Jue 28.05.2015

SOCIEDAD  › OPINIóN

Hacia un uso responsable de las redes sociales

› Por Rodrigo Bonini *

Son varios los delitos informáticos que pueden resultar a partir del uso de las diferentes herramientas tecnológicas y/o redes sociales (WhatsApp, Facebook, MySpace, telefonía celular, Twitter, YouTube, Flickr, Dropbox, etc.) tales como: robo de identidad, acoso, extorsión, estafa, fraude informático, sabotaje informático, ciberterrorismo, delitos económicos, publicación de comunicaciones electrónicas, revelación de información registrada en banco de datos personales, corrupción de menores, secuestros, narcotráfico y hasta trata de personas.

Por ello la necesidad de tomar conciencia de que las acciones que se realizan en el mundo virtual impactan inexorablemente en el mundo real. Los usuarios deben utilizar la herramienta con la certeza de que los datos personales se harán públicos y así expondrán su vida privada. Si bien las encuestas refieren que el 50 por ciento de los adolescentes da información personal en Internet, el 60 por ciento sube fotos propias y de amigos sin su consentimiento, y manifiestan además pensamientos, opiniones, gustos y creencias sin restricciones; es aún más preocupante el hecho de que dos de cada tres padres desconoce a qué red social está suscripto su hijo, así como que el 80 por ciento de los jóvenes accede a Internet sin control de sus padres.

En este sentido, es recomendable para la seguridad de los jóvenes que los padres acompañen y eduquen a sus hijos sobre los riesgos potenciales y los concienticen sobre el uso responsable de las redes sociales, y los guíen en la navegación de los sitios de ingreso y se interioricen en las herramientas tecnológicas. La prohibición en estos casos resulta un mal consejero. Por el contrario, el guiar y generar pautas de uso responsable provoca un compromiso en la utilización del servicio por parte de los jóvenes.

En este contexto, los padres deben tener buen conocimiento del uso y alcance de estas herramientas; deben experimentar y conocer sus funciones y servicios; de esta manera podrán tener un mejor vínculo y diálogo con los chicos al momento de aconsejarlos, guiarlos y advertirles sobre las virtudes y riesgos de las mismas. No puede aconsejarse sobre lo que no se conoce. Deben establecer normas y pautas de uso razonable, discutiendo con ellos y poniendo límites concretos a fin de evitar que sus hijos o los amigos de ellos sean expuestos a situaciones no deseadas o de amenaza, principalmente sobre la información personal que puedan subir a dicha red.

Es fundamental saber quiénes son los contactos y/o grupos a los que los chicos están asociados o vinculados. Un modelo de acercamiento recomendable es que los padres muestren interés en las actividades, amistades y grupos que sus hijos generan a través de estos sistemas, con el propósito de que los jóvenes no se sientan vigilados o acosados por sus padres; la sobreactuación, enojo o prohibición no son aconsejables, ya que ellos generarán automáticamente una nueva herramienta de red social para vincularse y por la mala experiencia no se lo comunicarán a sus padres.

Es positivo que los chicos sociabilicen y utilicen las herramientas tecnológicas –como las redes sociales o los grupos de WhatsApp– para armar grupos de estudio, deporte, amistad etc.; esto facilita y dinamiza las relaciones como así también aquella información que se intercambia, pero este ámbito que se genera debe ser sano y seguro, focalizado en personas de la misma edad y conocidas; no es aconsejable que los chicos inte-ractúen con grupos constituidos por adultos o que permitan el ingreso a personas ajenas al grupo específico creado.

Cuando se habla de la responsabilidad, competencias u obligaciones para el control y la seguridad en la utilización de la red, inmediatamente se lo asocia con la obligación del Estado como único responsable de velar por ello; sin embargo, en el modelo de la seguridad informática se identifica como factor fundamental la limitación y cuidado individual, es decir, la autorresponsabilidad de cada usuario.

Recomendaciones prácticas para un uso eficiente y seguro de las redes:

- No interactuar con personas con las que no se tiene un vínculo real.

- No dar información personal (número de teléfono; direcciones; fotografías propias, de familiares o de amigos sin su consentimiento); no intercambiar contraseñas.

- Bloquear contactos desconocidos que insisten en entablar un diálogo.

- No descargar archivos multimedia.

- No poner foto personal como perfil.

- Evitar encuentros personales con personas que han conocido por el sistema.

- Respetar la privacidad de los amigos para no exponerlos.

* Especialista en Política Criminal.

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