SOCIEDAD › DOS AñOS DESPUéS, LA REAUTOPSIA DICE QUE UN JOVEN MURIó DE UN TIRO
La Bonaerense dijo en 2013 que Sebastián Nicora había muerto por un golpe tremendo en el cráneo y culpó a un amigo. La fiscal siguió esa hipótesis y casi archiva el caso. La madre insistió. Dos años después logró demostrar que recibió un tiro.
› Por Horacio Cecchi
Durante casi dos años, la muerte de Sebastián Nicora, de 16 años, fue descripta por los peritos policiales de la Bonaerense como producida por un tremendo golpe en el cráneo dado con un objeto contundente. Nicora fue hallado muerto en el balneario El Pericón, de Punta Indio, próximo a La Plata, el 15 de febrero de 2013. Durante esos tiempo, Fernanda, la madre de Sebastián, se cargó al hombro la causa y promovió todas las investigaciones que la fiscal Ana Medina desestimó o bien delegó a la Bonaerense, que es como decir lo mismo. En el medio, los sabuesos resfriados señalaron a Medina que el sospechoso casi autor era un amigo de Sebastián. Lo señalaron sin pruebas. La precisión de los Bonaerenses derivó en la previsible decisión de Medina: llegar al borde del archivado de la causa. En diciembre pasado, después de que en marzo Fernanda Nicora diera un nuevo envión al caso, se realizó una reautopsia con peritos de la Corte Bonaerense. Los expertos determinaron que Sebastián había muerto de un balazo en la cabeza, con orificio de salida. La diferencia entre dos perforaciones de bala (entrada y salida) y un golpe contundente es demasiado grosera para imaginar un error. Medina, que depende de la procuradora general María del Carmen Falbo, sigue investigando el caso, que es un modo muy generoso de describir su empeño y el de su brazo investigador dilecto.
El 14 de febrero Sebastián salió con un amigo, un año menor que él, al balneario El Pericón, donde alquilaron una habitación de un hostel. Su cuerpo fue hallado en la playa oficialmente alrededor de las 5 o 6 de la mañana del día siguiente. El morral que llevaba no apareció. Tampoco el supuesto objeto con que le dieron el supuesto golpe. Cuando este diario publicó el caso en febrero de 2014, Sandra Raggio, de la Comisión Provincial por la Memoria, que acompaña a Fernanda Nicora, dijo que “no precintaron el área en el balneario más concurrido de Punta Indio en plena temporada. A la hora en que llegó la fiscalía había policías, curiosos, periodistas, caminando sobre el lugar”. Medina, incluso, allanó la casa de Fernanda buscando nada.
Como se mencionó, la primera hipótesis de los investigadores (de la Bonaerense) fue apuntar contra el amigo de Sebastián, un chico de 15 años que carecía de la fuerza suficiente como para dar el golpe que, según los mismos Bonaerenses, había provocado la muerte del joven. Las pruebas presentadas por los sabuesos con moquillo fueron una remera manchada de sangre que resultó no ser humana y una zapatilla con una muestra tan antigua que ni siquiera se pudo extraer para analizar qué era. La fiscal Medina insistía con que se trataba del amigo, un modo oblicuo de buscar que el caso se archivara.
En marzo pasado, acompañada por la CPM, Fernanda logró ser recibida por la Procuración General de la Suprema Corte. Allí manifestaron todas las rarezas del caso y lograron que Medina volviera a investigar. Se realizaron audiencias en las que declararon uniformados de Verónica y Punta Indio; vecinos que conocían algunas circunstancias del caso; se pidieron informes sobre el recorrido de los patrulleros y cruces de llamados. Finalmente, se solicitó la reautopsia. Esta vez, se realizó con peritos de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte. El 2 de diciembre pasado, las médicas Nora Sotelo y María Pons, que intervinieron en la reautopsia, concluyeron en que “la causal de muerte de Nicora Sebastián, de 16-17 años de edad, se produjo por traumatismo craneoencefálico con destrucción de masa encefálica, producido por proyectil de arma de fuego que ingresando por región frontal izquierda realizó una trayectoria de adelante hacia atrás, levemente de izquierda a derecha y levemente de arriba hacia abajo”. En el peritaje además detectaron fragmentos metálicos y restos de pólvora.
“Desoyeron mis pedidos y ahora es una prueba irrefutable –dijo Fernanda Nicora a Página/12–. Fuera del dolor que me causa, me da grandes esperanzas para llegar no sólo a la autoría sino a todos los que encubrieron el caso.”
A fines de diciembre, y con los resultados de la reautopsia en la mano, Fernanda Nicora, acompañada por Víctor Mendibil, Ana Barletta, Sandra Raggio, Rodrigo Pomares y Margarita Jarque, fueron recibidos en la Procuración y reclamaron una investigación seria. En la Procuración estuvieron de acuerdo. Por el momento, será un supuesto en manos de Ana Medina.
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