Mar 24.02.2004

SOCIEDAD

Secuestro y torturas, un mensaje mafioso al intendente de Quilmes

Es el quinto ataque que recibe Sergio Villordo desde el 10 de diciembre. Ahora secuestraron y torturaron a su chofer. El intendente atribuye el hecho a las clausuras de boliches, cuyos dueños habrían actuado en connivencia con policías y jueces de faltas.

El intendente de Quilmes, Sergio Villordo, denunció ayer que su chofer fue secuestrado en una esquina céntrica de ese distrito y, tras ser sometido a golpes y torturas, lo hicieron portador de un mensaje dirigido al propio intendente: “Tu jefe está haciendo las cosas mal”. Ahora, el chofer se recupera en una clínica de Quilmes. Villordo aseguró a Página/12 que la golpiza fue un “mensaje mafioso” vinculado a la disolución de los Tribunales de Faltas de Quilmes, resuelta por el intendente poco después de su asunción, hace dos meses, y a las clausuras realizadas a más de 30 boliches, desde el inicio de su gestión. Esta es la quinta intimidación que recibe Villordo a través de alguno de sus allegados. Y las sospechas se reparten entre uniformados y ex funcionarios de la municipalidad.
El chofer, un joven de 20 años, fue secuestrado el sábado alrededor de las 21.30, en la esquina de Videla y Lavalle, pleno centro de Quilmes. Luego de ser encapuchado, Damián Rubio fue transportado durante algunos minutos hasta llegar a un lugar donde fue atado a una mesa, golpeado, quemado con cigarrillos. Incluso, le introdujeron el caño de una pistola en la boca, y gatillaron varias veces, con el arma descargada, en un simulacro de fusilamiento, según relato de la propia víctima. Después de cinco horas, el chofer fue liberado y, posteriormente, internado en la Clínica Modelo de Quilmes. El domingo por la mañana, el joven volvió a su casa, pero los peritos, al verlo el mismo día por la tarde, dispusieron nuevamente su internación. Rubio “tiene muchos derrames internos, golpes muy fuertes en la cabeza y en las próximas horas deberá ser operado de la boca y la nariz”, explicó Villordo.
El intendente justicialista manifestó que “el que le pegó sabía cómo hacerlo porque no le quebraron nada, pero lo lastimaron en todo el cuerpo”. Las sospechas de Villordo apuntan a la policía de Quilmes: “La mayoría de los efectivos de la DDI de la comuna están en sus puestos hace 15 años. ¿No saben cuáles son las bandas que operan en Quilmes? A mí me cuesta creer que la policía no esté involucrada porque no puede ser que no haya una investigación seria de ninguna de las intimidaciones anteriores”. El intendente sospecha que efectivos de Quilmes tenían “arreglos con los boliches” que fueron clausurados, luego del inicio de su gestión, el último 10 de diciembre. Villordo reemplazó a Fernando Geronés, procesado en una megacausa por presunta estafa al municipio.
Las sospechas del jefe comunal se extienden a “ex funcionarios y ex concejales quilmeños” que, según advirtió, también estarían involucrados en “los acuerdos con los boliches y en irregularidades de los juzgados de Faltas”, que fueron reemplazados por una Dirección de Faltas.
“En esta dependencia había 78 mil causas demoradas. El municipio era una anarquía total cuando asumí”, fustigó Villordo. El intendente cree que los dueños de los boliches “estaban en combinación con los jueces de faltas” porque “cuando estos locales eran inspeccionados, las actuaciones iban a esos tribunales. Incluso, el dueño de un boliche clausurado en el centro de Quilmes (Moreno y Garibaldi), es un ex juez de faltas, de apellido Rodríguez”. Las denuncias hacia los ex funcionarios y ex concejales apuntan a la anterior gestión. “La administración de Geronés tenía un ingreso paralelo proveniente de los boliches y los juzgados de Faltas eran los únicos que daban pérdidas en toda la provincia”, se quejó.
Esta no es la primera intimidación que recibe Villordo. Tres días después de que se hicieran las inspecciones en las discotecas, Mario Cambi, su director de Bromatología, uno de los encargados de las inspecciones, recibió visitas en su casa: le destrozaron la puerta y el interior de la vivienda. Dos días después, al ex comisario Carlos Cardoso, director de Inspección General, le rompieron la cabeza de un culatazo, le robaron el celular y el auto. Un día más tarde, Leonardo Alberto, asesor directo de Villordo, fue secuestrado durante una hora para hacerle llegar un mensaje a su jefe: “Decile que la corte”. En ese momento, el intendente comenzó con las denuncias, y tres días después secuestraron a la delegada municipal de Bernal, Mary Fera, a quien le gatillaron un arma en la cabeza, un método similar al utilizado con Rubio. Villordo, ex jefe de ceremonial del actual ministro del Interior, Aníbal Fernández, cuando fue intendente de Quilmes, aseguró que ésta “es la quinta y más grave intimidación” que recibe su administración. La denuncia, que se unificó con las otras cuatro, fue radicada en la comisaría 1º de Quilmes.

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