El misterio del menor, de aproximadamente 10 años, cuyo cuerpo fue hallado el jueves pasado a la vera de las vías del ex Mitre, detrás de Canal 7, comenzó a iluminarse. Aún se desconoce su identidad, pero fueron detenidos los presuntos autores del crimen. Se trata del Gitano, de 23 años, y el Karateca, de 16. Según la Federal, ambos lo asesinaron golpeando su cabeza con un ladrillo, mientras que envolvían su rostro con un buzo con la aparente intención de asfixiarlo. El motivo del crimen es tan macabro como el hecho: lo mataron para robarle la campera y las zapatillas. Tanto los dos detenidos como la víctima tenían como lugar de vida la calle.
El cuerpo de la víctima fue hallado, el jueves pasado, alrededor de las 19, por un grupo de operarios de un canal de cable que trabajaba en la zona de las calles Juez Tedín y Mariscal Ramón Castilla, detrás de Canal 7 y entre los palos 8 y 9 de las vías del ex ferrocarril Mitre. Fuentes policiales señalaron que al descubrirlo, “estaba como escondido, a unos 20 metros de las vías y a cinco del terraplén”. Tenía el rostro cubierto por un buzo y presentaba golpes tanto en su cara como en su cuerpo.
La reconstrucción del hecho fue obtenida de un modo peculiar. Los investigadores se empaparon de relatos de diferentes chicos de la calle, que suelen parar en zonas de estaciones ferroviarias. Esos relatos fueron colocando la investigación bajo la pista de un joven y un menor: los conocen como el Gitano o el Negro, de 23 años, y el Karateca, de 16. Ambos, según esos testimonios, solían dar vueltas por la estación de trenes de Retiro. El sábado pasado, alrededor de las dos de la tarde y tras una paciente espera, federales de la División Mitre detuvieron al Gitano. Tres horas más tarde hacían lo mismo con el Karateca. Ambos, detenidos bajo la acusación de coautores del homicidio.
La hipótesis más firme de los investigadores es que al chico lo asesinaron para robarle la campera y las zapatillas.
El Gitano quedó a disposición de la jueza de instrucción María Gabriela Lanz, mientras que el Karateca fue derivado al Juzgado de Menores 5, de María Rosa Casara, quien dispuso alojarlo en el Instituto de Menores Borches de Otamendi.
“No tenemos ninguna duda –señaló tajante, ayer, uno de los integrantes de la División Mitre, dependiente de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana–. Los detenidos son los autores materiales del crimen.” Según la hipótesis policial, con la intención de robarle la campera y las zapatillas, el Gitano y el Karateca golpearon al chico con un ladrillo mientras envolvían su cabeza con un buzo, tal vez para asfixiarlo o impedirle una defensa. Por las condiciones en que fue encontrado el cuerpo se presume que el chico fue asesinado y luego arrojado en el lugar donde lo hallaron, dos o tres días más tarde. La prueba aportada por los investigadores puede ser tan determinante como absurda: lograron secuestrar el ladrillo utilizado para matar al chico.
Hasta el momento, el cuerpo del chiquito no fue identificado. Sus huellas digitales no aparecen en los registros policiales, con lo que se dedujo que no tenía cédula de identidad ni pasaporte. Ayer, una versión sostenía que el menor, de aproximadamente 10 años, provenía de la localidad de Campana, en la Zona Norte bonaerense, y que desde hace algún tiempo vivía en la calle. El viernes, familiares de un chico que está desaparecido en la zona de Tigre se presentaron a identificar el cadáver ante la presunción de que podía tratarse de la persona que buscaban, pero el reconocimiento dio negativo.