El juez de Garantías de Morón, Alfredo Meade, dictó la prisión preventiva a Diego Cuevas, el automovilista que atropelló y mató a dos jóvenes y provocó heridas a otros cuatro en la localidad bonaerense de Haedo en abril, cuando presuntamente corría una picada. Por ello, Cuevas seguirá preso.

El magistrado consideró que Cuevas es autor de los delitos de “homicidio simple con pluralidad de víctimas (2), lesiones graves con pluralidad de víctimas (4) y prueba de velocidad en zona urbana, en concurso ideal”. En un futuro juicio oral y en caso de ser hallado culpable, el joven podría enfrentar una pena de entre 8 y 25 años de prisión.

Meade entendió que, en el proceso, existen “indicios vehementes y elementos de convicción suficientes” para suponer que Cuevas participó en la corrida mortal, razón por la cual hizo lugar al pedido del fiscal Alejandro Jons de dictar la prisión preventiva.

El domingo 5 de abril, a las 7 de la mañana, en Rivadavia y Maipú, de Haedo, Cuevas atropelló a siete jóvenes que salían de bailar y se dirigían a la parada del colectivo para volver a sus casas.

Lautaro Juárez, de 16 años, murió en el lugar; cuatro jóvenes resultaron heridos de gravedad y quedaron tirados en el suelo. El primo de Juárez, José Manuel Lastra, de 16 años, falleció el 27 de abril en el hospital Luis Güemes, de Haedo, a causa de las lesiones sufridas.

Los estudios efectuados sobre el auto que manejaba Cuevas establecieron que conducía a 127 kilómetros por hora y que un Volkswagen Bora conducido por un amigo de él iba a 129. “Cuando se le amplió la acusación, al morir José Manuel, él declaró que el Bora lo encerró y se tuvo que tirar contra el paredón, pero no se detectó ningún toque entre los autos”, explicó Rapazzo.