Un remisero de 61 años, que desde hacía ocho días se había ausentado sin aviso de su trabajo, fue encontrado asesinado a golpes y oculto debajo de un montículo de arena en la casa donde vivía, en la localidad bonaerense de San Miguel. Por el crimen de Nemesio Torres, oriundo de Santiago del Estero, son buscados como presuntos autores del hecho un hijo y un hijastro de la víctima. El hallazgo del cadáver se produjo en la noche del viernes, cerca de las 21, en un galpón que está en el mismo terreno donde se levanta la vivienda familiar, en José Garibaldi y Santa María, en el barrio Santa Brígida de la mencionada localidad.

La búsqueda de Nemesio Torres había comenzado a partir de la denuncia formulada por sus compañeros de trabajo, dado que el hombre había dejado de concurrir a la remisería el jueves 16 de julio, sin dar aviso. Los compañeros de trabajo habían ido a buscarlo a la vivienda, sin que nadie respondiera. Por esa razón intervinieron agentes de la Comisaría 2ª de San Miguel, quienes ingresaron al terreno, con la cooperación de los adiestradores de la División Canes.

La vivienda estaba cerrada con llave y la búsqueda se encaminó hacia el galpón, ubicado en los fondos del terreno, donde funcionaba un taller mecánico. En el interior de la fosa que era utilizada para la verificación de los vehículos, semitapado por arena y algunas frazadas, con signos de haber recibido fuertes golpes en el rostro y en la cabeza, fue encontrado el cuerpo del dueño de casa.

El primer informe forense indicó que Torres había fallecido entre tres y cuatro días antes del hallazgo, y que pudo sufrir varias horas de agonía. Esto pudo determinarse porque hallaron arena en el interior de la boca. Los peritos creen que los autores del crimen deben haberlo golpeado hasta que, creyéndolo muerto, lo arrojaron agonizante dentro de la fosa. La muerte fue por asfixia porque Torres se había desvanecido y no pudo recuperarse de los golpes recibidos.

El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial de San Martín, donde se le hizo la autopsia y se ordenaron algunos estudios complementarios para determinar en forma fehaciente las causas de la muerte. La hipótesis de los investigadores es que los autores del homicidio fueron un hijastro de 16 años y un hijo de 18 con los que Torres convivía, luego de que su última esposa lo abandonara y se fuera junto con otra hija de 15.

El dueño y los compañeros de trabajo de la remisería declararon que Torres se había presentado en forma reciente con marcas de golpes en la cara y había dicho que se las había provocado “uno de sus hijos”. La pista se refuerza porque hasta anoche no había sido ubicado ninguno de los dos jóvenes que vivían en la misma casa.

La sospecha sobre los dos jóvenes también se debe a que uno de ellos fue visto, en días recientes, manejando el Renault 19 propiedad de Torres. Cuando uno de los compañeros de Torres le preguntó dónde estaba el padre, respondió que había viajado a Santiago del Estero para visitar a sus familiares. Desde el jueves 23 ya no encontraron a nadie en la vivienda familiar y tampoco estaba el auto.

La policía había detenido a un joven que encontraron cerca de la casa donde vivía Torres, pero luego lo dejaron en libertad porque se trataba de un amigo de los dos chicos que están siendo buscados. En el caso intervino en primera instancia la fiscal Gloria Reguan, de la Unidad Funcional de Instrucción 18 descentralizada de Malvinas Argentinas, pero debido a que uno de los sospechosos es menor de edad, el caso pasó a manos del titular del Fuero de Responsabilidad Juvenil del Departamento Judicial San Martín, Fabián Hualde, quien solicitó la captura de los dos jóvenes, uno de los cuales tendría antecedentes penales.