SOCIEDAD › SANDRA RUSSO RECIBIO EL PREMIO LOLA MORA A LA TRAYECTORIA, VOTADO POR EL PUBLICO
La columnista de Página/12 agradeció la distinción en un momento que “me encuentra sin poder trabajar en televisión” porque “678 nos costó caro”. Un pedido por Milagro Sala.
› Por Sonia Santoro
”Este reconocimiento es importante en cualquier momento pero yo lo recibo ahora, que después de 38 años de carrera como periodista me encuentra sin poder trabajar en ciertos medios. 678 nos costó caro. Se han cerrado las puertas de los medios electrónicos”. Sandra Russo, columnista de Página/12, recibía así el Premio Lola Mora a la Trayectoria, por sus aportes a la producción de una imagen positiva de las mujeres en los medios, durante toda su carrera periodística. Antes de irse, aplaudida por el público, pidió la libertad de Milagro Sala.
El reconocimiento, que otorga la Dirección General de la Mujer del Gobierno de la Ciudad y un jurado compuesto por una veintena de organizaciones sociales que trabajan por los derechos de las mujeres y organismos públicos, se entregó esta semana en la Legislatura porteña en el marco del Día Latinoamericano de la Imagen de las Mujeres en los Medios de Comunicación.
Ya habían pasado una decena de condecoraciones (ver aparte), también homenajes a históricas militantes feministas como Lohana Berkins, Liliana Chernajowski y Cristina Reges, y casi dos horas de ceremonia, cuando Sandra Russo se llevó el máximo premio de la noche.
“Quiero aprovechar este momento para llamar a la reflexión porque la censura, las listas negras, no le hacen bien a ningún pueblo”, retomó Russo, y desde el fondo llegó el grito del público (“Aguante 678”) y un aplauso ruidoso.
Luego se refirió a su recorrido, un tanto atípico, en relación con las cuestiones de género: “A lo largo de estos años de periodismo me ocupé a veces de manera frontal como en los cinco primeros años de Las/12 y otras de una forma lateral. Cuando uno tiene la mirada de género la lleva puesta. Una vez que uno abre los ojos no los puede volver a cerrar ante esas diferencias. Y nuestra obligación como comunicadoras, como comunicadores es llevar ese estado de alerta frente a la discriminación de las mujeres, frente al sexismo”.
En sus comienzos, recordaron las organizadoras, transitó por las revistas “El Expreso Imaginario” y la mítica “Humor Registrado” de difusión masiva. Más tarde fue prosecretaria de redacción de “Superhumor”. En Radio se desempeñó en Belgrano, Splendid, Mitre, Del Plata. Y en Radio Nacional, en el 2010, con el programa “El Nombre de las Cosas” recibió el “Premio Lola Mora” elegido por el veredicto del público.
En televisión pasó por varios programas, entre ellos, en los 80 por “Cable a Tierra” y en 2007 por “Dejámelo Pensar”. Pero no fue hasta 2009 cuando desde la pantalla de Canal 7 se consolidó como una de las principales panelistas del programa 678, cuando su popularidad creció.
Muchos la conocieron entonces, pero ya tenía una frondosa carrera en gráfica, especialmente en el diario Página/12, en el que desde 1987 transitó distintas secciones como redactora y editora. Fue durante los primeros cinco años editora del suplemento Las/12.
“Impulsora del llamado periodismo de autor, de la pluma exquisita, del lenguaje sencillo capaz de llegar a públicos amplios, hizo escuela en sus contratapas publicadas regularmente en el diario Página/12”, argumentaron desde el jurado.
Como escritora publicó más de una docena de libros. Entre ellos: No sabés lo que me hizo, Arquetipos, Crónicas del naufragio, Perdonen nuestros placeres, Jallalla, La Presidenta, Fuerza propia y este año, Lo femenino, aproximaciones a las mujeres como enigma.
“Mi trabajo de mayor exposición en los últimos años, como saben, fue 678 –retomó Russo–. Eso es lo que me tiene alejada del periodismo televisivo en este momento porque es parte de la revancha. Hay una pequeña lista negra y yo formo parte. Pero en mi trabajo editorial, me he ocupado de vidas de mujeres cuyas feminidades han sido y son discriminadas, atacadas. Cuando una mujer llega al poder hay muchos mecanismos patriarcales que hacen que sobre su figura, su femineidad, caiga un castigo. Yo trabajé en los libros tanto en la vida de Cristina Kirchner como de Milagro Sala. Son dos femineidades completamente distintas pero en ambos casos había una voluntad inclusiva”.
“Por eso ya que las mujeres estamos tan alertas siempre, tan en lucha por la inclusión. Yo creo que esa inclusión hay que hacerla extensiva a todos los géneros, a todos los sectores, a todas las femineidades”, agregó. Hacia el final, se llevó el aplauso del salón San Martín lleno cuando dijo que “la mujer es una abstracción que no existe, porque no hay una mujer hay mujeres. La mujer es un invento patriarcal. Nosotras somos múltiples. Y somos del estilo que tengamos ganas”.
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