Jue 14.05.2015

SOCIEDAD  › SIETE MUERTOS Y MáS DE 200 HERIDOS POR UN TREN DESCARRILADO EN FILADELFIA

El exceso de velocidad, fatal en la curva

La formación circulaba a más de 160 kilómetros por hora, el doble de la velocidad permitida en el tramo donde se accidentó el martes por la noche. En los peritajes preliminares, la caja negra reveló que el maquinista intentó frenar, pero no lo logró.

Siete personas murieron y más de 200 resultaron heridas al descarrilar una formación ferroviaria de la empresa Amtrak cerca de Filadelfia, en el noreste de los Estados Unidos. El tren circulaba a más de 160 kilómetros por hora, el doble de la velocidad máxima permitida. Ayer, las autoridades analizaban la caja negra y los primeros estudios arrojaron que el maquinista intentó frenar, pero no lo logró. El presidente Barack Obama lamentó la “tragedia” y destacó el trabajo de bomberos, socorristas, médicos y policías.

Max Helfman, de 19 años, que viajaba con su madre en el último vagón, dijo que sintió una conmoción antes de que el transporte volcara sobre sí mismo. “La gente fue lanzada a tierra”, relató a un diario de Filadelfia. “Los asientos se salieron de lugar, las maletas caían sobre los pasajeros. Mi madre voló sobre mí y tuve que agarrarla. La gente sangraba, era horrible”, señaló. Otro pasajero, Jeremy Wladis, de 51 años, que estaba en el vagón de cola cuando se produjo el accidente, relató al mismo medio que “teléfonos, computadoras, todo volaba. Había mujeres que fueron despedidas hacia la rejilla para los equipajes”.

El accidente ocurrió el martes a las 21.30 (23.30 hora argentina) cuando una formación del tren regional Northeast 188, que viajaba desde Washington DC hacia Nueva York, saltó de las vías en una curva de un área residencial de Port Richmond. Las autoridades de Amtrak informaron que a bordo del tren accidentado había 238 pasajeros y 5 empleados de la compañía ferroviaria. Confirmaron, además, que hubo 7 víctimas fatales y más de 200 heridos que fueron hospitalizados, ocho de ellos en grave estado.

Al menos uno de los vagones yacía destrozado tras el vuelco. Los socorristas tuvieron que utilizar linternas para buscar heridos o sobrevivientes, con la ayuda de helicópteros que sobrevolaban iluminando la escena con potentes reflectores.

“Todo iba bien y de repente dimos la vuelta”, relató uno de los ocupantes del tren, Don Kelleher. Un video en Instagram mostró a gente llorando y gritando en los primeros segundos tras el accidente.

Según Robert Sumwalt, de la Agencia Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), el conductor del tren intentó un desesperado frenado, pero no logró reducir la velocidad. Previo al descarrilamiento, el conductor recurrió a una “aplicación de frenado completo de emergencia”, pero apenas logró reducir la velocidad en unos pocos kilómetros por hora, dijo Sumwalt.

De acuerdo con el funcionario de NTSB, el tren se aproximó a la curva a una velocidad de unos 170 kilómetros por hora, pero la medida urgente del conductor redujo esa velocidad solamente a unos 164 km/h, el doble de lo permitido en ese tramo. “Se requiere un tiempo y una distancia mayores para desacelerar un tren”, explicó.

El lugar donde ocurrió el descarrilamiento es uno de los tramos de ferrocarril más utilizados en Estados Unidos y, según los medios locales, el tren con 243 personas circulaba a más del doble de la velocidad permitida en esa curva.

“El conductor de la formación resultó herido en el accidente y después de recibir atención médica comenzó a ofrecer a la policía un testimonio de lo ocurrido”, explicó el alcalde Michael Nutter. La caja negra, que graba informaciones sobre el funcionamiento del tren, se encuentra “en el centro de operaciones de Amtrak, en Delaware, para su análisis”, dijo Nutter.

Robert Sumwalt, de la NTSB, contó que equipos de rescate siguieron “revisando cuidadosamente los vagones volcados para ver si no había nadie más” en el caótico escenario del accidente. “Es absolutamente desastroso. Nunca vi nada igual en mi vida, y la mayoría de la gente de aquí le dirá lo mismo”, destacó Nutter.

Los socorristas tuvieron que usar herramientas hidráulicas para retirar a los pasajeros de los vagones, seriamente dañados por el accidente. Un parlamentario estadounidense, Patrick Murphy, de Pensilvania, viajaba en el tren. “Estoy bien. Ayudando a otros. Recen por los heridos”, escribió en su cuenta de Twitter. Algunos heridos, con las manos y el rostro ensangrentados, no lograban moverse, dijo Murphy, que publicó en Twi- tter imágenes del rescate.

Además de los equipos de rescate, arribaron a la zona del accidente algunos agentes del FBI para determinar las causas de lo ocurrido, aunque descartaron que pudiera tratarse de un atentado. Todo el tráfico ferroviario entre Nueva York y Filadelfia fue suspendido por tiempo indeterminado.

El presidente Barack Obama lamentó la “tragedia” y destacó el trabajo de bomberos, socorristas, médicos y policías “que trabajan sin descanso para salvar vidas”. “De Washington a Filadelfia, pasando por Nueva York y Boston, es una tragedia que nos toca a todos”, indicó el mandatario en un comunicado.

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