Cabeza a cabeza, o firma a firma, el plenario de las comisiones que trataban los proyectos de legalización del cannabis medicinal terminó anoche en un final sin resultado. El texto de la oposición peleaba palmo a palmo con el del oficialismo el espacio del dictamen por mayoría. El dictamen de Cambiemos cerró la puerta a los reclamos de las madres que concurrieron a las dos reuniones con sus hijos enfermos de esclerosis múltiple y otros pacientes, para sensibilizar a los diputados. En ningún momento autoriza el autocultivo ni despenaliza el uso del cannabis, ya que el dictamen se concentró en la investigación, sin despenalizar el consumo ni el autocultivo.

El dictamen de la oposición fue firmado por el FpV, Libres del Sur, PS, el Bloque Justicialista, el PTS y el PO. Otro dictamen del FR amagaba ayer con ser retirado de escena.

Carolina Gaillard, presidenta de la comisión de Salud, sostuvo que el dictamen de la oposición autoriza “el autocultivo, la investigación en manos de las universidades públicas, y la producción en manos de la red de laboratorios públicos. El dictamen de Cambiemos le dio la espalda a Cameda y Mamá Cultiva, y a las madres que fueron con sus hijos enfermos a pedir estar autorizadas a cultivar las cepas que les quitan el terrible sufrimiento por el que pasan. Cambiemos no explica cómo van a conseguir el producto esas madres, y sólo habla de la investigación, que no va a estar a cargo de las universidades públicas, y que tampoco va a poder acceder al producto para investigar. Es un proyecto de ley propuesto desde el Ministerio de Seguridad, para comprarle semillas a Israel”.

El dictamen de Cambiemos levantó una fuerte polémica ya que no menciona una palabra sobre el autocultivo, con lo que, restringió el alcance de la ley al fomento a la investigación médica y científica.

El presidente de la comisión de Seguridad Interior, el radical Luis Petri, explicó que el dictamen del oficialismo plantea que “el Estado realice las investigaciones y proporcione el aceite para tratar determinadas enfermedades”.

De esta manera el oficialismo no propone autorizar la despenalización del monocultivo de marihuana para uso medicinal, como pidieron masivamente la semana pasada los familiares de personas que tienen enfermedades como la epilepsia refractaria y pese a que los diputados de Cambiemos se habían comprometido ante esos mismos familiares a solucionar de algún modo el sufrimiento por el que pasan.

El diputado de Río Negro por Cambiemos, Sergio Wisky, dio en la tecla de la paradójica situación en la que se encuentra su propio gobierno: “Argentina tiene un marco normativo que, paradójicamente, habilita la utilización médica de esta sustancia (aceite de cannabis) pero que a la vez penaliza su cultivo, tenencia y comercialización. Es decir, permite el cannabis medicinal pero lo torna abstracto”, opinó anticipando de alguna manera el dictamen oficialista. Y, como solución a esa abstracción explicó, tal como lo demuestra el dictamen, que se debe abrir “un protocolo de investigación que nos permita no sólo dar respuesta al dolor de quienes hoy están sufriendo, sino también mejorar la evidencia científica”, que se realizará a través del Conicet y las facultades de Medicina y Farmacia. En pocas palabras, determinar qué es lo que puede ser utilizado legalmente por los pacientes requiere de investigaciones que pueden demorar años. El dictamen de Cambiemos es la foto de la imposición del criterio perimido de guerra contra las drogas, que con tanto empeño impulsa el Ministerio de Seguridad.

Tenía sentido, finalmente, que el plenario estuviera encabezado por la presidencia de Seguridad Interior.

Otra radiografía, también de Cambiemos, mostró al diputado Eduardo Amadeo (PRO), de la comisión de Salud, trabajando en un arduo solitario en su tablet, bajo la mesa.

Hoy continuará el sondeo para determinar las firmas de unos y otros.