiores en el grupo de adultos mayores más jóvenes, es decir, quienes tienen entre 60 y 74 años. “Las preguntas por la salud buscan medir algo subjetivo, y está asociada a la morbilidad y la mortalidad. Es un buen indicador, muy probado, y los resultados quizá van en contra de lo que pueda pensar el entrevistador generalmente. Porque importa la autopercepción”, detalló Ondarsuhu. A la hora de profundizar en aspectos de la salud, el 74,2 dijo tener una memoria entre excelente y muy buena (el 23,9 la evalúa como regular; el 1,9, como mala). Mientras que el 83,8 por ciento tiene cobertura médica de PAMI, el 8,6 ninguna y el 6,8 alguna privada, el 64,4 por ciento compró todos los medicamentos que le indicó algún profesional de la salud y el 20,7 compró sólo algunos. Del 15 por ciento que dijo no haber comprado ninguno, el 82 explicó que se debía a que le habían sido entregados gratuitamente.
El 31,9 de los encuestados dijo que se había caído al menos una vez en los últimos dos años, un porcentaje que decrece levemente entre los 60 y los 74 años y trepa al 40,3 en el grupo de más de 75 años. De quienes perdieron pie, el 49,2 por ciento se fracturó como consecuencia de ello. Por otro lado, el 86,1 por ciento dijo no tener deficiencias visuales y el 89,2, no tener deficiencias auditivas. En cuanto a salud mental, el 91,8 de la población de más de 60 dijo que no recibió diagnóstico de depresión en el último año. Más del 90 por ciento contó que no necesita ayuda para comer, vestirse, bañarse, higienizarse y peinarse, acostarse, levantarse, andar por la casa o usar escaleras. Un porcentaje algo menor, el 78,1, contó que no necesita ayuda para andar por la calle, usar transporte público, manejar dinero y medicamentos, hacer las compras, cocinar, hacer tareas del hogar y usar el teléfono.
Seis de cada diez personas encuestadas cree que es posible volver a enamorarse, y los más convencidos son los varones (67,8 de ellos frente al 58,7 de las mujeres); la convicción decrece al pasar los 75 años, especialmente entre las mujeres. El sexo, en cambio, tiene más consenso: el 77 por ciento cree que los adultos mayores tienen una vida sexual activa, con énfasis por parte de los varones (el 84,4 de ellos y el 72,8 de las mujeres). La creencia en la práctica sexual decae un poco con la edad: del 84,9 afirmativo en el grupo de entre 60 y 74, desciende al 60,5 en el grupo de más de 75.
En comparación con las personas jóvenes, la mayoría de los encuestados no se siente maltratada en consultorios médicos o en el ámbito familiar, pero un 38,9 sí dice recibir peor trato en bancos u oficinas públicas. Por otro lado, la percepción del maltrato es menor cuanto mayor es la edad.
La tecnología muestra un paisaje desparejo. Aunque el 64 por ciento no usa cajeros automáticos y el 44,5 no usa teléfono celular, el 20 de quienes realizan actividades en su tiempo libre usa Internet para distraerse.
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