SOCIEDAD
› LAS CINCO HIPOTESIS SOBRE EL ATAQUE A LOS OPERARIOS DE EDENOR
El misterio de las mutilaciones
Hasta ahora se mencionó que quienes les cortaron los dedos a dos empleados de la empresa respondían a una supuesta mafia de los enganchados. O del robo de cables. En la Justicia y el Gobierno agregan otros análisis que van desde una guerra laboral a una operación contra Arslanian.
› Por Raúl Kollmann
El misterio continúa, las hipótesis son variadas y algunas más inquietantes que otras. Lo concreto es que ninguna teoría termina de cerrar en el caso de la mutilación de los empleados de una contratista de Edenor en La Matanza. Se habla desde la represalia de una banda de un barrio carenciado, pasando por una interna en la mafia del robo de cables, una guerra laboral e incluso de una operación contra el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, o directamente una movida sórdida para crear una conmoción que afecte al gobierno nacional.
Este es el análisis, hipótesis por hipótesis, que ayer se hacía entre policías, fiscales y funcionarios de gobierno.
1 Fue la banda de un barrio: ésta es la teoría más sencilla. Daniel Berón y Miguel Alfaro son operarios de la empresa Radiotrónica, que se dedicaban a cortar las conexiones a los usuarios que están “colgados”. En la mayoría de los casos se trata de personas que viven en barrios carenciados, para los que es un verdadero drama que les corten la luz. Tanto Berón como Alfaro reconocen que constantemente los amenazaban y que resultaba fácil identificarlos porque la camioneta, en la que había un cartel de Edenor, ya era conocida en toda la zona. La hipótesis es que una banda de alguno de los barrios, en los que ya funcionan algunos grupos narcos o de patoteros, decidieron armar una represalia porque les cortaron la luz. Por eso, a Berón y Alfaro, por separado, les dijeron que “ahora no le vas a cortar más la luz a nadie”, antes de amputarle una falange. En contra de esta hipótesis, policías, fiscales y autoridades evalúan que es extraña una operación así. No se trató de la reacción frente a un corte, porque a esa hora –6.30 de la mañana– Berón y Alfaro no le habían cortado la luz a nadie. Tal vez podría tratarse de la represalia por un corte anterior, pero lo cierto es que no hay antecedentes de que una banda haga una operación de esa naturaleza –un coche interceptando a la camioneta, separando a los operarios y cortándoles el dedo a cada uno por su lado– sólo para vengarse de un corte de luz e impedir que vuelvan los operarios por allí. Además, en esos barrios, a las pocas horas los vecinos se vuelven a colgar otra vez, por lo que no se justifica semejante represalia.
2 Fue la mafia del robo de cables. La primera versión es que una banda dedicada a robar cables realizó la operación para alejar a los operarios de la zona y dejarles el campo libre para hacer su trabajo delictivo. Se trata de una modalidad que cuenta con cobertura policial, ya que existen mayoristas que compran los cables, queman la parte plástica y después, en fundiciones –algunas clandestinas– preparan el cobre para la venta. Semejante aparato no puede pasar inadvertido ni a policías ni a concejales o dirigentes políticos de cada zona. Con el final de la convertibilidad, el precio del metal trepó mucho y por ello hubo un verdadero boom del robo de cables en 2003. Desde hace rato, el partido de La Matanza es considerado por las empresas de servicios como la meca del robo de cables, con enormes sospechas de relaciones entre los punteros políticos, policías y chatarreros. La pregunta es: ¿en qué afectaban Berón y Alfaro a los ladrones de cables? La respuesta: en poco o nada. Los propios operarios admiten que muchas veces ven a individuos en la operación de robo de cables, pero que ellos no intervienen ni le avisan a la policía. No se meten. Además, Berón y Alfaro van cambiando diariamente de zona, de manera que son poco obstáculo para esas bandas.
