SOCIEDAD › EL IMPACTO DE LA FORMACIóN EN EDUCACIóN SEXUAL
Dos tercios de los docentes cambiaron sus ideas después de las capacitaciones del Ministerio de Educación nacional. El 80 por ciento dice que los chicos demandan esos contenidos.
› Por Mariana Carbajal
Dos de cada tres docentes “abrieron sus cabezas” y cambiaron sus ideas sobre la educación sexual a partir de las capacitaciones masivas que viene realizando el Ministerio de Educación de la Nación en la mayoría de las provincias desde hace tres años. Y alrededor de 8 de cada 10 expresaron que el alumnado demanda esos contenidos en las clases. Los datos forman parte de los principales hallazgos de una encuesta que evaluó el impacto del proceso de formación, que ya alcanzó a casi 90 mil docentes y personal directivo de 37.400 escuelas de gestión pública y privada, de nivel inicial, primario y secundario. El estudio, que será presentado oficialmente hoy y que Página/12 adelanta en exclusiva, muestra que antes la mayoría desconocía la ley de Educación Sexual Integral y que se trata de una política educativa obligatoria. “Es un estudio que nos ratifica el rumbo y nos señala que es un camino para siempre”, afirmó a este diario el ministro de Educación Alberto Sileoni. Y advirtió que San Juan es la provincia más resistente a incorporar la educación sexual integral (ESI): su gobierno es el único que no permite que los docentes se capaciten ni distribuye en las escuelas los materiales didácticos elaborados por el Programa Nacional de Educación Sexual. También hay grandes retrocesos en la ciudad de Buenos Aires, que fue pionera en la temática, y que desde la gestión macrista dejó de promover la ESI y fue cerrando las opciones de formación docente (ver aparte).
Otro logro destacable de las capacitaciones, destacó el ministro, es que más allá de sus ideas iniciales sobre la educación sexual, dos de cada tres docentes otorgan actualmente mucha importancia a la ESI y un 29 por ciento adicional “bastante importancia”. Sin embargo, todavía persisten resistencias para transversalizar los contenidos y lo más frecuente es que la ESI se centre en “ciencias naturales”. Los temas que más desafían a los docentes, y que dan cuenta de la profundidad de lo que se debe cambiar en el plano cultural, son discriminación de género, diversidad sexual y abuso sexual infantil y noviazgos violentos. Esos temas cuesta más que se incorporen que aquellos vinculados con el cuidado del cuerpo.
La investigación cuali-cuantitativa apuntó a monitorear la aplicación de la ESI en escuelas de gestión estatal y privadas de distintas jurisdicciones del país, tiempo después de que sus docentes y directivos hubieran participado de las capacitaciones del Programa de Educación Sexual Integral, que encabeza Mirta Marina. “No solo medimos el impacto, sino también la eficacia de ese dispositivo de formación, es decir, cuánto se transformaron sus ideas”, señaló a Página/12 Marina. El estudio se basó en una encuesta que respondieron 634 directivos o representantes institucionales y 1213 docentes, de Buenos Aires, Chaco, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Además, incluyó observaciones en las instancias de capacitación. Estuvo coordinado por la socióloga Eleonor Faur.
“Si bien los temas de género y diversidad son los más resistidos, se van de las capacitaciones con preguntas. Les cuesta distinguir las prácticas discriminatorias que hace la escuela y reproducen estereotipos. También les cuesta reconocer formas más invisibilizadas de la violencia y la discriminación hacia las mujeres”, señaló Marina.
Algunos hallazgos fueron:
- Los docentes del nivel inicial son los que más realizan acciones vinculadas a ESI de manera continua (39 por ciento), más que los de nivel primario (23 por ciento) y de nivel secundario (17 por ciento).
- El 75 por ciento de los directores y el 71 por ciento de los docentes manifestaron haber cambiado “mucho” y “bastante” sus concepciones iniciales.
- Además, alrededor de 8 de cada 10 del personal directivo y docente expresó que el alumnado demanda recibir educación sexual integral.
- El 85 por ciento de los docentes utilizó los materiales del Programa de ESI.
Frente a la pregunta acerca de “en qué medida los objetivos y contenidos del programa ESI estaban incorporados en el proyecto institucional con anterioridad a la capacitación masiva”, cuatro de cada diez indicó que “poco” o “nada”. Solo uno de cada 10 de los encuestados afirmó que ya eran parte del currículum de su escuela. Luego de las jornadas de capacitación, la mitad de los docentes indicó que modificaron “bastante” su planificación y otro 10 por ciento que la modificaron “mucho”. En cambio, un 29 por ciento dijo haberla modificado “poco” y el 5 por ciento, “prácticamente nada”.
Previo a las capacitaciones, la mayoría de los directores y docentes desconocía la existencia de la Ley Nacional de Educación Sexual 26.150, sancionada en 2006, y no asociaba a la ESI con una política educativa obligatoria: pensaba que dependía de la decisión de cada docente. A la hora de trabajar temas de ESI, mostraban resistencias vinculadas especialmente con la preocupación por la cantidad de tiempo que van a tener que dedicar, sus propias resistencias relacionadas con el trabajo sobre la sexualidad en la escuela y el temor a las críticas de las familias de los alumnos. Además, asociaban la sexualidad a la genitalidad, la prevención de riesgos, el matrimonio y la heterosexualidad como única forma de vivir la sexualidad. Los derechos, la dimensión de género y el respeto a la diversidad escasamente se asociaban a la noción de sexualidad en las imágenes y representaciones de docentes, directores y directoras. Finalmente, el estudio destaca que durante el proceso de formación, comenzaron a familiarizarse con los lineamientos curriculares de la ESI y a comprometerse con la propuesta.
Las capacitaciones masivas comenzaron en 2012, cuando alcanzaron a 12 mil docentes, en 2013 llegaron a 20 mil más, en 2014 a 28 mil y en lo que va de 2015, a otros 29.40, según informó Marina. En total pasaron por las capacitaciones, que son presenciales, 89.400 docentes y directivos, de 37.400 escuelas de gestión pública y privada, de las provincias de Formosa, Salta, La Pampa, Chubut, Chaco, Córdoba, Entre Ríos, La Rioja, Buenos Aires, Misiones, Mendoza, Santa Cruz, Río Negro, Jujuy, San Luis, Corriente y Catamarca. Un requisito para quienes participan de las capacitaciones es hacer luego una jornada institucional en sus escuelas, con suspensión de clases, para compartir sus conocimientos con el resto del personal docente.
Además, desde 2009 se ofrecen cursos virtuales por los que pasaron 29.536 docentes más. La ley de ESI estableció que los contenidos deben ser adecuados a la edad del alumnado y abordados de manera transversal. Y son obligatorios para todas las escuelas desde nivel inicial, incluso las confesionales. El Programa de ESI se creó en 2008, luego de que se aprobaran en el Consejo Federal de Educación, los contenidos mínimos curriculares –elaborados por una comisión de expertas– y desde entonces, elaboró materiales didácticos, que incluyen cuadernillos, láminas y videos para trabajar los temas en las distintas materias, revistas para que las familias puedan también abordar diferentes temáticas (embarazo adolescente, trata, violencia en los noviazgos, diversidad sexual, entre otros) con sus hijos e hijas en sus casas.
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