SOCIEDAD › POR GARCíA BELSUNCE, UN ESTUDIO APUNTA A CARRASCOSA Y PACHELO
La fiscalía investiga la posible coautoría del crimen de María Marta y solicitó un informe a peritos. El resultado confirma sospechas sobre Carlos Carrascosa y agrega la posibilidad de que el vecino Nicolás Pachelo pudiera haber participado.
A trece años del crimen de María Marta García Belsunce, un nuevo informe criminalístico indica que su asesino fue un hombre que conocía tanto a la víctima como al country Carmel de Pilar, donde se produjo el homicidio. Además, el estudio sostiene que el episodio tuvo que ver con motivos personales o económicos y que pudo ser cualquiera de los dos principales sospechosos en la causa: Carlos Carrascosa en un crimen por encargo, o el vecino Nicolás Pachelo, acusado por la familia de María Marta y los amigos de Carrascosa, en un arrebato psicopático.
Los actuales fiscales de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Pilar, Leonardo Loiterstein y Daniel Márquez, encomendaron un nuevo informe en la causa por el homicidio de María Marta García Belsunce. Aunque la causa ya tiene su condenado a perpetua, el viudo Carrascosa, y tres familiares, un vecino y un médico como encubridores, los fiscales siguieron investigando la posible participación de otra persona en el crimen. El pedido consistió en un perfil del o los homicidas y de evaluar el posible móvil del crimen.
El estudio, que consta de 43 páginas y ya fue incorporado a la causa, estuvo a cargo de dos expertas en criminología y análisis del comportamiento de la Delegación Mar del Plata de la Policía Científica, las licenciadas Liliana Patricia Rodríguez y María Eugenia Cariac. Tras repasar los 38 cuerpos del expediente (7600 fojas), las especialistas señalaron que el autor del homicidio de María Marta conocía “el lugar y los movimientos de la víctima” y que el hecho de llevar un arma de fuego sugiere planificación y “determinación homicida”, algo característico de los “crímenes por encargo, pasionales, odio o venganza”.
Para las perfiladoras de la bonaerense, el criminal actuó con frialdad, y llevó a cabo “escenificación posterior” –por colocar el cuerpo en la bañadera–. Además, sostienen en su informe que, por “las características de vulnerabilidad física y circunstanciales de la víctima y la modalidad” es posible que se trate de acciones de una sola persona, en cuyo caso se trataría de un hombre. Además, las peritos señalan que el asesino actuó con impunidad porque se sintió “seguro pese al contexto que implica sistemas de seguridad, barrio cerrado y posible arribo de terceros” y que “no se trataría del accionar de un experto, aunque probablemente sí posea experiencia delictiva y/o una personalidad transgresora”.
Para Rodríguez y Cariac, la posibilidad del intento de robo quedó desestimado y cobran relevancia, las hipótesis que sugieren “un interés del homicida centrado en la víctima”. De acuerdo con las investigadoras, los sospechosos son el viudo Carrascosa, sentenciado a perpetua como autor del crimen –aunque logró que la Corte Suprema ordene una revisión de su condena–, y por el otro, Pachelo, quien fue testigo y no estuvo imputado.
Al abordar la hipótesis de que Pachelo fue el autor del hecho, destacan que fue visto en lugar y horario cercanos a los del crimen. En su relato, las expertas observan “detalles superabundantes de las actividades previas (partido de fútbol) y posteriores (viaje a casa de su madre, compras.), sin embargo, no ofrece detalles de lo realizado en la franja horaria del hecho”, ya que “sólo hace referencia a que se bañó y se cambió, actividad que no insumiría más de 20 minutos”. Afirman que Pachelo reúne todas las características de una personalidad que podría ser compatible con la del autor material del crimen: rasgos psicopáticos y narcisistas como los de una persona que reacciona de manera inesperada y desproporcionada ante un mínimo estímulo.
En cuanto a la “línea Carrascosa”, las peritos aclaran que su personalidad no resultaría compatible con el perfil esperable del autor material de un crimen, aunque “reúne ciertas características como para ‘encargar’ la muerte y mantener a posteriori una inmutabilidad amparada entre otros factores, en la omnipotencia que le da su rol de víctima secundaria”. Además, el estudio de las peritos, resalta que el accionar del viudo fue “direccionado al encubrimiento de pruebas y a desviar la investigación hacia la línea del accidente”.
Si bien el matrimonio tenía “una buena relación”, las perfiladoras aseguran que al ser María Marta muy reservada y el contexto social hacen suponer que “habiendo problemas, los mismos no hubieren sido compartidos”. Por último, destacan que a Carrascosa y María Marta también los unían “cuestiones y negocios económicos” y que allí podría haber “una conflictiva subyacente”.
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