3 Fue una interna de la mafia de los cables: desde algunas de las empresas de energía surgió la hipótesis de que Berón y Alfaro tendrían algún arreglo con mafias de robo de cables, que habrían roto ese arreglo y lo ocurrido pudo ser una represalia por ese motivo. Sucede que el trabajo de los operarios de Radiotrónica no consiste sólo en cortar la conexión clandestina sino además en llevarse también todos los cables y los elementos utilizados para hacer esa conexión. En total, secuestraban lo que ellos mismos consideran una importante cantidad de kilos –entre 200 y 700– de cable por día. La hipótesis sostiene que en lugar de devolver todo lo secuestrado a la empresa, le pasaban una parte a la mafia del robo de cables, que vende el material a unos dos pesos por kilo. El monto del fraude con el robo de cables, si se pasa al mercado negro la mitad de lo secuestrado por los operarios, es de unos 400 pesos por día. Por algún motivo, ese acuerdo se habría roto y la venganza llegó a través del corte de los dedos. En fuentes policiales y judiciales descreen de esta versión. Ambos operarios dieron la cara, se exhibieron ante los medios, mostraron sus viviendas, algo que no harían personas que están enfrascadas en una guerra con elementos mafiosos. Por otra parte, a Berón y Alfaro se les vio un nivel de vida más que humilde, totalmente compatible con los 400 pesos que ganan por mes.
4 Fue una interna laboral. Muchos operarios de contratistas dicen que el corte de dedos fue obra de gremialistas de Edenor de la zona de La Matanza que están en furibundo conflicto con los que trabajan en empresas contratistas. El salario de Berón y Alfaro es de apenas 400 pesos: para los gremialistas, esto derivaría en que los trabajadores de Edenor podrían perder su puesto por la competencia, que ellos consideran desleal, de los operarios de “las contratas”, como las llaman. Hay empleados de Radiotrónica que aseguran que varias veces se les aparearon vehículos con gremialistas que los amenazaron. Sin embargo, tampoco esta versión cierra. Es cierto que las peleas en el ambiente gremial no han sido un juego de señoritas. Pero no se registran hechos de tal violencia, incluyendo mutilaciones. Además, la advertencia a los operarios tal vez hubiera sido distinta y no “ahora no van a poder cortar más la luz”.
5 ¿Hubo una mano policial o política detrás? ¿Una operación contra León Arslanian? ¿Contra el propio gobierno nacional? La operación contra Berón y Alfaro no fue una jugada cualquiera. Ellos mismos dicen: “Esto lo hizo alguien de más nivel, que sabía qué hacía”. Por de pronto, en el operativo utilizaron al menos un vehículo –podrían ser dos– para cruzar a la camioneta de Radiotrónica. Los separaron, algo que no es habitual en un operativo de escaso nivel. A ambos les cortaron el dedo de forma parecida. A Berón –quien por eso está derrumbado psicológicamente– le pusieron una pistola en la cabeza y reiteraron simulacros de ejecución. Por último, lo dejaron cerca de un operativo policial, mientras que a Alfaro lo trasladaron cerca del hospital de Haedo. Está claro que detrás de semejante operación, lo fundamental es el mensaje. Y la connotación de cortar un dedo ha sido muy fuerte en los últimos tiempos: la utilizaron bandas de secuestradores que, probadamente, estuvieron relacionadas con policías. El mensaje podría ser contra el ministro Arslanian: “Estamos en condiciones de provocar hechos conmocionantes, de gran impacto”. Y podría provenir de policías desplazados o de hombres en actividad con la intención de empezar a instalar la idea de que no puede manejar la seguridad. Tampoco se puede descartar que se intente enviar un mensaje de repercusión internacional, apuntando contra la Casa Rosada: afecta a una empresa multinacional, Edenor, y el corte de un dedo es asimilado en todo el mundo al sello de la mafia.
Más allá de las hipótesis, hasta anoche, el expediente seguía deambulando entre los juzgados de Morón y La Matanza, mientras corren las horas y se hace imprescindible saber qué hubo detrás de este golpe.