SOCIEDAD
› EL ACUSADO DE MATAR A ERICA ACUSO A SU AMIGO
¿Y a mí, por qué me miran?
El hombre detenido por el crimen de Erica Giménez, la chica de 13 años asesinada a balazos a la salida de un baile, en la ciudad bonaerense de Matheu, el 10 de julio pasado, se declaró ayer inocente y acusó a su acompañante como el autor de los disparos. Se trata de Leonardo Caño: al ser indagado por el fiscal de Zárate-Campana dijo que quien disparó con su arma fue su amigo que, sin embargo, fue quien había aportado el testimonio clave para incriminar al único detenido por el crimen.
El fiscal a cargo de la investigación, Daniel Marabotti, realizará en los próximos días un careo entre los dos hombres, aunque está convencido de que Caño fue el asesino y ahora miente por una estrategia de su defensa. Caño, quien al día siguiente de su detención se había negado a declarar, ayer relató su versión de los hechos tras ser asesorado por un abogado. El mozo de 31 años, según las fuentes, declaró que la noche del crimen pasó por Matheu en su automóvil Chevy cuando se dirigía a dejar a un amigo a su casa. Dijo que una persona se abalanzó sobre su auto e instantes después escuchó el estallido del vidrio cuando le arrojaron el encendedor. El imputado declaró en su versión que unos metros más adelante se encontró con otro grupo de personas que querían agredirlo y que por eso dio un giro en “U” para evitarlos. Caño aclaró que su amigo le dijo que iba a “asustarlos” y que tomó su arma –una pistola Bersa calibre 22–. Después, escuchó los balazos.
El detenido señaló que no pudo ver cómo y a quién disparó su acompañante porque, al estar conduciendo, él mantuvo la vista al frente, aseguraron los voceros. Por su parte, el acompañante, testigo en la causa y cuya identidad se mantiene en reserva, señaló que fue el conductor quien se enfureció cuando sintió estallar el encendedor, giró en “U” el automóvil y, con la mano izquierda en el volante y su brazo derecho extendido, disparó delante suyo contra la gente.
Si bien el fiscal pedirá en los próximos días un careo para confrontar ambas versiones de los hechos, una fuente consultada contó que Marabotti no creyó la de Caño y que “existen otras pruebas que lo incriminan”, al recordar que en su domicilio se secuestraron el arma homicida y una vaina y, dentro del auto, otras dos cápsulas.