Mar 14.04.2015

SOCIEDAD  › CUATRO PERSONAS FUERON ACRIBILLADAS DENTRO DE UN AUTO EN LA VILLA 1-11-14, DEL BAJO FLORES

Una masacre con el sello de los narcos

Las víctimas son ciudadanos paraguayos, tres de ellos hermanos. Entre todos recibieron unos 30 balazos. El auto estaba en una calle interna del asentamiento. Dos de las víctimas tendrían antecedentes por narcotráfico. En la villa ya hubo otros casos de masacres.

Cuatro ciudadanos paraguayos, tres de ellos hermanos, fueron acribillados a balazos cuando se encontraban en un automóvil importado en la villa 1-11-14, en el barrio porteño del Bajo Flores. El vehículo fue hallado estacionado en una calle interna del asentamiento. Los cuerpos pertenecían a tres hombres y una mujer, de entre 19 y 30 años, y presentaban más de treinta balazos. Se sospecha que el crimen tiene el sello del narcotráfico.

El hallazgo se produjo en la madrugada de ayer, tras un alerta de los vecinos del barrio. Las víctimas fueron encontradas asesinadas en un Mercedes-Benz, modelo A 190, blanco, estacionado en una calle interna que separa las manzanas 9 y 26 del asentamiento, frente a la puerta 4 del predio del estadio de club San Lorenzo de Almagro, a la altura de avenida Perito Moreno al 2200.

Todo ocurrió pasadas las 23.30 del domingo, cuando varias personas comenzaron a atacar a balazos al automóvil, en el que llegaron tres hermanos –dos hombres y una mujer– y otro hombre más. Todos eran de nacionalidad paraguaya.

Algunos vecinos indicaron a la policía que escucharon gran cantidad de disparos seguidos, tipo ametralladora. Al salir a observar lo ocurrido, vieron a dos jóvenes que abandonaban el lugar en una moto a alta velocidad. Dos habitantes señalaron haber visto en plena fuga a otros dos en moto, quienes habrían actuado en complicidad con los asesinos.

El auto estaba detenido en medio de la calle, a unos 150 metros de la salida que da a la avenida Perito Moreno. Varios de los balazos que atravesaron a las víctimas impactaron también en un bar, una remisería y una vivienda que se encuentran frente a la escena del crimen.

Las víctimas fueron identificadas como Leticia, Agustín y Hugo Lezcano González, de 19, 24 y 30 años, respectivamente, con domicilio en General Rodríguez, y Fabio Basualdo Gómez Ruiz Díaz, de 21. En total, recibieron 34 balazos: Ruiz Díaz presentaba 12 impactos, Leticia Lezcano González, 8; Agustín Lezcano González, 10, y Hugo Lezcano González, 4.

Ninguna de las víctimas tuvo sobrevida, ya que todos tenían impactos de bala en la cabeza, al margen de la cantidad de balazos que tenía cada uno. El director del SAME, Alberto Crescenti, confirmó que las cuatro personas ya se hallaban fallecidas al momento de la llegada de los médicos.

El hecho es investigado por la fiscalía de distrito de Nueva Pompeya y Parque Patricios, a cargo de los fiscales Marcelo Munilla Lacasa y Adrián Giménez. Intervienen en el caso la comisaría 34ª de la Policía Federal, con colaboración de la Gendarmería Nacional, que vigila la villa en el marco del Operativo Cinturón Sur dispuesto por el Ministerio de Seguridad de la Nación.

Allegados a la investigación aseguraron que el coche presentaba entre 30 y 40 impactos de bala. Además, precisaron que los agresores dispararon contra el automóvil con armas calibre 9 milímetros y .40, tras lo cual huyeron hacia el interior de la villa. Según las primeras averiguaciones, dos de las víctimas tendrían antecedentes por narcotráfico, por lo cual creen que el cuádruple homicidio fue un “ajuste de cuentas” por drogas.

La villa 1-11-14 es uno de los asentamientos precarios más populosos de la ciudad de Buenos Aires. De acuerdo con el último censo de 2010, cuenta con unos 26 mil habitantes. Sus angostos pasillos amontonan casas de chapa con otras de hasta dos pisos sin terminar, donde viven en condiciones precarias miles de personas de bajos recursos. La zona es señalada también como un territorio que se disputan bandas de narcotraficantes.

En octubre de 2005 se produjo en el lugar la denominada Masacre del Señor de los Milagros. Decenas de personas participaban de una procesión religiosa alrededor de la máxima figura religiosa de Perú, cuando quedaron en medio de un tiroteo entre dos grupos que peleaban por el control de la venta de drogas en la zona. A raíz del hecho murieron cinco personas, entre ellos un bebé, y siete resultaron heridos.

Alionzo Rutilio Ramos Mariños, alias Ruti, un ciudadano peruano sindicado como uno de los líderes del narcotráfico en la Capital Federal, fue condenado a 18 años de cárcel, en junio de 2008, por el crimen de Corvalán y absuelto por los otros cuatro. Para los investigadores, su plan inicial había sido asesinar a Marco Antonio Estrada González, alias Marcos y también peruano, con quien supuestamente se disputaba el dominio del narcotráfico.

En octubre de 2013, al menos dos sicarios irrumpieron en un pool de la manzana 9 de la 1-11-14 y dispararon contra dos argentinos y tres paraguayos, que perdieron la vida. La principal hipótesis apuntó a que se trató de un ajuste de cuentas por un cargamento de marihuana que no llegó a destino y que los jefes narcos responsabilizaron de ello a las víctimas, algunas de las cuales contaban con antecedentes por ese tipo de delitos.

Más cercano en el tiempo, en febrero pasado, se registró además un tiroteo que duró cuatro horas y terminó con dos muertos y un escándalo en el Hospital Piñero, adonde asistieron a los heridos y algunos de sus familiares amenazaron con armas al personal médico.

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