De acuerdo con el Censo Nacional de 2010, el 14,3 por ciento de la población tiene más de 60 años, de modo que la Argentina se encuentra en una “etapa de envejecimiento avanzada” (y feminizada, porque de los 4,1 millones de mayores de 65 años, 2,4 son mujeres y 1,7 varones). La tendencia se fortalece: para 2050, detalla la encuesta, en la Argentina una de cada cinco personas tendrá 65 años y más. Actualmente, la población de adultos mayores se distribuye en las ciudades, y el distrito donde más se concentran es en la ciudad de Buenos Aires (donde vive el 15,7 por ciento), seguida por Santa Fe (11,1), La Pampa (10,9) y Córdoba (10,8), mientras que la provincia con menos concentración de ellos es Tierra del Fuego (sólo el 3,6 la elige, seguida por Santa Cruz –4,9–, Misiones –6,2– y Neuquén –6,4–).

Al comprender distintas generaciones, la población adulta mayor ofrece diferencias notables en cuanto a su educación. Las personas de entre 60 y 74 años alcanzaron niveles educativos más altos que los mayores de 75, a tal punto que en el segundo grupo el porcentaje de quienes tienen nivel primario incompleto es 10 puntos mayor (el 25,5 por ciento entre los mayores de 75; el 15 por ciento en el grupo de 60 a 74 años). El estudio del Indec recuerda que recién en la década del ’80 la educación primaria logró la cobertura total de la población, lo cual tiene una incidencia directa con esos números.

El 66 por ciento de los adultos mayores declara ser jefe de hogar; dos de cada diez viven en hogares unipersonales; tres de cada diez, en hogares unigeneracionales; y cinco de cada diez, en hogares conformados por personas de distintas edades. El 73 por ciento de los varones está unido o casado; de las mujeres, el 43,9 por ciento están casadas o unidas; y el 38,6, viudas.

Con referencia al tiempo libre, casi seis de cada diez entrevistados realizó ejercicios o actividades físicas –como caminar, trotar, nadar, bailar, hacer un deporte, gimnasia, yoga– en los últimos tres meses, y en su inmensa mayoría (78 por ciento) asegura que la práctica es un hábito de más de una vez a la semana. Además, al menos un 15 por ciento contó que hace voluntariado.