Lun 15.03.2004

SOCIEDAD  › UN RELATO DE LA NOCHE DE LOS LAPICES CON EL TONO DE UN DIARIO DE EPOCA

Carta para ser quemada

Carlos Ventura está desaparecido desde 1977. Antes escribió las dos partes de una carta que relata el secuestro de adolescentes en La Plata que muchos años después recibió un nombre imborrable: La Noche de los Lápices. Aquí se publica el texto, tomado del libro Montoneros, la resistencia después del final, que escribió Marisa Sadi y está próximo a aparecer.

La Plata, 7 de octubre de 1976

Queridos padres:

Tienen que disculparnos el tiempo transcurrido sin que les hayamos escrito, pero la cosa aquí está bastante “pesada”. Trataré de contarles las cosas en “orden de aparición”. Hace aproximadamente tres semanas se llevaron del departamento donde estaba viviendo a la hija del Dr. Falcone. Estaba cuidando a una tía que estuvo internada en el Instituto del Tórax. Hasta el día de hoy no saben absolutamente nada. Han realizado gestiones ante la curia y otros personajes, pero ninguno ha resultado fructífero. Se imaginarán cómo están ellos. La hija, me olvidaba decirles, tiene 16 años.
A las 26 hs. (sic) cayeron a la casa del “viejo” (Dr. Falcone). Como no estaban, tiraron la puerta de entrada con un Torino y rapiñaron lo que les resultó de su agrado. Esa misma madrugada fueron a la casa del hijo y allí (como tampoco había nadie) rapiñaron más cosas, algunas de valor.
Por supuesto que todos estos acontecimientos alteraron nuestro “ritmo de vida”. En el Instituto se comentó bastante y tras los primeros días de asombro y congoja aparecieron las “conjeturas y versiones que tenían la precisa”, con toda la carga de maledicencia y estupidez, propias del ambiente de mediocridad y chatura mental que allí se respira.
Bueno, y aquí viene la parte más “pesada” para nosotros.
Hace exactamente hoy ocho días, a eso de las trece horas, llegó la patota (policía o Ejército, o qué sé yo de dónde vienen) y se llevó a un muchacho empleado del Ministerio de Asuntos Agrarios, que está al lado del Instituto. Eran cuatro automóviles, con más de quince monos algunos de ellos encapuchados o con el rostro desfigurado con pasamontañas, anteojos, etc. Le preguntaron a un viejito dónde estaba el PAMI. El viejito, que iba para el Instituto, lo comentó en Atención al Público, pero el boludo que lo atendió aconsejó no decir nada para que la gente no se alarme.
A eso de las 17 hs. cayeron a la Delegación y pidieron hablar con el interventor. Este pidió que se identificaran, porque se habían presentado como amigos de él. Le contestaron que eran del Ejército. El interventor llamó por teléfono al Comando Radioeléctrico y al Ejército. Como los minutos transcurrían y no se hacían presentes, este infeliz no tuvo mejor idea que rajar por los techos.
Los “puntos” cuando vieron que el tiempo pasaba y el interventor no los recibía encararon directamente para su despacho encontrándose con la novedad del raje. Bueno, allí fue cuando sacaron a relucir todo el fierrerío y comenzaron las órdenes a los empleados. Nos habían reunido en el patio del fondo y comenzaron a pedir documentos a cada uno. La gente se los alcanzó a ver (un poco distorsionadamente en algunos casos). Yo había tenido que volver a la oficina porque allí tenía la campera con el documento. Cuando volví al patio ya la ronda había terminado, por lo que a mí no me lo pidieron. Sí se lo pidieron a Gladis y no pasó nada.
Nos ordenan en ese momento reintegrarnos a las oficinas, y comienzan a decirnos los demás compañeros que habían visto en la lista el nombre de Gladis con mi apellido, o sea no tenían el apellido de soltera.
Los tipos se fueron llevándose a un empleado de Nivel Central que había sido comisionado junto con la Intervención a la Delegación en el área de farmacia. Recién el sábado pasado lo largaron en el camino a Magdalena. Por supuesto lo habían molido a palos. No sabemos más nada porque no vino más a La Plata.
Por otra parte les cuento que al día siguiente del allanamiento a la Delegación, cayó la Policía Federal a pedir datos sobre Gladis exclusivamente.
Un abogado se había hecho cargo de la Delegación. Por télex pidió a Nivel Central los datos que pedía la Federal porque dijo que de allí no iban a salir. Por supuesto que la teletipo contestó los datos requeridos y a eso de las 12 hs. fueron a buscarlos.
Pese a estar en su poder la dirección de los padres de Gladis y ahora la nuestra, todavía no habían ido a allanar. Así que obviamente nos fuimos del departamento y ni siquiera los padres de Gladis tienen nuestra dirección actual.
Les cuento que tuve que ver a los viejos de ella para intentar explicarles la situación.
La tarea resultó bastante difícil, aunque menos dramática de lo que suponía. En primera instancia querían que nos manejásemos en la esfera legal, presentándonos a la policía a pedir explicaciones de por qué la buscaban a la Flaca. Pese a que traté de explicarles cuál es la realidad de la Argentina de hoy, con una guerra que paulatinamente nos va involucrando a todos sin excepción, y que atento a ello, presentarnos equivalía a un suicidio (en el mejor de los casos), tenían esperanzas ese día en que todo se tratara de una confusión o que pronto pasaría, y cada uno volvería a realizar su vida igual que antes. Hoy casualmente estuvimos con ellos y han reflexionado un poco más y sólo nos aconsejaron no volver al laburo y que nos vayamos de esta ciudad por un tiempo. Evidentemente representa un avance importante.
Volviendo a lo que ocurrió en la Delegación, al día siguiente del allanamiento apareció un energúmeno con toda una banda de Nivel Central. El personaje de marras es un Teniente Coronel Rave, recientemente incorporado al Instituto como asesor del interventor y que cada día toma más injerencia en los más variados aspectos. Se mandó un discurso delante de todo el personal, aludiendo a que tenían un grupo perfectamente identificado y el que no estuviera de acuerdo que renunciara y se fuera a Cuba. Además hizo referencia a que todo el problema a partir del allanamiento se había manejado imprudentemente, alarmistamente, y se había menoscabado a la institución policial y militar. ¿¿?? Allí el abogado se desmayó. Este personaje lo miró y siguió hablando como si nada hubiese pasado, con el abogado caído. Posteriormente tuvo una charla personal con él donde lo acusaba de pertenecer al ERP y que debido a ello se había movido por el empleado que se llevaron, y si mañana ese empleado aparecía muerto en un charco, con los datos que él había puesto en la denuncia que presentó ante la Policía Federal (descripciones, números de patentes, etc.) comprobaban que era la policía, sería una barbaridad. Le preguntó si no entendía que se estaba en guerra, a lo cual él mismo se contestaba que claro, seguro que entendía pues era del ERP. También manifestó y luego se confirmó por otras vías, que al interventor que se había rajado por los techos Rave lo metió en cana. Conclusión, le exigió al abogado que le tenía que entregar una lista con cinco nombres y sus grados dentro de la estructura militar del ERP y su grado dentro del mismo, porque si no lo iba a colocar bajo el fuero antisubversivo y además debía renunciar. El abogado presentó la renuncia inmediatamente así que a partir de ese día los ñatos éstos de Buenos Aires se han instalado en la Delegación. Incluso el actual interventor anda con una Itaka.
La otra parte del asunto es que la gente del laburo se ha comportado muy bien, muy solidaria y gaucha. Ahora andamos atrás de los cheques. Hicimos un poder para que el padre de Gladis trate de retirarlos. Además hace un ratito hemos mandado los telegramas de renuncia porque nos han intimado a presentarnos por ausencias injustificadas.
Cambiando un poco el tema les cuento que Marcelito está muy bien. El 21 de septiembre cumplió un año. Lo festejó en la guardería... Gladis está bien, embarazo de por medio. A los chicos no los hemos visto más... Estamos en la casa de unos amigos que se han portado maravillosamente con nosotros. La otra vez que nos tuvimos que levantar (justamente cuando a Enrique lo cesantearon) vinimos aquí y nos quedamos como 70 días. Esperemos que esta vez no llegue ni siquiera a la mitad. Otra cosa que recuerdo ahora. Hace unos días está saliendo en la parte de los clasificados que López y Susana han comprado un almacén en el Dique... Esperemos que el nombre del boliche los acompañe, es un buen tipo.
Bueno Enrique y Negra, deseamos que esta serie de hechos desgraciados pero previsibles no los agobie más de lo que ya deben estar sin esta información. Esperamos que nos escriban y que por lo menos del lado de Uds. la realidad sea un poco siquiera mejor. Un beso y un abrazo grande de sus hijos y su nieto.
Por los nombres, datos, etc. que contiene esta carta les pido que la quemen (por lo que pudiera). “Más vale prevenir que curar.”

