SOCIEDAD › LA NOCHE DE LOS MUSEOS ACTIVO 220 ESPACIOS CULTURALES
El evento anual incluyó desde centros culturales en las villas a establecimientos históricos. Hubo tours organizados por fábricas, bachata, música clásica y un público verdaderamente masivo en la ciudad.
› Por María Daniela Yaccar
La Noche de los Museos es muchas cosas, al punto de que el nombre empezó a quedarle chico. De norte a sur, una vez por año, la ciudad se transforma, y son cada vez más los espacios que se integran a esta movida. La Casa Central de la Cultura Popular, inaugurada en 2013 en la villa 21-24, de Barracas, vivía anoche una experiencia inédita. Fue el centro cultural que comenzó con actividades más temprano, alrededor de las 17. “Sentimos que hay más inclusión”, subrayaba a Página/12 Julieta Chinchilla, la coordinadora general de la Casa, que no es exactamente un museo: es un gigante de cemento al que acuden las personas del barrio para participar de talleres de diferentes disciplinas artísticas.
Todos los fines de semana hay actividades –fundamentalmente teatro– pero esta noche es diferente. Hay unas combis de Ronda Cultural, una iniciativa del Plan Nacional Igualdad Cultural, que trasladan a los vecinos del barrio a museos o espacios ubicados en distintos puntos y que también acercan a quienes gusten a conocer la Casa. Afuera del edificio de Iriarte 3500 se colocó un escenario. Temprano hubo una muestra del taller de ritmo latino: “La 21-24 es la capital de la bachata”, dice Julieta. Ahora hay hip-hop. Desde una ventana bordeada por ladrillos naranjas, un hombre fuma y observa. Adentro, los bomberos voluntarios de Barracas pasean por las instalaciones: planean emplazar una sede en el barrio, por eso quieren conocerlo. La Casa está llena: hay unos niños jugando al ajedrez, otros –tanto niños como niñas– participan de un taller de ballet, otros estuvieron pintando y los adultos recorren una muestra plástica que incluye trabajos de los jóvenes artistas de la zona y de otros barrios vulnerables. Entre las imágenes hay, por ejemplo, un retrato del padre Toto y distintas postales de la villa. Afuera también hay unos puestitos, se venden pizza y dulces: los muffin vienen con mensajes políticos para este balotaje.
Como sucede siempre, desde exactamente las 20, las largas filas empezaban a armarse. En las puertas del Museo Histórico Nacional, por ejemplo, otro de los 19 espacios del Ministerio de Cultura de la Nación que se incorporó a la propuesta del gobierno porteño. Hasta allí habían llegado los trabajadores de Bridgestone de Monte Grande: la empresa les brindaba el traslado a todos, con paradas en tres espacios culturales. Además del Museo Histórico, iban a visitar el del Humor y el de Artes Decorativas. Alrededor de las 22, sobresalían las filas en el Casco Histórico: en la Casa Rosada –atravesaban la Plaza de Mayo–, el Museo del Bicentenario y la Manzana de las Luces. Sobre la combi de Ronda Cultural, una señora mayor se quejaba: “Esto debería empezar más temprano. Algunos no podemos dar vueltas hasta las 3 de la mañana”, decía, decepcionándose al ver el público que esperaba para ingresar al Cabildo. Llamaba la atención, también, la cantidad de personas ubicadas en las escalinatas del Edificio Libertad, que estaba presenciando un desfile militar.
Algo que queda claro es que la Noche de los Museos excede a los museos en sí: es el abanico de actividades que los espacios programan especialmente para esta noche, algunas excéntricas, como las visitas guiadas rapeadas por la obra de Degas en el Museo Nacional de Bellas Artes. Otros lugares, como el Ministerio de Defensa, generan curiosidad en sí porque no están abiertos al público durante el resto del año. Por esa zona también impactaba lo que pasaba en el CCK, también debutante en la movida: era un hormiguero. A las 23, cuando quedaban cuatro horas por delante, los organizadores contaban que ni más ni menos que 20 mil personas habían cruzado las puertas del ex Palacio de Correos. En el hall el barítono Ernesto Bauer recibía a los espectadores con “La donna è mobile”. Un concierto de órgano y otro de la Orquesta Sinfónica en la Ballena Azul, performances de danza, presentaciones de VJ y DJs en La Cúpula e intervenciones musicales en salones y pasillos son algunas de las actividades que sucedieron en Sarmiento 151. En la Cúpula, los visitantes pudieron tener una vista inigualable de la ciudad y observar el cielo con telescopios. Sobre la explanada hubo espectáculos para toda la familia.
La inauguración oficial fue en la Plaza República del Uruguay, con un ensayo del Ballet Nacional Sodre, que a las 21 presentó Don Quijote, con dirección de Julio Bocca. Antes el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín ofreció, en el mismo lugar, el Himno a la Alegría. En total, más de 220 espacios abrieron sus puertas durante la jornada.
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