SOCIEDAD
Una falla en la red de agua tuvo a maltraer a un pueblo
Unos 250 vecinos de San Andrés de Giles sufrieron vómitos y diarreas provocados por la contaminación del agua. Todo se originó por un corte de luz que paralizó las bombas: por la falta de presión, los gérmenes atravesaron los caños, dañados por falta de mantenimiento.
› Por Pedro Lipcovich
Uno de cada 40 usuarios de la red de agua potable de San Andrés de Giles –105 kilómetros al oeste de la Capital– sufrió vómitos y diarreas en los últimos días a causa de una contaminación. Las 250 personas afectadas por este brote de gastroenterocolitis se suman a las 500 que enfermaron hace dos meses en la localidad de Rojas, y las causas pueden ilustrar sobre problemas que cuestionan la provisión de agua potable en distintos lugares de la Argentina. La contaminación en San Andrés de Giles se vincula con un corte de luz que afectó a la localidad durante 12 horas el domingo pasado: la falta de energía hizo que se detuvieran las bombas que proveen el agua a la ciudad; y como consecuencia de la falta de presión de agua, pudieron incorporarse gérmenes desde el exterior de la red y desde las paredes del tanque principal. Claro que esto supone, a su vez, la falta de mantenimiento de las cañerías –que, según un especialista, es común a la mayoría de las ciudades argentinas– y especialmente, según admitió el ministro de Salud bonaerense, la “falta de limpieza” del tanque principal de la ciudad: esto último había causado también la contaminación del agua en Rojas. Los tanques cisterna de las poblaciones, como los de las casas particulares, deben ser limpiados dos o tres veces por año, según los criterios vigentes.
El Día de la Patria amaneció con vómitos y diarreas en San Andrés de Giles. Los cuadros de gastroenterocolitis empezaron a afluir al hospital el 25, siguieron el 26 y ayer continuaban pero en menor cantidad. “Son personas de distintas edades y sectores sociales –precisó Ariel Cosentino, médico de guardia en el Hospital de San Andrés de Giles–: presentan diarreas, cólicos, vómitos, en general de leve intensidad.” Enfermaron en total unas 250 personas, sobre una población urbana de 15.000 habitantes, de los cuales el 70 por ciento recibe agua de la red urbana.
El domingo, desde las tres de la mañana, la ciudad había padecido un corte de luz que se prolongó 12 horas. Durante todo ese tiempo, “no pudimos operar las bombas que proveen el agua corriente –observó Luis Alberto Ghione, intendente de San Andrés de Giles–. Y, cuarenta y cuatro horas después, correspondientes al lapso de incubación de la gastroenterocolitis, empezaron a llegar los pacientes al hospital”.
La responsabilidad del suministro eléctrico corresponde a la empresa EDEN, que ayer no respondió a los llamados de este diario. La interrupción obedeció a un desperfecto en la línea de abastecimiento procedente de Luján. San Andrés de Giles es una de las siete localidades bonaerenses que no están incluidas en el sistema interconectado de la provincia: “Es necesario que pasemos a integrar el sistema para evitar estas interrupciones de suministro”, sostuvo el intendente.
Sin embargo, una interrupción en el bombeo sólo puede causar contaminación a partir de defectos preexistentes en la red. “El sistema, que abastece al 70 por ciento de la población, puede tener filtraciones que se hayan puesto así de manifiesto, pero el domingo mismo hicimos un examen y no encontramos pérdidas”, afirmó Ghione.
–¿Cuándo fue la última vez que se limpió el tanque que abastece a San Andrés de Giles? –preguntó y repreguntó Página/12 al intendente.
–La limpieza se hace con regularidad –se limitó a contestar Ghione–; se visualiza, se determina si hay musgo o sedimentos. El tanque tiene más de 30 años y presenta fisuras; estamos consultando a técnicos para ver si esto implica riesgo para la potabilidad del agua.
Sin embargo, el tanque, elevado, no tiene contacto alguno con otras aguas que pudieran estar contaminadas. Ismael Passaglia, ministro de Salud bonaerense, admitió que “probablemente haya habido falta de limpieza en el tanque de agua, lo cual se puso de manifiesto al vaciarse por la falta de energía”.
Según Passaglia, las medidas para prevenir la repetición de lo sucedido consistirían en: “Primero, hacer el mantenimiento correcto del tanque y dela red de agua potable; segundo, resolver las interrupciones del suministro eléctrico mediante la conexión al sistema provincial o la incorporación de un grupo electrógeno”.
Entretanto, anoche “la curva continuaba declinando, aunque todavía pueden producirse casos nuevos por contagio interhumano, por lo que se propician medidas higiénicas personales como el lavado de manos”, advirtió Passaglia. Hasta ayer, los análisis no habían detectado contaminación bacteriana o de otro orden, por lo que se suponía que el agente fue un virus. Ningún paciente necesitó hospitalización ni antibióticos.
A fines de marzo pasado, un brote de enterocolitis afectó a más de 500 personas en la localidad bonaerense de Rojas. Allí también se estableció que la causa correspondía a la contaminación de la red de agua potable, y se encontraron gérmenes en el tanque comunal.
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