Juan Esteban Torres Maciel, quien desde hace más de un año y medio estaba prófugo, acusado de haber participado en el secuestro del padre del actor Pablo Echarri, fue detenido en una vivienda de la localidad de Villa Corina, en el partido de Avellaneda. El hombre, de nacionalidad uruguaya, también tenía pedido de captura en una causa por violación y robo calificado. Una fuente policial sostuvo que Torres Maciel, a pesar de la difusión que tuvo el secuestro de Antonio Echarri y de la movilización que generó en la Justicia y en las fuerzas de seguridad, “estaba oculto en la casa desde hace un tiempo y, para evitar que lo vieran, no salía a la vereda ni para sacar la bolsa de residuos”. En la semana, Torres Maciel será sometido a un reconocimiento en rueda de personas, del que tendrá que participar Echarri padre, y hasta puede ser investigado como sospechoso del asesinato de Ezequiel Dicugno, otro de los secuestradores, quien estuvo custodiando a la víctima hasta minutos antes de su liberación.
La detención de Torres Maciel se produjo el lunes pasado, pero recién ayer fue confirmada, ya que primero se tuvieron que hacer distintos trámites para confirmar su identidad. La detención se produjo en un operativo conjunto realizado por personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora y de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). El área de Contrainteligencia de la SIDE se encargó de realizar los seguimientos, fotografías y filmaciones del prófugo, hasta corroborar que se trataba del mismo hombre que estaba “guardado”, según la jerga policial, en un “aguantadero de Villa Corina”. Torres Maciel estaba siendo buscado desde hacía más de un año y medio.
Las fuentes policiales confirmaron que a Torres Maciel también lo buscaban por una violación y por su intervención en un robo a mano armada. El prófugo solía hacerse pasar por policía y se presume que fue uno de los integrantes del grupo que secuestró a Antonio Echarri. El juez federal de La Plata, Manuel Humberto Blanco, indagará a Torres Maciel para determinar su rol en el secuestro y para saber si tuvo alguna participación en el asesinato de uno de los miembros de la banda, Ezequiel Dicugno, hijo de un ex policía federal y cuidador de Echarri, que apareció muerto 12 días después de que el padre del actor fuera dejado en libertad.
El nuevo detenido será sometido en los próximos días a una rueda de presos en la que deberá participar Antonio Echarri, quien en los anteriores reconocimientos nunca pudo identificar a ninguno de los sospechosos. Antonio Echarri fue secuestrado el 24 de octubre de 2002, a las 6 de la mañana, cuando se encontraba en su quiosco de diarios, en Dock Sud, partido de Avellaneda. Horas después los secuestradores llamaron a la familia y exigieron el pago de un rescate de un millón de dólares. Finalmente se bajó el monto a 200 mil pesos. El 29 de octubre la familia Echarri pagó el dinero, en la Capital Federal, y en distintos allanamientos fueron detenidas seis personas, entre ellos un productor del programa de TV conducido por Mauro Viale.
Antonio Echarri fue liberado por la policía dos días después en una vivienda de la localidad bonaerense de Burzaco. La Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, en un fallo dictado el 23 de enero de 2003, criticó duramente a los policías que investigaron el secuestro, en especial al jefe del grupo, comisario José Hernández, actualmente preso por su presunta participación en otro secuestro extorsivo. Los primeros detenidos, Germán Ferrand Luna, Esteban Furtado, Juan Carlos Cajigal y Martín Murguia, quedaron desvinculados del secuestro propiamente dicho y sólo se los acusó de tratar de extorsionar al actor Pablo Echarri haciéndose pasar por los secuestradores con el único propósito de quedarse con el dinero del rescate.
Los otros dos detenidos por el secuestro de Echarri son Fabián Mónaco, un mecánico detenido el 5 de abril del año pasado en el Parque Lezama, y Julio Mettica. El hasta ahora prófugo Torres Maciel podría arrojar luz sobre un caso controvertido, donde hay sospechas sobre el accionar de los policías encabezados por el subcomisario Hernández, también cuestionadopor su intervención en el secuestro del joven Diego Peralta, quien fue secuestrado en El Jagüel y luego apareció asesinado en Ezpeleta.