SOCIEDAD › PRONOSTICAN QUE EL FENóMENO METEOROLóGICO TENDRá UN NUEVO PICO A FINES DE OTOñO
El evento, que está detrás de las lluvias e inundaciones en el Litoral, continuará hasta marzo y tendrá un segundo pico en junio. Según el SMN, es el más fuerte desde 1997, cuando tuvo un fuerte impacto en Argentina, con 32.800 evacuados y 290.000 personas afectadas.
El fenómeno de El Niño, que influye en las fuertes precipitaciones e inundaciones que afectan al noroeste argentino, es el más fuerte desde 1997 y, según advirtió el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), “podría tener un segundo pico a fines de otoño”. El temporal “continuará por lo menos hasta marzo”. La predicción de los meteorólogos se basa en el comportamiento que tuvo El Niño hace 18 años, con características que, por el momento, son muy similares a las registradas desde diciembre pasado. En tanto, los especialistas evalúan la incidencia del cambio climático en la intensidad del fenómeno.
En 1997, el mismo fenómeno tuvo un fuerte impacto en Argentina, con 32.800 evacuados y 290.000 personas afectadas por el desborde de ríos, anegamiento de territorios y lluvias torrenciales. Así lo señala un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que sostiene que las zonas más afectadas fueron las provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa. A nivel global, en 1997 y 1998, El Niño produjo la muerte de 24.120 personas, el desplazamiento de 6,25 millones y pérdidas económicas por 33.200 millones de dólares.
Caracterizado como de tipo “fuerte”, el evento El Niño –o fase cálida del ciclo ENOS (El Niño, Oscilación Sur)– que a fines de noviembre alcanzó su pico de calentamiento superficial en el Pacífico Ecuatorial, “va a seguir por lo menos hasta marzo”, aseguró Cindy Fernández, meteoróloga del SMN.
“Los modelos están indicando que a partir de marzo comienza a debilitarse, pero el problema es que este Niño se viene comportando de manera similar al del 97/98, que a principios de otoño había empezado a decaer, pero que en junio-julio tuvo un repunte y volvió a tener un máximo de 2,7 grados centígrados por sobre la temperatura media del mar”, sostuvo la especialista.
Para que un evento de El Niño sea considerado fuerte, la temperatura del Pacífico Ecuatorial debe superar en más de 1,5 grado la media para la época, durante cinco meses consecutivos. En El Niño actual, la temperatura promedio del mar para el trimestre que va de agosto a octubre se ubicó 1,7 grados por encima de la media –con un pico de 3 grados durante la última semana de noviembre– y rondaría los 2,3 grados entre diciembre y marzo. “Los valores de El Niño del 97/98 eran parecidos a éste y hasta ahora los dos se comportan igual en cuanto a lo que tardó en calentarse el océano, cómo se expandió la anomalía de temperatura en las aguas superficiales y cuánto tardó en acoplarse la atmósfera”, agregó Fernández.
A similares conclusiones llegó la NASA a fines de diciembre, cuando advirtió que El Niño “ya ha creado un caos climático en todo el mundo”. La agencia informó que las imágenes satelitales de observación oceánica de fines de diciembre pasado “tienen un parecido sorprendente” a las de la misma época de 1997, en cuanto a altura del mar (otro indicador) y prolongación en el tiempo del fenómeno. “Aunque la señal de altura de la superficie del mar en 1997 fue más intensa y alcanzó su pico en noviembre de ese año, en 2015 la zona de los altos niveles del mar es más grande y esto podría significar que aún no hemos visto el pico de este Niño”, afirmó el oceanógrafo Josh Willis en el informe de la agencia espacial estadounidense.
El cambio climático no sería ajeno a la repetición de Niños fuertes: “Se está estudiando la relación entre ambos porque el cambio climático trae también calentamiento de las aguas del océano, pero son fenómenos completamente distintos: mientras El niño es una variabilidad que se dio siempre, el cambio climático comenzó con la era industrial”, dijo la meteoróloga. “Los Niños que se forman hoy se sospecha que están influenciados por el cambio climático y los de 50 años atrás no, por eso compararlos no es muy riguroso”, agregó.
En total coherencia con los efectos de El Niño, el SMN pronosticó lluvias superiores a las normales en la región del Litoral (Corrientes, Misiones y Entre Ríos), este de Santa Fe, Chaco y Formosa, por lo menos hasta febrero. En tanto, se producirán registros normales a levemente superiores a lo normal en Mendoza, Santiago del Estero, Buenos Aires, La Pampa, San Luis; centro y oeste de Formosa y Chaco; sur de La Rioja; y noroeste de Río Negro.
La expresión “fase cálida del ciclo ENOS” (El Niño, Oscilación Sur) es el de mayor precisión para designar a este evento, que implica la conjunción de dos fenómenos, uno oceánico y otro atmosférico: la de “la corriente oceánica El Niño” que produce un calentamiento de las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial frente a las costas del Perú, y la variante negativa de la “Oscilación del sur” de presión atmosférica, que provoca una disminución de este indicador en las costas peruana y ecuatoriana, y un aumento en las de Australia. Estas anomalías provocan cambios en la intensidad y dirección de los vientos, la temperatura del aire, el nivel del mar y los registros pluviométricos a nivel global, que a su vez originan alteraciones importantes en la flora y la fauna en varios países de América latina.
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