SOCIEDAD
› DETIENEN A MUJER POLICIA INVOLUCRADA CON UNA BANDA
Secuestro, luego investigo
Es una suboficial de la DDI de San Martín, que investiga un caso de secuestro. Y fue detenida por su conexión con secuestradores.
Las tareas de investigación de la sargenta primera de la Bonaerense Olga Navarro dejan bastante que desear. Al menos, puede suponerse eso después de que Navarro, con funciones en la DDI de San Martín, fuera detenida por su presunta participación en el secuestro extorsivo de un hombre que vendía una camioneta y de su hijo. La suboficial no fue esposada sola: su pareja, Dionisio Lares, ex cabo de la Bonaerense exonerado en el ‘97, siguió el mismo camino: falto de reflejos, el ex cabo dejó olvidado su celular en una Renault Kangoo usada por la banda. Otra curiosidad: Navarro trabajaba en la misma DDI que investiga otro secuestro, el de Víctor Alsina Palacios, de quien no se sabe nada desde hace 21 días.
El viernes pasado, Alejandro Gabriel Sassón, de 30 años, intentó vender su camioneta Renault Trafic. Sassón hizo lo que suelen hacer muchos: puso ese día un aviso en un diario. Y tuvo inmediata respuesta. Un interesado llamó al teléfono que había dejado, preguntó algún que otro detalle de la Trafic, preguntó por el precio y arregló una cita con Sassón.
La cita fue combinada en Primero de Mayo y Triunvirato, cerca de la estación Tropezón, de la ex línea Urquiza. Sassón fue al lugar acompañado por su hijo, para mostrar la camioneta y cerrar el trato. Poco después, llegaron a la cita dos hombres de entre 20 y 30 años. Los Sassón comprendieron de inmediato que el interés de los dos hombres no era la camioneta, o que no era sólo la camioneta: los encañonaron y los metieron en un auto, mientras que un tercer interesado se llevó la Trafic.
La familia Sassón se enteró de que había problemas cuando recibieron el primer llamado de la banda. El llamado fue el de rigor: que tenemos a tu esposo y a tu hijo, que nos pagan o no los ven más, que junten 5 mil dólares y que se volverían a comunicar. La familia inmediatamente presentó la denuncia. El caso recayó en la fiscalía federal de Jorge Sica, quien pidió la colaboración de la DDI San Martín.
La banda pretendía resolver el caso rápidamente, lo que se conoce como secuestro express. Rescate bajo, negociación sin dilaciones, entrega del dinero y liberación inmediata. De hecho, todo ocurrió el mismo viernes. La banda volvió a comunicarse con la familia. En uno de los llamados, se acordó el pago del rescate que debería realizarse en los alrededores de la estación Caseros, donde integrantes de la DDI ya se habían distribuido estratégicamente.
El pago debía realizarse a las 21.30. La familia cumplió con lo pactado. Llevó el paquete con el dinero y lo abandonó en el lugar donde los secuestradores habían precisado. Al rato, aparecieron los cobradores. Los policías distribuidos en el lugar los detectaron. Se inició una breve persecución con tiros y forcejeos varios, hasta que fueron detenidos dos jóvenes de 24 y 25 años. Uno de ellos resultó herido. Ambos fueron trasladados a la DDI San Martín, donde quedaron detenidos. En el escenario del tiroteo dejaron abandonada una Renault Kangoo. Dentro del vehículo, los policías hallaron una pistola 9 milímetros igual a la utilizada por ellos mismos, un teléfono celular y documentación.
Al mismo tiempo, los Sassón padre e hijo fueron rescatados por la misma DDI de San Martín. La Trafic fue hallada abandonada en una villa de emergencia cercana. Pero el caso no había terminado. La investigación permitió obtener algunos datos interesantes del celular abandonado en la Kangoo. El primero era que su dueño era un tal Dionisio Lares. El segundo, por el cruce de llamadas, se determinó que desde el celular de Lares se comunicaron con Olga Navarro. Los hombres de la DDI sabían de quién se trataba: la Navarro era colega en la misma DDI que investigaba el caso.
Después se determinó que Lares no era un don nadie sino que era la pareja de Navarro, que había sido cabo de la Bonaerense, que en el ‘96 había sido puesto en disponibilidad y que en el ‘97 había sido exonerado. Ambos fueron detenidos. La sargenta primera trabajaba en la misma DDI que investiga otro caso, el de Víctor Alsina Palacios, estudiante secuestrado el 25 de febrero pasado, a las 7 de la mañana, cuando iba de su casa de Grand Bourg al colegio para rendir una materia previa. En este caso la exigencia de rescate es de 50 mil a 60 mil dólares. Hasta el momento no hay novedades.