Luego de que el fiscal de Mar del Plata recordara formalmente que la firma está siendo investigada por trata de personas y advirtiera que su apertura “generaría una violación inminente de los derechos de las mujeres”, el intendente Gustavo Pulti anunció que no permitirá que el boliche Cocodrilo inaugure su sede marplatense, algo que estaba anunciado para mañana. En un comunicado, la municipalidad de General Pueyrredón informó que Pulti “decidió ratificar públicamente lo que ya anticipara al fiscal general Adler en relación con la posible solicitud de habilitación de una firma comercial con oscuros antecedentes en materia de trata de personas”, aunque el jueves, ante la protesta de un colectivo de mujeres, había advertido: “no tenemos que prejuzgar”. Ayer, luego de conocida la voluntad oficial de no permitir la habilitación, y mientras en la zona de Cabo Corrientes continuaban las tareas para poner a punto el local, en Twi- tter el dueño de la sede porteña de Cocodrilo y socio de la frustrada filial marplatense, Omar Suárez (@omisuarez), advertía: “vamos a ver en la justicia, ahora voy x todo”, “ya los demandaré a (la integrante del colectivo de mujeres MuMaLa, Noelia) Barbas y a (Daniel) Adler”, “por calumnias injurias!!! A la justicia”. Suárez, dueño del nombre comercial del boliche, estaba asociado al marplatense Agustín Plaza en la sucursal playera.

En un escrito presentado ante la intendencia el miércoles, el fiscal de Distrito marplatense Adler pidió explícitamente que “se rechace toda pretensión de habilitación del establecimiento Cocodrilo y (que el Poder Ejecutivo local) arbitre los medios para impedir su funcionamiento de hecho”. En el texto, trabajado en coordinación con el titular de la Procuraduría de Trata y Explotación Sexual (Protex), Marcelo Colombo, y la responsable del Programa de Políticas de Género, Romina Pzellinsky, Adler recordó investigaciones judiciales en las que el boliche de Recoleta aparece vinculado a trata para explotación sexual y proxenetismo.

Adler afirmó que la apertura “generaría una violación inminente de los derechos de las mujeres, en especial el de preservar su dignidad frente a situaciones de explotación”. “Bajo el ropaje de legalidad se encubriría la apertura de uno de los lugares prohibidos por los artículos 15 y 17 de la ley 12.331 (N. de R.: los artículos de la ley de profilaxis que prohíben “el establecimiento de casas y locales donde se ejerza la prostitución, o se incite a ella” y advierten sobre el castigo para los proxenetas), cuya finalidad fue la de preservar la dignidad de las mujeres que tienen derecho a ejercer la prostitución, pero no a ser explotadas en su ejercicio. El funcionamiento del local significaría una “situación de palmario enfrentamiento con normas del derecho nacional e internacional”.

Adler también señaló “la cultura prostibularia y el negocio de la trata de personas en la ciudad de Mar del Plata”, algo que vinculó a lo que fue “una modalidad de diversión” según la cual “las despedidas de solteros, los cumpleaños y salidas de hombres eran motivo de festejo en los prostíbulos de la ciudad”. “Como la palabra prostíbulos sonaba fuerte, pasaron a llamarse privados”, escribió el fiscal, que rastreó en el cambio lingüístico un enmascaramiento que “llevó a la confusión de buena parte de los operadores judiciales y municipales”. “Del privado se pasó al ‘boliche’. Encubierto en bar de noche funcionó la explotación de la prostitución VIP en Madahos. Hoy sus responsables se encuentran procesados por el delito de trata de personas. Ese lugar, sostenemos, es el que hoy quiere venir a ocupar Cocodrilo”, señaló Adler.

En septiembre pasado, en entrevista con la marplatense Radio Brisas, Suárez había anunciado que la firma –cuyo local de Recoleta fue allanado el 16 de mayo de este año por una investigación sobre “venta de estupefacientes y trata de personas”, y también en septiembre de 2011 a raíz de una causa por infracción a la ley 12.331, de profilaxis– abriría sede en Mar del Plata. Durante las últimas semanas, continuó los anuncios en las redes sociales.

En la semana que termina, la denuncia del colectivo MuMaLa (Mujeres de la Matria Latinoamericana) había generado polémica pública. Mientras en los negocios de la calle Güemes abundaban –como hasta ayer– los volantes publicitando el “grand opening” y en el Facebook del boliche sorteaban pases VIP para “disfrutar de la magia de la noche y la complicidad de las burbujas”. “Ese boliche de Buenos Aires fue investigado por causas de proxenetismo y narcotráfico y es de público conocimiento el trato cosificador que propinan a las mujeres en sus comunicaciones y publicidades”, había señalado Noelia Barbas, referente del colectivo en Mar del Plata. La organización pedía al intendente Pulti que no habilitara el local.

El funcionario respondió: “La municipalidad se maneja con valores. Todo lo que sea asimilable a violencia de género cuenta con nuestra enemistad”, pero, agregó, “no tenemos que prejuzgar ni tenemos que actuar antes de saber”. Por eso, ayer, en diálogo con este diario, Barbas celebró el anuncio oficial pero con precauciones: “esperamos que el intendente sostenga en el tiempo la decisión. Venimos denunciando que desde el gobierno municipal se han encubierto lugares en los que se comprobó que había delito de trata, como La Posadita o Madahos, ahora cerrados, y (el fiscal) Adler en su denuncia dijo que Cocodrilo venía a ocupar ese nicho”.

Suárez hace sólo unas semanas fue nombrado en otra causa por proxenetismo, pero en Mendoza, como informó oportunamente este diario: el dueño del prostíbulo Pyme Vip, Sebastián Solé Recabarren, declaró ante la Justicia que había sido asesorado por él.

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