Sáb 29.05.2004

SOCIEDAD

Un nene de tres años muerto tras recibir dos vacunas en Longchamps

Después de recibir las inyecciones, el chico entró en coma y la familia no consiguió ambulancia. Investigan las causas de la extraña muerte. Advierten que las vacunas “son seguras”.

› Por Pedro Lipcovich

Un chiquito de tres años murió en una salita de salud de Longchamps, luego de esperar en vano la ambulancia que debió haberlo trasladado a un centro de atención de mayor complejidad: no había vehículos “ni en la Zona Sanitaria de Lomas ni en el Hospital de Adrogué, y una empresa privada de ambulancias se negó a atendernos”, denunció el titular de la sociedad de fomento que administra la salita. El nene acababa de recibir vacunas en el establecimiento: pocos minutos después se desvaneció y la madre lo llevó nuevamente al centro de salud, donde entró en coma y falleció mientras esperaban el traslado. Se investigan las causas del fallecimiento: las más probables serían una inusual reacción alérgica llamada “shock anafiláctico” o una enfermedad preexistente, sin descartarse la posibilidad de una mala praxis en la aplicación de las vacunas. Cualquiera de ellas es una eventualidad improbable, ya que en el último año se aplicaron 8 millones de vacunas sólo en la provincia de Buenos Aires, sin que nada de esto tuviera lugar. Una reconocida profesional de la Sociedad Argentina de Pediatría subrayó que “las vacunas en uso son muy seguras” y observó que “sería muy perjudicial si, en razón de esta desgracia, hubiera gente que les tomara miedo”.
El jueves a las 16.15, el niño de tres años, llamado Fabrizio, recibió las vacunas triple viral y antihepatitis B en la sala de atención primaria Burgward, perteneciente a la sociedad de fomento del mismo nombre, en la localidad bonaerense de Longchamps. Veinticinco minutos después, el chiquito se desvaneció. Su madre, Lucía Mabel Aguirre, volvió a llevarlo a la salita. La médica de guardia indicó el traslado a un centro de mayor complejidad, pero la ambulancia no aparecía.
Angel Marrone, presidente de la Asociación de Fomento Burgward, denunció que “no había ambulancias disponibles en la zona”, y contó: “Cuando la médica nos dijo que el chico estaba grave y había que trasladarlo, nos comunicamos inmediatamente con la Región Sanitaria Sexta de Lomas de Zamora pero nos dijeron que no tenían disponible una ambulancia. Llamamos al hospital Lucio Meléndez (de la Municipalidad de Adrogué) donde nos dijeron lo mismo, que no tenían. Llamamos a los bomberos pero tenían la ambulancia rota. Después llamamos a una empresa particular de ambulancias pero no quisieron. Volví a insistir, por la desesperación, pero se negaron”.
La fiscal de Lomas de Zamora María Thiem dispuso la autopsia, así como el examen de todo el material utilizado en las vacunaciones, y solicitó la lista del personal de la salita que intervino en el caso.
Oscar Fariña, subsecretario de Salud de la provincia de Buenos Aires, señaló que “las vacunas que recibió el niño venían en envases multidosis, o sea que también les fueron administradas a otros chicos sin inconvenientes; la triple viral tenía vencimiento en 2006 y la antihepatitis B en 2005”.
En cuanto a las causas posibles, “una de ellas es una reacción exagerada del sistema inmunológico, una especie de cuadro alérgico grave llamado ‘shock anafiláctico’: puede darse ante cualquier medicamento, en un caso de cada varios millones. Otra causa posible es una enfermedad concomitante, que el chico padeciera. Y tampoco puede descartarse un error humano en la administración. En todo caso, el año pasado vacunamos a ocho millones de chicos sin ningún problema”, destacó el funcionario.
María Luisa Ageitos, ex presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría y consultora de Unicef, subrayó que “las vacunas actuales son muy seguras, probadas internacionalmente, y el riesgo que pudieran presentar es infinitamente menor que el de dejar a un chico sin vacunar. Aun cuando se hubiera perdido la cadena de frío, el efecto sería que la vacuna perdiera efectividad, pero no que se volviera tóxica. No hay que olvidar que la triple viral protege contra el sarampión, causante de muchas muertes por neumonías y encefalitis graves; contra las paperas, que pueden causar encefalitis o sordera; y contra la rubéola, que tiene graves consecuencias si el niño contagia a una mujer embarazada. Y la hepatitis B es en sí misma una seria enfermedad. Sería muy perjudicial que, en razón de esta desgracia, hubiera gente que les tomara miedo a las vacunas”.

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