SOCIEDAD
› EL CONSUL EN FLORIANOPOLIS HABLA DE LOS DETENIDOS
“Sé que hay buena voluntad”
El representante argentino asegura que el caso de los dos jóvenes presos por pasar un billete, supuestamente falso, será resuelto rápidamente. “Estoy seguro de que el juez verá que son dos estudiantes, personas de bien que pecaron de ingenuidad.”
El cónsul argentino en Florianópolis, Valdo Palmai, consideró ayer que la Justicia federal brasileña “está demostrando que tiene una gran voluntad de mejorar la situación” de Tomás Ciarrochi y Andrés Cano, los dos jóvenes argentinos que fueron detenidos hace diez días cuando intentaron cambiar cien dólares falsos. Además, destacó que “son dos las posibilidades legales abiertas para que los chicos queden libres”. Según confían el abogado, las familias y Cancillería, mañana saldrán de la cárcel, aunque todavía no podrían volver a la Argentina.
El caso de los jóvenes argentinos será analizado mañana por dos vías judiciales distintas. Por un lado, el juez de primera instancia, que intervino al momento de la detención, se entrevistará con Ciarrochi, Cano y el abogado defensor, Ivo Carioni, para reconsiderar su fallo de la última semana. En caso de que vuelve a negar la libertad, hecho no esperado por el cónsul ni por Cancillería, se habilita la segunda instancia, donde el juez federal de San Pablo contará con todos los elementos para dar un veredicto definitivo sobre el hábeas corpus que solicita la libertad de los dos turistas argentinos.
“Hay dos puertas abiertas para que los chicos queden en libertad, ambas pueden conducir a la excarcelación. El juez quiere ver a los chicos, tener una visión personal del caso y de los detenidos. Sé que tiene buena voluntad y se va a dar cuenta de que se trata de estudiantes, personas de bien que sólo pecaron de ingenuidad”, detalló Palmai.
El abogado defensor había presentado el último miércoles un hábeas corpus con 36 carillas de alegatos a favor de los jóvenes y documentos que certificaban la ausencia de antecedentes penales en la Argentina. El juez brasileño devolvió un fallo “provisorio” de sólo dos párrafos en el que argumentó la “falta de elementos de decisión”, en referencia a que aún no contaba con los informes del proceso policial. El letrado concurrió el jueves a la comisaría local, recogió todos los elementos requeridos y el viernes a la mañana los presentó. Todos esperaban que, ese mismo día, el juez dicte un fallo definitivo con la libertad de los jóvenes, pero optó por tomarse todo el fin de semana. Si la Justicia de primera instancia ordena el fin del arresto, la solicitud del hábeas corpus queda anulada automáticamente.
El cónsul argentino volvió a asegurar la inocencia de los jóvenes, destacó sus “muchas esperanzas” de que el lunes próximo liberen a Ciarrochi y Cano y señaló que están en “perfecto estado, tanto físico como moral”. El funcionario explicó que el proceso penal contra los jóvenes seguirá su camino, más allá si la Justicia decide liberarlos. Además, señaló que si los jóvenes resultan excarcelados todavía la Justicia deberá resolver “si les permiten salir del país o no”.
Por otra parte, Palmai informó que los dos argentinos detenidos se hicieron “famosos” en la cárcel donde están detenidos gracias a la cobertura del caso que ofrecen los medios locales. “En todos lados se están dando mucha importancia al caso de los chicos y en la cárcel tienen televisión, radio y pueden seguir de cerca lo que pasa” , comentó el funcionario y añadió que “los otros presos alojados en la cárcel los cargan diciendo que son `famosos`”.
Ciarrochi y Cano, de 22 y 21 años respectivamente, son amigos desde la infancia, viven en el partido bonaerense de San Isidro y desde 1998 vacacionan en Brasil, primero con sus padres y desde hace tres años con otros amigos. El jueves 8 a la noche concurrieron a comprar a un supermercado y, al mismo tiempo, cambiar cien dólares de otro amigo. Como la compra era por poco dinero, la cajera se resistió a darles cambio, pero no objetó la calidad del billete. Pidieron hablar con el gerente y también negó hacer la compra por el escaso monto de la operación. Los turistas recurrieron a un policía para que interviniera y fue recién éste el que descubrió que el dinero era falso. Fueron acusados de “traficar moneda falsa”, un delito de competencia federal y considerado una “falta grave”, según explicó el funcionario argentino.