SOCIEDAD › EL VATICANO DEMORA EN ACEPTAR AL NUEVO EMBAJADOR DE FRANCIA
El gobierno francés designó hace tres meses a su nuevo representante, pero el Papa nunca le otorgó el plácet. Laurent Stefanini es abiertamente gay. El Vaticano no se pronunció. Críticas de organizaciones de la diversidad sexual.
Tres meses después de la designación de Laurent Stefanini como embajador de Francia en el Vaticano, las autoridades galas aún esperan recibir el visto bueno papal, una demora atribuida supuestamente a la condición de homosexual del diplomático. Usualmente, este tipo de proceso no suele prolongarse más de un mes y medio. Los diarios franceses e italianos se ocuparon en los últimos días de las dificultades en otorgar dicho nombramiento. Para el gobierno francés, se convirtió en un asunto embarazoso. Distintas agrupaciones de la diversidad sexual pusieron el grito en el cielo. El Vaticano se negó a hacer declaraciones.
Stefanini, un católico practicante de 55 años, soltero y sin hijos, fue nominado para el puesto en enero pasado por el presidente François Hollande, pero hasta ahora el Vaticano se rehusó a acreditarlo. El cargo, según recordó esta semana el diario Le Monde, está vacante desde principios de marzo, dado que el anterior representante de Francia ante el Estado pontificio, Bruno Joubert, ya regresó al país. “Stefanini fue nombrado embajador porque es un excelente diplomático, que dispone de todas las cualidades para ocupar ese puesto. Esperamos la respuesta a nuestra petición de consentimiento”, indicaron fuentes oficiales francesas como único comentario a la polémica generada. Si bien es inusual, el Vaticano tiene precedentes de haber demorado la acreditación de un embajador con la esperanza de que sea reemplazado por alternativas más afines.
La nunciatura apostólica en París no se pronunció oficialmente, pero hizo saber que su candidatura tiene pocas posibilidades de ser aceptada por los servicios pontificios, pese al apoyo recibido por parte del arzobispado de París.
Fuentes italianas señalan en el diario Le Parisien que “un plazo de tres meses de demora es anormal”, dado que este tipo de proceso no suele prolongarse más de un mes y medio. “Tradicionalmente, el Vaticano no expresa su rechazo. No responde, no da explicaciones, y le corresponde al país afectado interpretar esa ausencia de respuesta”, añadió Le Parisien, que recuerda que la elección de Stefanini contaba con el respaldo tanto de François Hollande como del consejo de ministros.
El actual jefe de protocolo del Elíseo, que se desempeñó como segundo de la Embajada de Francia en el Vaticano entre 2001 y 2005, no sería el primer embajador homosexual que se postula para ese Estado, pero sí el primero en asumirlo abiertamente. La polémica por su nominación agrega un ingrediente más a las tensiones entre el Vaticano y el gobierno socialista de Francia por la legalización del matrimonio gay, apoyada por el presidente y aprobada en 2013, para indignación de grupos católicos y conservadores.
El principal grupo de defensa de los derechos de los homosexuales en Italia criticó al Vaticano. Flavio Romani, presidente de la asociación LGBT Arcigay, lo comparó con Uganda. “Allí, gays y lesbianas son perseguidos ‘en el nombre de Dios’ por iglesias fanáticas inspiradas en la extrema derecha; de manera análoga, en el Vaticano las personas homosexuales se ven rechazadas, a pesar de las palabras que predican la acogida”, apuntó Romani. “Claramente, en el Vaticano tampoco hacen lo que predican”, denunció el presidente de la asociación italiana, en una declaración en la que además acusa a “prelados de alto rango” de contradecir una de las frases más famosas del papa Francisco. En julio de 2013, el pontífice había dicho: “Si alguien es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”.
César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina, resaltó que “si no acepta al embajador francés por ser gay, el Vaticano está haciendo un juicio negativo. Y no sólo lo juzga sino que lo condena”. “Es extraña tanta demora en el plácet del embajador, puesto que no hay Estado en el mundo que se rija tanto por protocolo como el mismo Vaticano.” El líder de la CHA afirmó que “esta política muestra a la Iglesia al desnudo, tal cual es”, y evaluó el impacto que la noticia puede llegar a causar en los colegios religiosos de la Argentina.
Asimismo, destacó que el Vaticano “define la homosexualidad hasta el día de hoy como una desviación de la naturaleza. Esa es la postura oficial, lo que figura en el catecismo y en documentos, su dogma, en definitiva”. Y concluye diciendo que “no son tan estrictos con los juicios que tienen muchos curas por abusar de menores”.
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