SOCIEDAD
› CAYO UN TROZO INCENDIADO DE SATELITE SOBRE UN CAMPO CORRENTINO
El ataque de la chatarra espacial
Se habló de un OVNI o de un pedazo de avión. Pero el objeto caído resultó ser parte de un satélite. Tiene el tamaño de un Fiat 600. El peligro de la basura espacial que orbita sin rumbo.
Ovalado como una “bujía”. Grande como un “fitito”. Pero con un peso mucho menor: apenas entre 40 y 50 kilos. Esta, lejos de ser una adivinanza, es la descripción del objeto que cayó del espacio el último martes en el noreste de Corrientes. Como una luz mala pero al estilo Hollywood, los vecinos de esa zona rural vieron una bola de fuego que caía fugazmente en el campo, a unos 500 metros de sus casas. El objeto, de origen estadounidense, explotó al impactarse contra el suelo, al punto que provocó un temblor en la tierra que por algunos segundos paralizó a los lugareños.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) determinó –a partir de información aportada por la NASA– que el extraño elemento sería parte de la tercera etapa de propulsión del cohete lanzador Delta 2, utilizado para colocar en órbita el satélite GPS Navstar 35, lanzado el 26 de octubre de 1993 desde Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos.
Aunque el “meteorito” cayó a las 9.15, según los vecinos, la noticia llegó a las 19 a la Casa de Gobierno provincial. El grupo de lugareños que fueron testigos de la caída debió esperar a que se detuviera una fuerte lluvia para poder salir a la ruta y avisarle a las autoridades correntinas la aparición de este objeto, en el que ayer, luego de ser trasladado a la capital provincial, trabajaba un equipo de expertos.
Hoy se determinarán más detalles del elemento. Anoche se sabía que era un objeto metálico de entre 40 y 50 kilos, con una circunferencia de 3,60 metros, un espesor de 1,40, y la inscripción que indicaba “Made in Italy”. Pero a pesar de haber sido fabricado en el país europeo, el objeto fue lanzado por Estados Unidos, uno de los mayores disparadores de este tipo de objetos. La aparición se produjo a unos 15 kilómetros de la localidad de San Roque y a unos 200 de la capital correntina.
En total, se calcula que existen más de 8 mil elementos dando vueltas en el espacio. El director ejecutivo de la Conae, Conrado Varotto, explicó a Página/12 que la caída de elementos del espacio “es prácticamente diaria” y admitió que “había información de que iban a caer objetos el 19 de enero”, apenas un día antes de la aparición desde el cielo correntino.
De todos modos, Varotto aclaró que cada país “es responsable de lo que lanza, por lo que debe avisar en caso de que pueda haber algún problema con su lanzamiento o caída”. En este caso, Estados Unidos habría previsto que no iba a caer en un sector poblado. Varotto explicó que “hay elementos que terminan su vida útil y se desintegran, pero hay otros a los que les quedan partes que no fueron totalmente destruidas y caen a la superficie de la Tierra”.
Así, éste es uno más de los aterrizajes que periódicamente retumban en la Tierra como consecuencia del lanzamiento “ilimitado” de objetos espaciales destinados a diversos estudios. El lanzamiento indiscriminado de elementos representa “un peligro” para el planeta, afirmó Varotto. Incluso, existe el riesgo de que se produzcan “choques” entre objetos, aunque las probabilidades “son bajas”, manifestó.
Sin embargo, la preocupación que existe en torno de los elementos perdidos en la galaxia ameritó la creación del Comité para el Uso Pacífico del Espacio Exterior por parte de las Naciones Unidas para estudiar una solución a estos fenómenos.
Las versiones que se sucedieron ayer durante el día en torno de la identificación del objeto, convertido en fuego al explotar en el aire, variaron desde las estimaciones más fundamentadas a las especulaciones más alocadas. Instantes después de haberse conocido la noticia de la caída, algunos comenzaron a fantasear con la idea de un OVNI. Un grupo de vecinos indicaban, incluso, que el aparato desprendía un líquido amarillo. Otros se limitaban a esperar los resultados de los estudios realizados al extraño elemento. El primero en llegar ayer, a las 10, al paraje privado “El Rosado” fue un equipo especial del gobierno provincial con medidores radiactivos a cuestas para constatar que la chatarra no realizabaemisiones peligrosas, según definió el subsecretario de Seguridad de Corrientes, Manuel Aguirre.
Tras la comprobación de que estaba radiactiva, las autoridades de la provincia comunicaron la novedad a la Conae, que quedó a cargo de la investigación. Al mediodía, esta parte del cohete fue trasladado hacia la Capital provincial, donde se le practicaron peritajes para conocer su origen.
Según explicó Aguirre a Página/12, este elemento posee un peso de entre 40 o 50 kilos, lo que “llama la atención por la liviandad”, sostuvo Aguirre. Antes de conocerse su procedencia, algunos especialistas estimaban que el objeto, que también poseía una identificación con números y letras, era un componente del tanque de combustible de un satélite. Esta “chatarra” del espacio dejó una hendidura de 70 centímetros en uno de los extremos, y restos de pasto quemado a lo largo del campo.
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