El 17 de mayo pasado, la intervención del Servicio Penitenciario Bonaerense, a cargo de Héctor Cabrera, anunció la separación de la fuerza de 25 altos jefes del SPB. Como informó este diario, muchos estaban acusados de corrupción y tenían abiertos sumarios administrativos y judiciales. Pero lo que se anunció como liso y llano despido, en realidad, fue un pase a disponibilidad simple, o sea, una licencia con goce de sueldo. Recién el 20 de mayo fueron pasados a retiro efectivo obligatorio. Esto significa que, acusados de corrupción, ahora cobran su correspondiente jubilación. Pero, más curioso es quién fue el responsable de abrir los sumarios a los 25: el entonces director de Sumarios, Jorge Peralta, hoy director de Trabajo del SPB. Peralta figura en la lista de torturadores de la Conadep. Lo reemplazó en tan puntillosa tarea su segundo, Camilo Uzal, más conocido como La Víbora en el libro de la Conadep.
La intervención del SPB, que se dispuso para sanear el servicio, se apoya en tres patas: el director de Régimen Penitenciario, Carlos Colombo (ver nota principal); el de Seguridad, Luis Ríos; y el de Inteligencia, Enrique Odello. Odello estuvo en Sierra Chica en el ‘76 y fue denunciado en reiteradas ocasiones por el camarista de San Isidro, Fernando Maroto. Ríos había pasado por Olmos y por Inteligencia y había sido la mano derecha del Manchado Fernández, destituido por su participación en la patota dedicada a torturar presos políticos en la U9 de La Plata, durante la dictadura. Según reveló a Página/12 una fuente judicial confiable, “al Manchado Fernández no lo echaron, lo tienen en disponibilidad simple, como si fuera un premio”.
El 17 de mayo, Cabrera anunció a diestra y siniestra la expulsión de la fuerza de 25 altos jefes acusados de corrupción. Pero la resolución 2255/04 de ese día, informa que los mentados 25 “pasen a revistar en situación de disponibilidad simple...”. Disponibilidad simple, que implica una licencia con goce de sueldo. Tres días después, en la Orden del Día 097/04, se ordena el pase a retiro efectivo. Es decir, los jubilaron. Quien estuvo a cargo de los sumarios explica el porqué de la inexistencia de sanciones a los graves cargos de corrupción: fue el entonces director de Sumarios, Jorge Peralta. Peralta figura con el legajo 6769 de la Conadep, como jefe del grupo de tareas de la Unidad 9 de La Plata. Hoy, Peralta sigue cercano a las tareas: es director general de Trabajo del SPB.
En su reemplazo fue designado Camilo Uzal. Uzal era el segundo de Peralta en la Dirección de Sumarios, aunque ya lo conocía desde hace décadas, como al Manchado: participó con ellos en el grupo de tareas de la U9, según consta en el Legajo 2397 de la Conadep, donde figura con el mote con que lo conocían los presos políticos: La Víbora.