SOCIEDAD
Dedos cortados en un robo a Edenor
Dos empleados de una empresa contratista de Edenor sufrieron el robo de la camioneta en la que viajaban en La Matanza. Después de llevarse el vehículo, los ladrones le cortaron un dedo a cada uno. Un caso con muchas dudas.
La historia es tan absurda como oscura y tremenda. Dos empleados de una empresa contratista de Edenor fueron interceptados por tres delincuentes durante la madrugada de ayer, mientras viajaban en una camioneta Ford F100 por el Camino de Cintura, en el partido de La Matanza. A uno lo hicieron subir al auto de los delincuentes, un Ford Escort, mientras que uno de los asaltantes subió a la camioneta. Aparentemente, les robaron la F-100. Lo que no tiene explicación es que después de dar unas vueltas abandonaron a los dos amigos en lugares diferentes, pero cada uno con un dedo menos.
Miguel Angel Alfaro, de 34 años, y Eduardo Daniel Berón, de 39, trabajan para la empresa Radiotrónica, contratista de Edenor. Ayer, a las 6 de la mañana, viajaban en una Ford F-100 por el Camino de Cintura en dirección a Morón, cuando al llegar al barrio Los Pinos, de San Justo, fueron interceptados por un Escort blanco en el que viajaban dos jóvenes y un adulto, armados. A Alfaro lo obligaron a entrar en el vehículo de los hasta ese momento asaltantes. Berón quedó en la camioneta, donde subió uno de la banda.
Empezaron entonces a dar vueltas, pero todo se desarrolló en forma repentina. A Alfaro lo abandonaron a las pocas cuadras, pero maltrecho. Le tomaron la muñeca derecha, se la doblaron y sin darle tiempo siquiera a reaccionar, le amputaron una falange del dedo índice. Alfaro se fue caminando ensangrentado hasta que un patrullero de Morón lo levantó y lo trasladó al Hospital de Morón. Allí se encontró con Berón, que había corrido la misma suerte, aunque en lugar de un patrullero fue socorrido en una estación de servicio. Según fuentes policiales, al dúo sólo le habían robado la camioneta, lo que mueve a algunas conjeturas a los investigadores. “Todo es demasiado raro”, dijo a este diario una fuente del caso. A los investigadores no les cierra la amputación del dedo con el robo de la camioneta. Si la intención era llevarse el vehículo, en lugar de hacer bajar a uno deberían haber bajado a los dos.
Nadie sabe de qué hablaron los delincuentes con las dos víctimas durante las pocas cuadras en que los tuvieron secuestrados. Que ambos hayan sufrido la misma amputación, una falange del dedo índice derecho, guarda para algunos características de los códigos mafiosos: parece simbolizar un castigo por señalar a alguien o algo. Pero son todas conjeturas hasta tanto se obtenga la declaración de Alfaro y Verón. Ayer, la policía se preguntaba lo mismo. “No lo sabemos porque todavía no pudimos encontrar a las dos víctimas para tomarles declaración –señaló un oficial–. Después del hospital fueron a la Clínica Esperanza, de Flores, y de ahí desaparecieron.”
El hecho ocurrió en los límites de Morón y La Matanza. La empresa Radiotrónica radicó la primera denuncia en la comisaría 1ª de Morón. Allí comenzaron a realizarse las primeras actuaciones del caso. Pero 13 horas después, el expediente fue girado a la comisaría de Villa Luzuriaga, 15ª de La Matanza. Sin embargo, el fiscal de La Matanza Guillermo Bordenave ordenó pasadas las 20 regresar las actuaciones a Morón, donde finalmente quedó el caso, a cargo de la fiscal Ana Barrozo. Recién entonces se supo quién tomaría declaración a las víctimas, aunque no se supiera dónde se hallaban.