SOCIEDAD › COMENZó EL JUICIO A LUCIANO SOSTO POR EL CRIMEN DE SU MADRE
Luciano Sosto dijo que la acusación le resultaba un absurdo y que no entendía por qué estaba allí. Describió cómo encontró a su madre y la relación que tenía con ella. También declaró su padre, que lo consideró inocente.
Durante cuatro horas y media, Luciano Sosto, más conocido con el apodo ocupacional de El Sommelier, comenzó a ser juzgado por el crimen de su madre, la psicóloga Estela Garcilazo, y de su posible abuso sexual. En su declaración ante el Tribunal Oral en lo Criminal 8, Sosto se declaró inocente y dijo a los jueces Alfredo Sañudo, Ricardo Basílico y Fernando Larraín que no entiende cómo terminó preso y que la acusación le parece “un absurdo”. También declaró como testigo su padre, Carlos Sosto, empresario gastronómico, quien sostuvo la inocencia de su hijo. Sosto padre se había propuesto como parte querellante con su abogado Fernando Díaz Cantón, pero ambos fueron apartados de la querella porque para el tribunal funcionaban como una defensa paralela. Díaz Cantón fue abogado durante el juicio de Carlos Carrascosa, condenado por el crimen de María Marta García Belsunce. Durante ese juicio se desarrolló la misma estrategia de instalar una acusación que defendió al imputado.
“Es absurda esta acusación. Es una incógnita todo esto. Estamos convencidos de mi inocencia, y yo más que nadie porque sé lo que hice.” Cuando se refirió a la relación con su madre, dijo que ella era su “compañera de toda la vida” y que “había una relación muy intensa de madre a hijo, muy afectiva” y que para él ella “no era una carga” y que él “la adoraba”. “Sabía de mi orientación sexual y la aprobaba. Era incondicional el amor que nos teníamos”, agregó.
Afirmó que vivía de una renta de 4500 pesos de un departamento que tenía en la calle Kennedy y que su madre lo ayudaba y le pagaba las expensas y todos los gastos. Relató que fue dueño de los restaurantes Lucky Luciano, frente al Zoológico, y Las Loras, en San Telmo. Luego se dedicó a su actividad de sommelier y fundó el Centro Argentino de Bebidas Espirituosas, que fue abandonando por su adicción a las drogas. “Consumía diariamente marihuana y cocaína”, sostuvo que su casa era “una especie de aguantadero” donde iban amigos a consumir, e incluso, cuando fue a declarar la noche en que apareció muerta aseguró que había consumido cocaína en el baño de la seccional” 23.
La sospecha de la acusación es que presuntas deudas por drogas podrían haber tenido que ver con el crimen. La fiscal Diana Goral le preguntó si tenía alguna deuda con su dealer, una travesti a la que tenía agendada en su celular como “Daniela Pala”. Sosto negó que tuviera deudas, pero luego le preguntaron sobre un mensaje que encontraron en su celular que decía “tengo todo para saldar mis deudas, vení porfa”. Sosto reconoció que quizá le había quedado debiendo pero sólo los 450 pesos del día anterior.
Explicó que la última vez que estuvo con su madre fue en la Nochebuena de 2013, en el departamento de ella, en el 4ºB de Seguí 4444, un piso más abajo de su departamento. Dijo que el 26 se despertó por la llamada de una amiga y que llamó a su madre y no le contestó, insistió alrededor de las 14.30 y finalmente se despertó en un corte de luz del edificio.
Dijo que bajó por escalera a hacer unas compras y que al pasar por la puerta del 4ºB escuchó un quejido y decidió investigar. Entró por la puerta de servicio y encontró a su madre tirada en el piso y que intentó reanimarla y que llamó a emergencias del Hospital Alemán. Las dos grabaciones de las llamadas que se reprodujeron en la audiencia se realizarpn a las 15.07 y 15.31, en las que se escucharon algunas contradicciones: primero dijo que estaba muerta y después que tenía convulsiones.
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