SOCIEDAD
La Justicia de Neuquén tiene la excarcelación (de policías) fácil
Los uniformados neuquinos reprimieron ferozmente una manifestación. Hubo heridos graves. Para un juez son lesiones en riña.
“Para la Justicia neuquina, un joven que huía de la balacera policial, que fue torturado en una comisaría y abandonado sin atención médica, recibió lesiones en medio de una riña.” El joven es Pedro Alveal, a quien todos llaman “Pepe”, el obrero de Zanon que recibió 64 perdigones y perdió su ojo izquierdo durante la represión del 25 de noviembre pasado en Neuquén. Y la indignación es de Mariano Pedrero, el abogado de la familia Alveal, quien acaba de ser notificado de la decisión de la Cámara de Feria provincial de modificar la carátula del expediente para dejar en libertad a los cuatro policías que habían sido acusados de “lesiones gravísimas agravadas por alevosía y uso de armas”, un delito que prevé una pena de hasta 10 años. Los jueces atenuaron la calificación a “lesiones en agresión”, luego de escuchar a una defensa que argumentó que “no obstante el entrenamiento y la profesionalización, los empleados policiales no dejan de ser mamíferos”.
“La policía me vio y cuando empezó la represión me apuntaron a la cabeza”, había contado Pepe en un reportaje que Página/12 publicó el mismo día que los jueces dejaron en libertad a los policías. Todas las filmaciones y las fotografías que se presentaron ante la Justicia muestran que Pepe recibió disparos y golpes de parte de, al menos, cuatro uniformados, mientras escapaba de la balacera con que se reprimió una manifestación que se oponía al plan del gobernador Jorge Sobisch de pagar subsidios a través de una tarjeta bancaria. “El fallo abre un precedente terrible para que la policía siga reprimiendo de manera salvaje”, expresó a Página/12 el abogado de Pepe, quien a pesar de su enojo no se sorprendió por la decisión de la Cámara. La posibilidad de que los policías quedaran libres ya había sido denunciada días atrás por organismos de derechos humanos provinciales y nacionales.
–¿Qué opina del fallo que dejó en libertad a los cuatro policías?
–Es una aberración. Todo esto no es más que una maniobra jurídica alentada por los sectores de poder que quieren garantizar la impunidad. Hay filmaciones, fotos y testimonios que demuestran que la Justicia está dejando en libertad a los policías que acribillaron a Pedro y que le hicieron estallar en tres pedazos su ojo izquierdo. Con la resolución se están confirmando nuestros temores sobre los dos jueces designados a dedo en el Tribunal Superior que, en su último acto antes de asumir el cargo, convalidaron los argumentos de la defensa.
–¿Por qué acusa a los jueces?
–Los jueces Roberto Fernández y Eduardo Badano fueron elegidos en una escandalosa sesión secreta en la que el gobernador utilizó su mayoría parlamentaria, en alianza con el menemismo y el radicalismo. Ahora que tiene 3 jueces de 5, Sobisch se garantiza la mayoría automática. Además, Fernández fue uno de los miembros de la Cámara de Apelaciones que sobreseyó a Sobisch en la causa de la cámara oculta que lo vinculaba a las coimas a legisladores para designar jueces adictos. Curiosamente en esa causa, el gobernador contó con la defensa de Oscar Pandolfi, el mismo abogado que representa a los policías que fusilaron a Pedro. La Justicia neuquina se ha transformado en un callejón sin salida.
–¿Cuáles son los próximos pasos?
–Vamos a seguir movilizándonos para exigir el juicio y castigo a los autores materiales, intelectuales y responsables políticos de la brutal represión del 25 de noviembre. Obviamente, vamos a promover un recurso de casación ante el Tribunal Superior para revertir la decisión de los camaristas. Parece que para la Justicia neuquina, un joven que huía de la balacera policial, que fue torturado en la comisaría y abandonado sin atención médica, “recibió lesiones en medio de una riña”. Esto deja un precedente terrible que da vía libre para que la policía siga reprimiendo y actuando en forma salvaje. Como quería Sobisch, se está tejiendo un manto de impunidad en la provincia.
Informe: Martina Noailles.
Subnotas