El fiscal general adjunto de Lomas de Zamora y su esposa fueron secuestrados por al menos cinco hombres armados, que los capturaron en Parque Barón y cobraron un rescate en Temperley, ocasión que el funcionario judicial aprovechó para escapar. Su esposa, que había sido trasladada en otro auto, fue liberada a dos cuadras de ese lugar. Hasta anoche, los investigadores no habían logrado establecer las identidades de los secuestradores, que escaparon, ni dar con los autos en los que se desplazaron.

El fiscal Sebastián Scalera y su esposa fueron interceptados en la noche del miércoles, alrededor de las 22.30, cuando regresaban a su casa en Parque Barón en su auto familiar, un Audi A1. Al llegar a la esquina de Arroyo y Estocolmo, un Fiat Siena rojo se les cruzó en el camino y les trabó el paso. Fuentes policiales informaron que de ese vehículo bajaron varios hombres, que hicieron bajar a Scalera y la mujer a los golpes y entre gritos. Ella fue oligada a abordar el Siena con dos de los captores, mientras que el fiscal fue introducido en su propio auto por otros tres.

Por separado, ambos cautivos fueron amenazados y paseados por distintas zonas del conurbano durante casi una hora, durante la cual reiteraron a Scalera en numerosas oportunidades que su esposa estaba reducida en el otro auto; entre amenazas, lo obligaron a llamar por teléfono para pedir un rescate. Por ello, el funcionario se comunicó con su madre, y le pidió que reuniera una suma de dinero –que no fue revelada– para lograr su liberación.

Luego, los captores condujeron los autos hasta Colón e Ituzaingó, en Temperley, donde vive la madre del fiscal. Metros antes de llegar a la puerta, notaron que, desde una garita de seguridad, un vigilador privado se había percatado de su presencia. Para evitar denunciados, los tres secuestradores que estaban a bordo del vehículo con el fiscal bajaron del auto y atacaron al vigilador a golpes. Sólo después de ello se dirigieron a la casa de la madre de Scalera para hacerse con el dinero del rescate. En medio de eso, el fiscal salió del auto; tras forcejear con sus captores, huyó. A dos cuadras de allí, los demás captores liberaban a su esposa. Los captores escaparon a bordo del Siena, y hasta ayer por la tarde no habían sido localizados.