SOCIEDAD
› AYER SE CASARON DOS HOMBRES EN EL MUNICIPIO DE BEGLES
El primer matrimonio gay francés
Son un enfermero y un vendedor que se casaron gracias a la audacia de un intendente ecologista y provocador. Seguramente el casamiento será anulado, pero forzará a que se debata y cambie la ley civil.
› Por Eduardo Febbro
Página/12
en Francia
Desde París
A los 33 y 34 años, Stéphane Chapin y Bertrand Charpentier entraron en la historia de Francia junto a Noël Mamère, el intendente ecologista de la localidad de Bègles que, pese a la oposición férrea del gobierno conservador, rompió esquemas y unió en matrimonio a la primera pareja homosexual del país. Llantos, besos y emoción acompañaron una ceremonia precedida por una de las polémicas más polifónicas que haya visto Francia. El tema del matrimonio entre homosexuales ha barrido con la sacrosanta barrera entre la izquierda y la derecha. Ambos campos cuentan con tantos adversarios como partidarios del principio. Al término de la ceremonia, los recién casados salieron de la Municipalidad y recibieron una lluvia de arroz y de aplausos. Aunque escondidos en los últimos días para escapar a la presión de los medios y a los proyectiles de la polémica, Chapin y Charpentier se besaron en público, posaron para los fotógrafos y la televisión y al final partieron a bordo de un Rolls Royce marrón.
La ceremonia dio lugar a un sinnúmero de manifestaciones. Mucha gente se acercó a la Municipalidad para manifestar su repudio al acto y hasta hubo algunos tironeos con un diputado ultraconservador y monarquista, Philippe de Villiers, que trató de entrar, pero fue impedido por militantes de la asociación de lucha contra el sida Act Up. No menos agitada fue la manifestación organizada por otro grupo de enemigos de la boda, “Los Niños Primero”. Con máscaras del ex primer ministro socialista Lionel Jospin, el grupo acusó a Noël Mamère de “tirar los hijos a la basura”. Las banderolas contenían a menudo alusiones vulgares y agresivas como “Mamère ahora te la ponen por atrás” o “Tengo dos padres y no tengo madre, gracias Mamère”.
Aunque resulte paradójico, las máscaras de Jospin se explican porque, a pesar de que el Partido Socialista está elaborando un proyecto de ley para legalizar las uniones entre homosexuales, el ex jefe de gobierno está totalmente en contra.
La segunda carga contra este matrimonio la lanzó el gobierno. Apenas una hora después de la boda, el ministro del Interior, Dominique de Villepin, entabló una querella contra el intendente rebelde. A su vez, el ministro de Justicia, Dominique Perben, pidió que se presentara una demanda de anulación del matrimonio. Según el titular de Interior, Mamère “infringió la ley y faltó a sus deberes en el marco de sus funciones”. El líder ecologista francés se expone ahora a dos sanciones posibles: la suspensión por un mes o la revocación de su mandato y la inelegibilidad durante un año.
Mamère no parece hacerse demasiados problemas. El intendente aseguró ayer que “el gobierno va a dramatizar este caso, pero se equivoca. Yo no me he puesto fuera de la ley. Hay cosas muchos más graves para la sociedad que el casamiento entre dos tipos que se quieren”. Emocionado y secándose las lágrimas, el dirigente ecologista confesó que no estaba preocupado en nada, que se sentía “feliz” porque estaba “defendiendo una causa”. Mamère reconoció que estaba “viviendo momentos difíciles”, pero que esperaba que este casamiento “tornara trivial” el hecho. Después del primer beso, uno de los esposos, Charpentier, dijo eufórico: “Hagan como nosotros, sean tolerantes, quiéranse y vayan hasta el final de sus sueños”.
El debate planteado por este primer casamiento homosexual ha encendido las discusiones en todo el país. En el plano legal, la Justicia sostiene que el Código Civil francés no autoriza el matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Sin embargo, Mamère asegura todo lo contrario, que el código “no específica en ningún momento que los contrayentes deben ser de sexo opuesto. Lo único que se establece es la cuestión de la edad legal”.
En 1999, bajo el gobierno de Jospin, los homosexuales consiguieron que se votara un texto que legalizaba las parejas, el famoso PACS (Pacto Civil de Solidaridad). Sin embargo, esa disposición no es un matrimonio propiamente dicho por cuanto otorga muchos menos derechos que una boda.
Todas las asociaciones que defienden el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio reconocen que, con su perseverancia, Mamère tiene el mérito de haber propulsado de cara a la sociedad el debate sobre el derecho a casarse entre personas del mismo sexo. Sin embargo, no todas comparten el método elegido por el intendente. Act Up recuerda que el matrimonio es una de sus reivindicaciones más antiguas ligada a los estragos que causa el sida en el seno de parejas que carecen de protección jurídica. Según su presidente, Jérôme Martin, “hoy entramos a un reparto de roles distinto y nuevo que amplía las fronteras tradicionales de la política. La LGBT, Liga lesbiana, transexual, gay y bisexual, saluda también la iniciativa que, argumenta, conjugó el “potencial de los medios de comunicación, de la difusión, con una postura institucional”. La LGBT admite no obstante que debido a los textos actuales “el combate jurídico está perdido, pero no importa porque el debate público ha sido reactivado”.
Varios sondeos recientes mostraron que cerca del 60 por ciento de los encuestados está a favor del matrimonio entre homosexuales. En cambio, las asociaciones de homosexuales ligadas a la derecha se muestran un poco más críticas con la iniciativa. La GayLib no pone en tela de juicio el matrimonio sino “el método elegido por Mamère. Hubiese sido mejor que en vez de hacerlo por la fuerza presentara un proyecto de ley en la Asamblea Nacional”. Asimismo, Jean Paul Pouliquen planteó también un esquema discordante. Pese a que Pouliquen es quien lanzó en Francia la idea del PACS, hoy rechaza la metodología empleada, es decir, lo que considera como “la apertura por la fuerza del matrimonio a los homosexuales. Esta estrategia tiene muchos puntos débiles y no está adaptada a nuestra época”. Según Pouliquen, mejor hubiese sido mejorar el PACS que forcejar con el Código Civil.
Lo cierto es que, por encima de presiones y antagonismos dentro de los mismos partidos, Francia celebró ayer su primer matrimonio entre individuos del mismo sexo. Los observadores calculan que la boda será anulada en los próximos días por razones legales, pero que su suspensión forzará a las autoridades a posicionarse frente a un fenómeno que la sociedad no rechaza. Stéphane y Bertrand realizaron ayer su sueño. El modesto vendedor y el enfermero parten el lunes de luna de miel gracias a los 5000 euros que consiguieron vendiendo los derechos de los preparativos del casamiento a una revista.