Carlos

P/D: Hoy salió en el diario que el Poder Ejecutivo prohibió la entrada al país de la revista española Cambio 16.

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26 de enero de 1977

Hace dos o tres días que me pude reencontrar con esta carta. Como ven, han pasado muchas cosas. Lo que ayer nomás nos parecía dramático (abandonar la familia, la casa, el estudio, el trabajo), hoy nos parece tan pequeño. Tantos compañeros se han ido físicamente que se nos hace más duro todavía. Es como nos decía la Pety hace cinco o seis días. “Es como si nos fuéramos quedando sin pasado.” Todos con quienes hemos compartido algo, hace cinco, siete o diez años, ya no están con nosotros.
Quizá sea su ejemplo lo que nos da fuerzas para continuar. El ejemplo de Luis tal vez sea uno de los que más sirva: lo queríamos por ser un buen tipo, por ser el compañero de la Pety, porque sabíamos que era un ejemplo de militante revolucionario, y también por cosas y sentimientos tan subjetivos que no los podemos explicar racionalmente, sino simplemente sentirlos. Circunstancialmente me encontré con la Pety... Estuvimos todo un día juntos. La vimos dolorida pero fuerte, sufriente pero orgullosa de Luis, impotente para remediarlo pero con fe en el triunfo...
Nosotros por suerte estamos VIVOS y relativamente bien. Gladis todavía está embarazada, esperamos para el fin de semana.
No sabemos si nos han escrito porque prácticamente no tenemos contacto con los padres de la flaca. De cualquier manera escriban, que aunque tarde nos va a llegar...
...Un beso y un abrazo grande para nuestros queridos padres adoptivos.
¡¡Fuerza Enrique!! ¡¡Vamos Negra todavía!!

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