“La desesperación y el dolor que tengo es muy grande, sólo espero un milagro”, sostuvo la madre de Micaela Aldana Ortega, la nena de 12 años que desapareció de su casa en Bahía Blanca sin dejar pistas de su paradero. Para Mónica Cid su hija fue “víctima de las redes sociales”, ya que tenía “una cuenta de Facebook con 600 personas desconocidas”. El 23 de abril una cámara de seguridad privada la registró caminando junto a un adulto, por lo que una de las principales hipótesis que manejan los investigadores es que haya sido secuestrada. En el video se la ve caminando por la calle Bolivia al 900 con pantalones de jean azul, zapatillas negras y una campera del mismo color. Ayer, al cumplirse un mes de ausencia de su casa, familiares y amigos de la familia volvieron a reunirse en reclamo por su aparición.

“La investigación no va para atrás ni para adelante, estamos peor que en los primeros momentos, que podrían haberse usado para encontrarla. Pasaron 30 días de su desaparición y no tenemos ni rastros suyos”, manifestó Cid a Página/12. Luego de que la ausencia de Micaela fuera denunciada, la policía de la provincia de Buenos Aires efectuó tareas de rastrillaje y búsqueda por diferentes zonas de la ciudad, a las que días más tarde se sumaron la Prefectura Naval Argentina y la Policía Federal Argentina.

“Con todos los días que pasaron podría estar en cualquier lado. Bahía Blanca se está rastrillando pero no quedan tantos lugares asi que tenemos que empezar a pensar que se la llevaron de acá”, dijo la mujer a este diario. “Hoy (por ayer) nos manifestamos con velas para iluminar a los fiscales, policías y autoridades y que todos sepan que estamos buscando a Micaela”, señaló la mujer. La mamá de la nena contó también que ayer por la tarde habló con la secretaria de la gobernadora para pedirle que la reciba. “Me hubiese gustado que venga directamente a Bahía Blanca para darle mi mensaje, pero según nos dijo, nos va a recibir la semana que viene”, agregó.

El fiscal que lleva la causa, Rodolfo de Lucía, ordenó también practicar peritajes a un teléfono celular y una computadora de la niña que quedaron en su casa, para rastrear los contactos en sus cuentas de redes sociales. Así, determinó que la menor contaba con cuatro perfiles de Facebook, uno de las cuales tenía más de 500 contactos. Otro elemento que forma parte de la causa es el video que registró la cámara de seguridad de una firma privada de la ciudad, en la que se observa a la chica caminando junto a otra persona a pocas cuadras de su casa el mismo día que se ausentó de su casa. Por ese motivo, una de las hipótesis más fuertes que manejan los investigadores es que la nena haya sido secuestrada por una persona mayor y que se encuentre con ella.

Días atrás, en declaraciones a la prensa bahiense, Cid declaró que desde que la nena se ausentó de su casa “hubo muchos llamados al servicio de emergencias 911, hasta (con datos) falsos, de personas que se hicieron pasar por mi hija. Hubo llamados extorsivos pidiendo plata y mostrándonos fotos de los rastrillajes”. La mujer, que definió el mes que pasó como “una agonía”, señaló que “nadie sabía que Mica se iba a ir”, en referencia a si sus amigos o compañeros de escuela tenían idea de lo que pasaría. “Micaela es una nena muy expresiva, tiene mucho carácter, estábamos viviendo su preadolescencia como muy fuerte, nosotros imponiéndonos como papás y tratándola de entender”, agregó.

La madre de la nena contó que la última vez que vio a su hija fue el viernes 22 de abril. “Se fue a acostar a las 8 de la noche. El sábado a la mañana yo me fui a trabajar temprano y ella estaba durmiendo. A las 10 le dije a mi mamá –que vive al lado– que la vaya a despertar. Cuando mi mamá fue, Micaela ya no estaba”, relató. Cid sostuvo que había discutido con su hija porque no estaba de acuerdo con que tuviera novio y contó que le había sacado el celular.

La madre de Micaela también contó que su hija dejó una carta en la que le pedía perdón y le explicaba que se iba de la casa para quedarse con una amiga. Sin embargo, según explicó la abogada de la familia, se trata de un elemento que “no tiene valor probatorio porque lo que decía se descartó” tras ser investigado. “Esa carta estaba desde el primer día de la investigación, se chequeó todo lo que decía allí”, confirmó la letrada Fernanda Pettersen.