SOCIEDAD
Los narcos que traficaban por un valor de 150 millones de dólares
Después de una investigación de un año y medio, la Justicia de Chubut desarticuló una megabanda que triangulaba droga entre Colombia y España. El mayor golpe en la historia patagónica.
› Por Horacio Cecchi
Aunque Puerto Deseado quede lejos de los picos nevados, decidieron llamarla Operación Sierra Nevada. Tenían sus motivos: en la ciudad santacruceña detuvieron a un marinero español con 25 kilos de cocaína. En su camarote, en el buque panameño “Sierra Guadalupe”, había 125 kilos más. Durante un año y medio, un equipo de prefectos a cargo de una jueza de Comodoro Rivadavia desencriptó teléfonos, investigó 1200 líneas, cruzó llamadas, se infiltró hasta lograr la detención de dos empresarios cerealeros, en Necochea, sospechados de coordinar la entrega de la droga. Son sólo la punta de un iceberg. El cargamento se entregaría en Europa, previa recolección de otros 300 a 400 kilos en diferentes puertos. Estiman que sólo con el cargamento secuestrado hubieran producido entre 90 y 150 millones de dólares. Fue el golpe más grande al narcotráfico en la historia de la Patagonia. Existen sospechas de vínculos policiales en la costa atlántica.
Todo empezó en julio del 2002. El buque pesquero de bandera panameña “Sierra Guadalupe”, anclado en el puerto local de Puerto Deseado, promovió cierta repercusión: el buque estaba a cargo de una mujer, una capitana. Los medios locales se amontonaron en busca de notas curiosas. Mientras la mujer daba sus entrevistas, un marinero descargaba su bolsito con la paciencia de una hormiga. Se trataba de José Luis Ferreiros Lojo, español, de 37 años.
Pero el 22 de julio, al Hormiga Lojo lo embocaron guardias de Prefectura intentando pasar por un lugar prohibido del puerto. Al registrar el bolsito del galaico descubrieron paquetes por 25,160 kilos de cocaína. Intervino la jueza federal Eva Parcio, de Comodoro Rivadavia. Allanaron el “Sierra Guadalupe”. En el camarote 4 del Hormiga descubrieron 125,500 kilos de cocaína en 119 panes. El 80 por ciento era pasta base y el resto clorhidrato de cocaína. “Con esa cantidad –reveló una fuente de la investigación–, estirada, podían obtener entre 90 y 150 millones de dólares.”
El resto de la tripulación quedó demorada un par de meses. Incluso la capitana, quien, según refieren las crónicas rosas locales, quedó prendada de un agente marítimo. Además del cargamento, en el camarote 4 hallaron una agenda. En ella llamaron la atención dos números codificados junto al nombre “Mario”.
La jueza designó para la investigación a un equipo de especialistas de la Prefectura Naval. El primer paso fue el de desencriptar los dos números. Después comenzaron a hacer cruces telefónicos. Se analizaron 1200 líneas. Durante varios meses, el equipo se perdió en pistas falsas: descubrieron que los teléfonos que iban apareciendo estaban a nombre de personas que nada tenían que ver con el asunto. Hasta que comprobaron que los números eran solicitados por otras personas que no figuraban como propietarios sino que los ponían a nombre de ajenos.
Comenzaron a aparecer pistas que desembocaban en Bahía Blanca, Miramar, Mar del Plata y Necochea. Algunos datos revelaban que existía algún tipo de protección, especialmente en la última ciudad, donde algunos integrantes de la Departamental local aparecían ligados al caso, aunque borrosamente.
Finalmente, el 28 de noviembre pasado, a las 2 de la madrugada, se realizaron cinco allanamientos en Necochea. Hubo dos detenidos: Miguel Angel Pascual, ex dirigente portuario, según fuentes de Necochea propietario de caballos de carrera. Durante el allanamiento, Pascual arrojó una agenda por la ventana: dentro había números que lo vinculaban con los mismos personajes que Lojo señaló como responsables de haberlo introducido en el negocio. También hallaron un pasaje a España fechado para el 2 de diciembre pasado. El segundo detenido fue el Gordo Edgard Ezequiel Larrañaga. Ambos dijeron ser socios en negocios cerealeros. Según fuentes policiales porteñas consultadas por este diario, el Gordo tenía antecedentes penales vinculados con el narcotráfico desde el ‘88. Por un pelo logró fugar el Mario de los teléfonos encriptados, Mario Alberto Giunti. El 6 de febrero, la Cámara Federal confirmó el procesamiento del Gordo Larrañaga y Purasangre Pascual.
Una hipótesis del caso sostiene que el buque debía recalar en otros puertos para levantar más cargamento y luego partir hacia España. La Justicia investiga el origen de la droga. Suponen que podría provenir desde Colombia, de una derivación del Cartel de Cali, ingresando al país por el norte argentino. “La investigación no terminó”, confió una fuente judicial a Página/12. Aún faltan los financistas y el lavado de dinero.