Dos mujeres que declararon en la causa complicaron la situación de Lucas Azcona, detenido como presunto autor del crimen de la estudiante chilena Nicole Se-ssarego Bórquez. Una joven, que reconoció a Azcona por las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad en las cercanías del lugar donde asesinaron a Nicole, aseguró que el detenido la había atacado cuando caminaba por la calle con su bebé en brazos; lo acusó de acoso sexual y de haberla herido en el cuello con un arma blanca. La segunda testigo, ex compañera de trabajo de Azcona, sostuvo que el día del asesinato de la estudiante chilena, el acusado llegó todo ensangrentado al hospital donde ambos realizaban tareas de limpieza. Por otra parte, se confirmó que entre hoy y mañana, Lucas Azcona, de 22 años, será sometido a estudios psiquiátricos en el Complejo Federal Nº 1 de Ezeiza, donde está preso.

Una de las testigos aseguró que Azcona la atacó cuando ella iba caminando por la calle, en la localidad bonaerense de San Francisco Solano, llevando a su bebé en brazos. La testigo, de nombre Milagros, relató ante el juez Luis Zelaya, a cargo de la causa por el crimen de Nicole, que los hechos ocurrieron el 1º de agosto pasado, cuando ella caminaba cerca de su domicilio, con su bebé de seis meses en brazos.

La joven aseguró que Azcona comenzó a seguirla y cuando pudo alcanzarla, la empezó a tocar “en sus partes íntimas”, según comentó a la prensa Julio Cisterna, abogado de la familia de la estudiante chilena, quien participó de la audiencia. Con posterioridad, mediante amenazas, intentó llevarla hacia un lugar oscuro y poco transitado.

El momento de mayor tensión fue cuando le pidió que le entregara el bebé. Como ella se negó, Azcona se puso más agresivo y le produjo una herida en el cuello con un arma blanca y luego salió corriendo. Milagros dijo que, debido al corte que sufrió, tuvo que ser asistida en un hospital. Le dieron varios puntos de sutura y después hizo la denuncia policial sobre lo ocurrido.

La testigo recordó que, después de ese suceso, volvió a ver a su agresor en la calle, en dos oportunidades. Siempre lo vio vestido de negro, tal como aparece en las filmaciones, y en una ocasión llevaba un pañuelo que le cubría la cabeza. Uno de esos encuentros fue en un colectivo; precisó que él la miraba con insistencia y “se le reía en la cara”, detalló el abogado Cisterna.

El letrado aclaró que la testigo Milagros dijo ante el juez de la causa que había reconocido a Azcona, en primer lugar por las imágenes captadas por las cámaras de seguridad ubicadas cerca del edificio de departamentos donde fue asesinada la estudiante chilena, y luego por lo visto por televisión cuando lo trasladaban tras el arresto.

La segunda testigo, Susana Vanesa, fue compañera de trabajo de Azcona en el Hospital Méndez. Contó que el 15 de julio, el día en que fue asesinada Nicole, el acusado llegó al trabajo “empapado en sangre”, tapando con una remera de color blanco su mano derecha herida.

Cisterna consideró “sumamente importante” este testimonio, porque describe “la forma en que llegó” a su trabajo el día del crimen y por la referencia a la prenda blanca, similar a la que aparece en las filmaciones de la cámara de seguridad. Por otra parte, se supo que entre hoy y mañana Azcona deberá pasar por un test psiquiátrico para determinar si “comprendía la criminalidad de sus actos”. La defensa de Azcona pretende que lo declaren inimputable.