La misión para rescatar los restos del acorazado alemán “Graf Spee”, hundido en el Río de la Plata a 8 kilómetros de Montevideo tras un combate, en diciembre de 1939, durante la Segunda Guerra Mundial, dio ayer su primer paso, con la recuperación del telémetro del barco.
Se trata de un instrumento óptico de 27 toneladas, en forma de cruz, con 6 metros de alto por 10,5 de ancho en su parte inferior, que se usaba para asegurar la precisión de la artillería. Este nuevo tesoro de la historia fue sacado del agua por un grupo de buzos, comandado por el uruguayo Héctor Bado, tras más de seis horas de trabajo.
El telémetro “tiene adosado el primer equipo de radar que fue montado en buques de guerra”, explicó Bado. Un intento anterior de rescate, el último 9 de febrero, había fracasado debido a los vientos que afectaron la zona del hundimiento, que dificultaron las maniobras de los buzos y de la grúa. El empresario Alfredo Etchegaray, concesionario de los derechos del rescate, anunció que el telémetro será limpiado en un astillero local para exhibirlo a la entrada del puerto de Montevideo y afirmó que la próxima búsqueda se orientará hacia tres cañones grandes, unidos en una sola pieza de 300 toneladas. La recuperación se hará en el segundo semestre del año “cuando consiga una grúa europea con la suficiente fuerza”, explicó.