SOCIEDAD
Un informe oficial británico propone ablandar la ley contra el cannabis
Encargado por el gobierno, el estudio de los científicos deja claro que el consumo de cannabis no está asociado a problemas graves de salud, aunque aclara que no es inocuo. Sugiere bajarlo de categoría, al nivel de los anabólicos. Afirma que es menos adictivo que el tabaco y el alcohol.
Por Alan Travis*
Desde Londres
Expertos médicos del gobierno británico acaban de emitir un informe científico que finalmente abrirá el camino para un ablandamiento de las leyes del país sobre el cannabis. El estudio oficial del Consejo Asesor sobre el Abuso de Drogas, encargado por el ministro de Interior David Blunkett el pasado octubre, se pronuncia a favor de bajar el status legal del cannabis de clase B a clase C, pero advierte que no es una droga inocua. También dice que es poco probable que una reducción de las penas para la posesión de cannabis conduzca a un aumento significativo en su uso.
El informe concluye que uno de los riesgos a largo plazo del cannabis proviene de fumarlo; de hecho puede ser más peligroso que fumar cigarrillos porque tiene una concentración de carcinógenos más alta. Pero, por otra parte, el Consejo parece sugerir que el consumo de cannabis podría ser incluso tan bueno como ir al gimnasio ya que produce un aumento en el ritmo cardíaco: “La acción cardiovascular del cannabis es similar a los efectos del ejercicio y probablemente no constituya un riesgo significativo en la salud de adolescentes y adultos jóvenes”, sostiene.
Las principales conclusiones del informe son:
1) El uso frecuente del cannabis no está asociado a problemas graves de salud para los individuos o la sociedad.
2) El uso ocasional del cannabis sólo está raramente asociado a problemas en individuos sanos; el principal podría ser el deterioro en el control de los movimientos. También puede alterar el control de la presión sanguínea y aumentar el riesgo de desmayos.
3) Sin embargo, el uso ocasional puede implicar un peligro significativo para personas con afecciones cardíacas y circulatorias y para quienes padecen de esquizofrenia.
4) El uso regular e intenso de cannabis puede provocar dependencia, pero su potencial adictivo es mucho menor que el de las anfetaminas, el tabaco o el alcohol.
5) El cannabis deteriora funciones tales como la atención, la memoria y el rendimiento y por eso puede ser peligroso para conductores y quienes operan maquinaria pesada, pero, contrariamente al alcohol, no aumenta las conductas de riesgo.
6) El peso al nacer de niños cuyas madres embarazadas fumaron marihuana podría ser menor al esperado debido al monóxido de carbono en el humo. También tienen un pequeño riesgo de defectos menores de nacimiento.
7) El cannabis es menos dañino que otras sustancias clase B, incluyendo a las anfetaminas, barbitúricos o compuestos del tipo de la codeína.
La publicación del informe científico abre el camino para que Blunkett anuncie su decisión, probablemente después de Pascuas. Quiere conocer antes el resultado de una evaluación independiente de la Fundación Policial sobre una experiencia en Lambeth, al sur de Londres, y el informe de leyes sobre drogas producido por un comité parlamentario.
La reclasificación del cannabis de clase B a clase C podría llevar su status legal al nivel de los esteroides anabólicos y hormonas de crecimiento y eso significaría que la policía no podría ya arrestar a quienes sean encontrados en posesión de pequeñas cantidades. Sin embargo, seguiría siendo un delito, con una pena máxima de dos años de prisión.
Michael Rawlison, el presidente del Consejo Asesor sobre el abuso de drogas, dijo: “Al recomendar que el cannabis debería ser reclasificado, el Consejo no está diciendo que es inocuo. El cannabis está asociado a cierto riesgo en la salud, pero el Consejo concluye que esos riesgos son menores a los de otras drogas Clase B, como las anfetaminas”.
De hecho, los expertos médicos van más allá y dicen que no sólo es erróneo sino también peligroso seguir clasificando al cannabis junto con otras drogas clase B más dañinas, porque se sugiere que son igualmente riesgosas. Los expertos también dicen que no es posible resolver con un mínimo nivel de certeza la vieja controversia según la cual el cannabis es una “droga de entrada” hacia la heroína o la cocaína, pero concluye que “los riesgos, si existen, son pequeños y menores a los asociados con el uso del tabaco o alcohol”.
Aunque el cannabis puede empeorar algunos problemas de salud mental existentes, los expertos dicen que no hay evidencia de que produzca daño cerebral, pero que aún se sigue estudiando si el uso crónico puede conducir a una enfermedad mental.
* The Guardian, especial para Página/12.