Diputados comunistas rusos propusieron aprobar una ley que estipula sanciones a aquellas personas que expresen públicamente su homosexualidad. Las medidas van desde multas de entre 4000 y 5000 rublos (60-75 dólares) hasta el arresto, en caso de hacerlo en instituciones educativas o culturales. Argumentan que “ayudaría a combatir la pedofilia” y que a los votantes de su partido les causa “repugnancia”.

Los comunistas remitieron a la Duma o Cámara baja del Parlamento el proyecto que castiga “la expresión pública de orientaciones sexuales no tradicionales”. La ley prevé sanciones económicas con multas por el equivalente de hasta 75 dólares. En el caso de que esos actos se cometan en recintos educativos, culturales o juveniles (desde escuelas hasta museos), se pidió imponer medidas administrativas por violar el orden público, como el arresto durante quince días.

Los diputados explicaron que el objetivo de su proyecto es mejorar la eficacia a la hora de perseguir la pedofilia en la sociedad rusa, mientras uno de ellos, Iván Nikitchuk, precisó que la medida “sólo incumbe a los hombres que reconozcan su homosexualidad”. Según explicó el funcionario a la emisora Habla Moscú, por ahora a las mujeres homosexuales no les afecta y explicó que a los votantes comunistas, especialmente si son creyentes ortodoxos, les causa “repugnancia” ver a dos hombres besándose. “Yo mismo he visto en Berlín varias veces esa imagen, cuando hombres con barba, babeando, comienzan a abrazarse y besarse. Es asqueroso”, sostuvo Nikitchuk.

La iniciativa ya fue rechazada por el partido del Kremlin, Rusia Unida, que adujo que la propaganda de la homosexualidad ya está contemplada por la polémica ley que las minorías sexuales consideran una violación a su derecho a la libertad de expresión.

Por su parte la defensora de derechos humanos Ludmila Alexéyeva se expresó en contra de este proyecto. “¿Por qué una persona no puede decir cómo es en realidad? ¿Y qué pasa si no se puede reconocer que uno es comunista y por ello lo encarcelan a uno?”, manifestó Alexéyeva, que recomendó a los comunistas que se dediquen “a cosas más útiles, cuando el país se encuentra en crisis, enfrascado en guerras y aumenta dramáticamente el número de pobres”. La mujer, que tuvo que abandonar la Unión Soviética por sus críticas al Kremlin, instó a introducir un proyecto de ley que establezca que “ser comunista es una desviación de la norma”.

En Rusia la homosexualidad se castigaba con la cárcel hasta 1993. El país reprimió cualquier intento de celebrar marchas de orgullo gay y al momento prohíbe la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.