SOCIEDAD
› LOS MILLONARIOS REDITOS DEL ESCANDALO BECKHAM
El dinero de la infidelidad
La prensa británica no hace más que ocuparse de las supuestas relaciones extramatrimoniales del “metrosexual” astro de fútbol. Pero poco importa si es cierto o no. El negocio que incluye a la pareja involucrada es el escándalo en sí. La supuesta amante ya lleva embolsado un millón de dólares.
› Por Marcelo Justo
Es una historia de millones. Millones de personas y sobre todo, millones de libras, euros, dólares, desparramados en contratos televisivos, ventas de diarios, entrevistas exclusivas, escandalosas revelaciones, batallas de rating y promociones publicitarias. Es la trivial historia de un jugador de fútbol casado con una famosa cantante pop que tiene una relación extramarital, o quizá dos, o acaso ninguna verdadera, y produce con su presunta infidelidad más tinta impresa que la batalla de Faluja en Irak o que problemas como el hambre o la contaminación ambiental que a nadie interesan. El jugador es el mediocampista inglés David Beckham, astro del equipo más globalizado del planeta, el Real Madrid, intachable padre de familia, tierno hombre posmoderno que ha sacado al futbolista de su molde paleolítico para inscribirlo en el mundo contemporáneo de la igualdad hombre-mujer.
Desde principios de mes, este ejemplo de virtudes políticamente correctas enfrenta un cúmulo diario de turbias revelaciones sobre su vida sexual. El escándalo se desató el 4 de abril, cuando uno de los diarios más sensacionalistas de Gran Bretaña, el News of the World, publicó los “tórridos” detalles de su presunto romance extramarital con su ex asistente personal Rebecca Loos, hija de un reputado diplomático, a poco de llegar al Real Madrid en septiembre del año pasado. El equipo de relaciones públicas que asesora al jugador y a su esposa Victoria, la famosa ex Spice Girls, calificó de “absurda” la historia, ignorando que sólo se encontraba ante la punta de la madeja.
En los días siguientes, una modelo sueca, otra española, una presunta modelo australiana que luego pareció ser una call girl y hasta un supuesto ex agente del servicio secreto de Fidel Castro, refugiado en Madrid y reciclado como chofer del jugador, añadieron sus propias revelaciones sobre la aparente vida secreta del astro. Una de las más jugosas apareció en el tabloide The Sun, hermano del News of the World, todos hijos del imperio mediático del australiano Ruppert Murdoch. En una entrevista exclusiva, la hija de un abogado de alto vuelo, Sarah Marbeck, reveló teletextos que le envió el jugador, adicto como buen hijo de su época a los celulares y sus sofisticados poderes de comunicación instantánea. “Nena, te debería haber xxxxx aquella noche, pero no te preocupes porque te voy a compensar. Te voy a xxxxx por horas. Te voy a quitar la ropa, te voy a acostar sobre mi coche y xxxxx”, dice, según Sarah Marbeck, que con su misterio estimula la imaginación de cada lector, el mensaje de Beckham, que parece salir de alguna página de Playboy.
Las declaraciones de Marbeck terminaron de embarrar la cuidada imagen de marido intachable y padre ejemplar que cultiva el jugador. Era evidente que sus presuntas fantasías correspondían al más rancio arquetipo masculino, presente desde el paleolítico, aunque eso sí, con celular y Ferrari a mano. La imagen del futbolista sufrió otro fuerte revés este jueves, cuando la “amante” de las primeras revelaciones, Rebecca Loos, decidió airear su historia por otro de los vasos comunicantes del imperio de Murdoch, el canal televisivo Sky. En la entrevista, Loos describió sus encuentros sexuales con el jugador –uno de ellos en la cama matrimonial de Beckham– y sus sentimientos respecto de lo sucedido. “Esa noche me dejó sin respiración y muy feliz. La mañana siguiente me trajo el desayuno a la cama y como yo le dije que no quería desayunar, él me dijo que comiera un poco de fruta. Yo todavía estaba en la cama. El me dio frutillas en la boca. Fue un momento muy romántico”, dijo Loos. En cuanto a las dudas que podían existir sobre la veracidad de su testimonio, Rebecca Loos se mantuvo en sus trece: el romance ocurrió y ella tiene cómo probarlo. “Sé algo de él, de una parte íntima de su cuerpo, que sólo una mujer que se ha acostado con él puede conocer. De modo que si tengo que ir a los tribunales, puedo hablar precisamente sobre eso”, señaló Loos a Sky, sin dar más detalles sobre el asunto.
La(s) supuesta(s) infidelidad(es) de Beckham es un cóctel con tres ingredientes: una pizca de sexo, otra de romance y el resto, muchísimo dinero. Emblemas de la tosca aristocracia posmoderna de la fama, David Beckham y Victoria “Posh” Adams simbolizan la pareja perfecta del mundo de las celebridades mediáticas. La fortuna actual de la pareja asciende a unos 65 millones de libras (100 millones de dólares) y crece a cada minuto. David Beckham es uno de los rostros publicitarios de Adidas, Pepsi y Vodafone, y tiene contratos con diversos productos, desde las gafas de sol de Police hasta la ropa de niños de Marks & Spencer, que le reportan unos diez millones de dólares anuales que se añaden a su multimillonario contrato con el Real Madrid. Si bien Victoria ya no es la “posh” de las “Spice Girls” que reventaban las “charts” en los ‘90, su cara figura en todas las revistas de celebridades y acaba de grabar un disco en Estados Unidos donde es mucho más conocida que su marido.
Esta danza de famas y millones es ideal para un multimedio como el que dirige Ruppert Murdoch, siempre a la búsqueda de un buen escándalo de celebridades para incrementar sus ventas, ratings e ingresos publicitarios. Los periódicos del magnate australiano desplegaron un equipo de 11 reporteros full-time para desenterrar todos los ángulos posibles de la historia desde que el pasado octubre aparecieron fotos más ambiguas que realmente comprometedoras de Beckham con Rebecca Loos.
En el vértice de la saga aparece una figura infaltable en estos escándalos: el publicista Max Clifford. Por un 20 por ciento de las ganancias, Clifford se encarga desde hace más de una década de encontrar, negociar y sacar el máximo rédito posible a estas historias. Rebecca Loos no puede quejarse. Por sus entrevistas exclusivas con The Sun y Sky se alzará con casi un millón de dólares. De la interminable saga, ni siquiera los Beckham saldrán mal parados, al menos en lo financiero. “La mayoría de los fanáticos espera un poco de sexo, drogas y rock and roll de sus ídolos. Este escándalo vuelve a Beckham mucho más interesante”, señaló Matthew Osman, de la consultora publicitaria Red Mandarin.
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