Las enfermedades no transmisibles (ENT), como el cáncer, enfermedades respiratorias, cardiovasculares o la diabetes, provocan cada año 38 millones de muertes de las que 16 millones podrían evitarse mediante medidas preventivas, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Argentina es uno de los países que ya implementa políticas nacionales de prevención de estas enfermedades.

“Invirtiendo entre 1 y 3 dólares por año y por persona, los países podrían disminuir claramente el número de pacientes y de fallecimientos provocados por estas enfermedades no transmisibles”, dijo Margaret Chan, directora general de la OMS. En 2015, cada país debería fijarse objetivos para la implementación de medidas preventivas porque, si no, “millones de vidas volverán a perderse demasiado pronto”, añadió.

En el año 2000, 14,6 millones de personas murieron prematuramente a causa de enfermedades no transmisibles, por falta de prevención. Esta cifra aumentó desde entonces y pasó a 16 millones en 2012, según el informe de la OMS.

De las 38 millones de muertes por ENT en 2012, el 42 por ciento (16 millones) resultaron prematuras (antes de los 70 años) y evitables, y el índice puede reducirse significativamente –advierte el informe– mediante políticas gubernamentales que apunten a reducir el consumo de tabaco y de alcohol, promover el consumo de alimentos saludables y la actividad física, y de asistencia sanitaria universal.

En el caso de la Argentina, el trabajo resaltó que el plan nacional “Menos sal, más vida” logró una reducción del 25 por ciento en el contenido de sal en el pan gracias a una política impulsada por el Estado nacional, con la activa participación del sector privado.

La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Salud de la Nación, busca concientizar sobre la necesidad de disminuir el consumo de sal en las comidas, impulsa la reducción de sodio en alimentos procesados mediante acuerdos con la industria del sector, como así también en la elaboración del pan artesanal.

Esta medida fue tomada con miras a llevar adelante un plan integral para la reducción en el uso de sal que es considerada la estrategia más efectiva y económica para prevenir la hipertensión arterial, el principal factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.

En su informe, la OMS alienta fundamentalmente a los países de bajos ingresos a llevar a cabo estas políticas, ya que las muertes causadas por enfermedades no transmisibles son en estas naciones superiores a los fallecimientos por enfermedades infecciosas. Seis países registran un índice de muertes prematuras muy elevado: Afganistán, Fiji, Uzbekistán, Kazajistán, Mongolia y Guyana.

Casi tres cuartas partes de todas las muertes por enfermedades no transmisibles (28 millones) y el 82 por ciento de los 16 millones de muertes prematuras se producen en países de ingresos bajos y medianos.

“En 2015, todos los países necesitan establecer objetivos nacionales e implementar acciones rentables. Si no lo hacen, millones de vidas se seguirán perdiendo demasiado pronto”, afirmó Chan.

El informe recomienda intervenciones de alto impacto y rentables como la prohibición de todas las formas de publicidad del tabaco, políticas que incentiven a una comercialización de alimentos más saludable, la sustitución de las grasas trans por grasas poliinsaturadas y la restricción o prohibición de la publicidad de alcohol.

El informe de la OMS pide también insistir en la prevención de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, la promoción de la lactancia materna, la implementación de programas de sensibilización pública sobre la dieta y la actividad física, y la prevención del cáncer de cuello uterino mediante el cribado o tamizaje.

La OMS lanzó en 2013 un plan de acción para reducir en 25 por ciento entre 2013 y 2020 el número de decesos prematuros. Según este organismo de salud mundial, los costos de las campañas para reducir las muertes prematuras son de 11.200 millones de dólares por año.

El informe finalmente estima que, entre 2011 y 2025, las pérdidas económicas relacionadas con las ENT, como el gasto médico y la pérdida de productividad, en los países de bajos y medios ingresos se elevarán a 7 billones de dólares si no se hace nada para cambiar la dinámica actual. Por el contrario, el organismo estima en unos 11.200 millones al año el coste global de reducir la carga de las ENT. Este gasto es el equivalente a 3 dólares por persona para prevención.