Diluvió en la calle Corrientes y la Noche de los Libros no pudo desarrollarse plenamente, con los shows al aire libre suspendidos –Juana Molina iba a inaugurar–, pero hubo muchos audaces visitando librerías y yendo a las funciones bajo techo. Uno de los puntos más altos de la noche fue la reapertura de la emblemática librería Gandhi. “La idea es recrear el espíritu que tenía que ver con ser una librería con un fuerte posicionamiento en las ciencias sociales, contar con libros importados y la posibilidad de generar un ámbito de debate, como lo tenía la antigua librería”, explica Daniel Razzetto, vicepresidente de la firma de la cual depende Gandhi. La librería original se inauguró en 1984, al calor de la democracia, y fue un importante espacio debate entre los intelectuales de la época. “Esta iniciativa es fantástica, algo similar ocurrió con la Noche de los Museos y fue un éxito tremendo. Los libreros tienen muchas expectativas y lo viven con felicidad. Cualquier iniciativa que acerque a la gente a la cultura tiene que ser apoyada”, remata Razzetto.

“Participar de este evento es sumamente importante, porque es una posibilidad de tener contacto con el público”, le dijo a Página/12 la escritora Gabriela Urrutibehety, quien narró un cuento de terror sobre el asesinato de una directora de colegio. Sobre la vereda del Teatro Presidente Alvear, un grupo de chicos recitaba cuentos y poesía. Resguardados bajo un gran techo, la lluvia apenas los salpicaba. Los curiosos, de a poco, se acercaban y se acomodaban en unos cómodos asientos cuadrados. A unos metros, la librería Adán BuenosAyres ofrecía los títulos más importantes de Mario Vargas Llosa a 40 pesos. “Desde que arrancó la Noche de los Libros (hace siete años) no creíamos que iba a tener el éxito que tuvo, pero la verdad es que la convocatoria es impresionante. Se acerca mucha gente que tal vez durante el año no recorre la zona de las librerías”, considera Carlos Soutulio, un empleado de la librería Edipo. “Este día se vende bastante. Según el contexto del país, se venden libros de temas determinados, política. Actualmente, se están vendiendo muchas novelas, literatura adolescente y libros de ficción”, cuenta Soutulio.