Jue 05.05.2016

SOCIEDAD  › DAN LA PENSIóN A UNA MUJER QUE VIVIó EN “ESPíRITU MARITAL” CON UN CURA

El capellán que dejó una viuda

Con testimonios y documentos de compra, un mujer demostró que había convivido al menos cinco años con el sacerdote Carlos Barón, fallecido en 2014, y pidió cobrar su pensión. Sacerdote de un hospital, era empleado del Ministerio de Salud de Entre Ríos.

En Entre Ríos, el Estado provincial concedió a una mujer el beneficio de la pensión, tras la muerte del cura con quien había convivido en “espíritu marital” durante más de cinco años, algo que pudo demostrar en los términos que estipula la ley. S.S.R., cuya edad e identidad fueron preservadas por la Caja de Jubilaciones y Pensiones entrerriana, acreditó su convivencia con el cura Carlos Barón, capellán de un hospital provincial, mediante testimonios de personas y feligreses, pero también con documentos como los papeles de compras de bienes realizadas a nombre de ambos miembros de la pareja. Barón se desempeñaba como capellán en el Hospital Enrique Fidanza, de Paraná, un centro médico público; por su tarea, percibía un sueldo como “empleado del Estado en el área del Ministerio de Salud”. En Argentina, es la primera vez que una mujer es reconocida como viuda de un cura en ejercicio del magisterio.

La resolución 4558 de la Caja de Jubilaciones y Pensiones entrerriana, dictada en noviembre de 2014, dio por probado que S.S.R. vivía en concubinato con Barón, el cura que tenía a su cargo la capilla San Javier, del hospital reconvertido en centro gerontológico. “Técnicamente fue un beneficio incuestionable, con mucha carga probatoria que acreditó una vida compartida”, detalló el presidente de la Caja de Jubilaciones, Daniel Elías. Para el funcionario, la viuda aportó materiales y testigos que permitieron conformar “un caso muy elocuente y muy evidente”, en el que “la prueba era abundante y en términos jurídicos estaba probada la convivencia con la antigüedad, con la habitualidad y las características que demanda la ley previsional”. En la provincia, la regulación “busca que la convivencia que se reconoce para los beneficios de pensión tenga ánimo marital y espíritu de convivencia familiar”, añadió Elías.

La ley provincial 8732, de Jubilaciones y Pensiones de Entre Ríos, establece en el artículo 52, inciso b, que tiene derecho a la pensión “la persona con quien el causante hubiese vivido públicamente en aparente matrimonio hasta la época de su fallecimiento siempre que dicha convivencia alcanzase a un período mínimo continuado de cinco (5) años, cualquier a haya sido el estado civil de ambos de acuerdo con las leyes del país”. En caso de que la pareja haya tenido y reconocido un hijo en común, ese plazo se reduce a un año.

Para acceder al beneficio previsional, no es preciso acreditar más que ese tipo de vínculo. “Las pensiones no se otorgan a una persona que ha sido amiga del causante, sino a quien —con la convivencia— logró formar un núcleo familiar con espíritu marital en los términos previstos por el Código Civil y que, por lo tanto, al fallecer, deja a ese grupo conviviente sin un ingreso económico”, especificó Elías. Por ello, que el fallecido fuera un religioso de una institución con reglas sobre el celibato no importó a la hora de considerar el pedido de S.S.R.

“Desde lo jurídico es un caso más pero desde los hechos de la vida y desde la particularidad de tratarse de un sacerdote de la Iglesia Católica sentará una jurisprudencia a partir de ser el primer caso”, añadió el funcionario de la Caja de Jubilaciones y Pensiones.

Barón murió el 22 de junio de 2014, como consecuencia de una afección cardíaca; tenía 61 años. En el Hospital Fidanza, un centro gerontológico que funciona donde antes hubo un leprosario, fungía de capellán para los ancianos internados. El Arzobispado de Paraná informó que “atendía toda la zona de Colonia Ensayo” y que había sido “vicario de la Parroquia Inmaculada Concepción de Valle María”.

Barón se había formado en el Seminario de Paraná, que, según recordó en una entrevista de 2002 concedida al medio entrerriano El Diario –que la recordó con motivo de la resolución–, tuvo un momento “muy cerrado, lindando con el lefevrismo”, lo que provocó fuertes disidencias internas. Luego, su enfrentamiento fue con uno de los formadores del ala derecha del Seminario, el ex Tacuara Alberto Ezcurra Uriburu. Según señaló el medio entrerriano, Barón estaba distanciado del cardenal Estanislao Karlic y del arzobispo Juan Alberto Puiggari.

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