Sáb 09.01.2016

SOCIEDAD  › ADMITEN QUE NO HABIA CONTROLES EN LA ZONA DE CARILO DONDE SE MATO UN CHICO EN CUATRICICLO

Arenas abiertas para la tragedia

El intendente de Pinamar consideró que “el Estado tiene sus límites” para verificar el manejo de esos vehículos por parte de menores de edad. Su secretario de Seguridad reconoció que en el lugar no había controles. El niño manejaba el cuatriciclo más grande del mercado.

El chico de 12 años que murió el jueves cuando iba en cuatriciclo por las arenas de Cariló, en Pinamar, sufrió “traumatismo encefálico de cráneo y aplastamiento de tórax”, según reveló la autopsia que le realizaron los médicos del Hospital Comunitario de ese distrito. El niño, que era oriundo de Corrientes y estaba de vacaciones con su familia, manejaba el cuatriciclo más grande del mercado. Se trata del tercer accidente vinculado a este tipo de rodados en lo que va de la temporada. El intendente de Pinamar, Martín Yeza (PRO), consideró que “el Estado tiene sus límites”, para controlar el manejo de estos vehículos por parte de menores de edad y apuntó a la responsabilidad de los padres. Su secretario de Seguridad fue más allá: admitió que en la zona de la tragedia no había controles y dijo que el problema de los cuatriciclos “es incontrolable”. “Si algo no se puede controlar, ¿cuál es el rol del funcionario?”, cuestionó Sergio Levin, miembro de la Agencia de Seguridad Vial y de la Asociación Civil Conduciendo a conciencia.

Pablo Zenón, responsable de Emergencias del centro médico donde fue atendido Nicolás González Vilas, informó que el chico murió a las pocas horas de haber ingresado al hospital como consecuencia de los severos politraumatismos.

El accidente ocurrió mientras manejaba un cuatriciclo de 800 centímetros cúbicos, propiedad de la familia, en un sector de playas y médanos de Cariló. En tanto, la fiscalía a cargo de Pablo Calderón informó que hasta el momento los peritajes y datos que se pudieron recabar confirman que no intervino ningún otro vehículo y que el cuatriciclo no tiene ningún choque o desperfecto. “Lamentablente se está ante una tragedia, una desgracia, y no hay responsabilidad penal”, evaluaron desde la fiscalía.

El intendente de Pinamar contó que el servicio 911 recibió una llamada con pedido de ambulancia del hospital, que al llegar no encontró al niño porque “estaba en una clínica privada de Cariló: un particular hizo el traslado”. “Cuando llegamos ya había fallecido. Lamentablemente ocurrió lo que ocurrió”, agregó Yeza.

El funcionario explicó que existen en Cariló “tres puntos fijos de control de usos de cuatriciclos, otros en Pinamar y en La frontera” y adelantó que a partir del lunes funcionará un dron como refuerzo. En ese sentido, Yeza señaló que “el Estado tiene sus límites” y que hay “una cuota importantísima” de responsabilidad de los padres. “Ni siquiera tenía casco, se hizo todo mal y nos queremos matar nosotros”, añadió. “Tiene que haber un cambio cultural”, razonó. Por su parte, Matías Yeannes, secretario de Seguridad local, sostuvo que “es una situación que se va de las manos. No hay controles en esas zonas inhóspitas porque es imposible llevarlos a cabo”.

Sergio Levin, padre de un adolescente muerto en la tragedia del colegio Ecos, cuestionó los dichos de Yeannes: “Si algo no se puede controlar, ¿cuál es el rol de ese funcionario?”, se preguntó, y coincidió en que existe una responsabilidad compartida entre el Estado y los adultos a cargo. “Todos los años sabemos que va a morir alguien por el uso indebido de un cuatriciclo, porque las partes responsables siguen fallando. Los padres acceden a todos los pedidos de sus hijos para que no los molesten y las autoridades de los partidos costeros no hacen controles rigurosos para no espantar a los turistas”, añadió.

El hecho ocurrió el jueves, en las primeras horas de la tarde, cuando González Vilas circulaba con su cuatriciclo a tres kilómetros del balneario Divisadero de Cariló junto a otros dos amigos que lo acompañaban, cada uno en un cuatriciclo. Los otros dos chicos no pudieron ver cómo se produjo el accidente porque iban varios metros más adelante que él. En ese momento, una familia que pasaba por el lugar lo encontró y lo trasladó hasta el hospital de Pinamar.

Nicolás es el tercer adolescente que fallece este verano en accidentes vinculados con cuatriciclos: el sábado pasado murió un joven en Tres Lomas, provincia de Buenos Aires, mientras que el 12 de diciembre había ocurrido lo mismo con una adolescente de 14 años en la localidad catamarqueña de Hualfin.

En un accidente similar, Tomás Agreste, de 10 años, falleció en enero de 2014, también en Pinamar, luego de que el vehículo conducido por su primo, de 15, volcara y se les cayera encima. Ocurrió cuando ambos se internaron en un sector aislado de médanos de La frontera, a la altura del parador El Más Allá, en la costa norte de Pinamar. Al final de un médano, el conductor perdió el control y ambos salieron despedidos del rodado, un Honda modelo 400, que cayó sobre ambos. Agreste quedó inconsciente debajo del vehículo y su primo Juan logró salir para pedir ayuda. Sin embargo, la voz de alarma la dio una mujer que pasaba por la zona y llamó a los bomberos, quienes trasladaron al chico, aún con vida, al Hospital Comunitario de Pinamar.

De acuerdo a la Ley de Tránsito 24.449, los cuatriciclos no pueden circular por la vía pública sino sólo en espacios especialmente acondicionados, que se admite un único acompañante, ambos tienen que llevar casco y sólo pueden ser manejados por mayores de 16 años, con carnet de conducir y cédula verde al día.

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