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La joven encontrada muerta en el parque Pereyra Iraola, Natalia Di Gallo, fue brutalmente golpeada; se presume que uno de los golpes la desvaneció, por lo que no pudo defenderse, y el fallecimiento podría haber ocurrido por asfixia, según se desprende de los estudios efectuados en su cuerpo. Asimismo, fuentes del caso manifestaron que, debido al mal estado del cadáver, aún no se puede afirmar con certeza si la joven fue violada, tampoco si presentaba rastros de alcohol o droga. Los primeros resultados de la autopsia revelaron que Natalia sufrió golpes en el cráneo, en una de sus rodillas y en el glúteo con un elemento duro mientras se hallaba con vida.
Uno de los investigadores precisó que falta realizar “decenas de pericias sobre ropas y muestras de tejidos” del cuerpo de la joven, que estarán a cargo de expertos de fuerzas de seguridad nacionales. No obstante, trascendió que los investigadores aguardan con especial interés el resultado “de dos pericias clave”, que podrían arrojar luz sobre el autor del crimen.
En tanto, hoy citarán a Nicolás Gómez para que describa nuevamente a la persona que, según su versión, los atacó la noche en que Natalia desapareció. El nuevo identikit será realizado por especialistas en informática en La Plata que cuentan con tecnología de avanzada, a fin de mejorar el primer boceto.
El fiscal de la causa, Claudio Pelayo, estuvo toda la jornada de ayer reunido con detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes para analizar las pruebas reunidas en el caso. Precisamente, se espera el resultado de 25 muestras de isopados que permitan determinar la presencia de alcohol o drogas en el cuerpo Natalia, y si fue víctima de una violación.
Mientras tanto, Juan e Hilda Di Gallo, padres de la víctima, siguen dudando de Nicolás Gómez, el joven con el que se encontraba la víctima al momento de ser secuestrada. Al respecto, los padres manifestaron que Gómez “sabe algo que no contó hasta el momento y sería bueno que hablara”.
El padre de la chica asesinada señaló que “no le cierra nada” respecto de los dichos de Gómez y afirmó que el joven es “el único hilito de esperanza que hay para que esto –el crimen de su hija– se esclarezca, para que aparezca quien tenga que aparecer, quien haya sido el culpable”.
En dos oportunidades, Gómez contó a los investigadores que en la noche del domingo 28 de diciembre pasó a buscar a Natalia con su auto –un Renault 11– para ir a cenar, pero como no tenía dinero fueron hasta uno de los caminos internos del Parque Pereyra Iraola para conversar. Allí apareció un hombre robusto, de entre 30 y 35 años, y con barba tipo candado, que trató de llevarse el auto y, como no pudo, encerró al joven en el baúl y obligó a la chica a irse con él.
Tras desaparecer la madrugada del lunes 29 de diciembre pasado y luego de cuatro días de intensa búsqueda, el cadáver de la chica fue encontrado el 1º de enero por la noche dentro de una bolsa de plástico, en un zanjón a unos 300 metros del cruce de la avenida General Belgrano y el camino Centenario, cerca de la escuela de policía Juan Vucetich y del Subcomando de Patrullas.